1x02: Camino equivocado- Wrong way.
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Warren y sus ayudantes investigan un atraco a un banco
Otro día en Villa Rocosa. Warren se levantó de la cama y vio como Juana no estaba en casa. Alguien llamó a la puerta. Warren se vistió completamente. Al al abrir la entrada, se percató de que era Juana. Esta estaba llorando. Se abrazaron.
-¿Que es lo que pasa?- preguntó, intentando consolarla.
- Han matado a mi marido. A Alvin, ha sido asesinado por un asaltante durante un robo al banco de Cienfuentes. Según mi hija, uno de los asaltantes tiene un dibujo de un águila en el brazo derecho.
-Esta bien. Vamos.
- De acuerdo-dijo ella.
Warren y Juana fueron al banco.
Cuando estuvieron allí, Filton atisbó a Samuel. Este último se dirigió a ellos. Dio las condolencias a la mujer y esta fue hacia donde se encontraba su hija.
-Hola sheriff, tengo a seis testigos que dicen que eran dos atracadores.-comentó Liverpool consultando la libreta.
-¿Alguno que tuviera un dibujo en el brazo?- preguntó Warren dubitativo.
-Si, según dos testigos.
-Dejemos que transcurra unos cuantos días para que se le pase el trauma.- comentó Filton.
Un par de días después, Warren habló con Juana en la casa de ella. El hogar era pequeño, de una sola planta. La criada abrió y el sheriff saludó a la niña, aún triste. La hija se llamaba Ana. Esta comentó lo sucedido durante el atraco y como era el delincuente que asesinó a su padre. Después de eso, Warren se marchó, agradeciéndoles la colaboración.
***
Juana nació en una pequeña granja de Ruby, Arizona. Fue sirvienta y criada junto a sus cuatro hermanas y su madre, mientras sus otros dos hermanos y su padre estaban trabajando en una de las minas de oro de la zona. Durante la guerra Wakarusa, ella conoció a Alvin, que sirvió a las ordenes del sheriff Samuel J. Jones. Se casaron. Se mudaron a Villa Rocosa durante la Guerra de Secesión. Nació Ana. Estando sin empleó, la mujer recorrió todos los negocios del municipio hasta que conoció al sheriff Warren. Filton buscaba desesperadamente a una criada, y fue ahí cuando ella aceptó trabajar para él.
***
El sheriff entró en la oficina saludando a Edward Richard, su otro ayudante. Este último le comentó que Samuel estaba preguntando por los bares y negocios del pueblo, acerca los ladrones del banco. Pasó un rato hasta que Liverpool entró por la puerta de la oficina. Se sentó frente al jefe y comenzaron una conversación.
- ¿Qué tienes?- preguntó Warren a Samuel con interés.
- La descripción que te dio Ana ha dado sus frutos. He preguntado por los bares y negocios, parece ser que los atracadores huyeron al sur. John Kruger ha identificado el dibujo de un águila en uno de los trúhanes.
- ¿Me acompañarías a dar una vuelta por los ranchos, para ver si alguien reconocen a los ladrones?- preguntó Samuel.
-De acuerdo.
Tras eso, Warren se levantó y se fueron a sus caballos. Salieron del pueblo, dirigiéndose a los ranchos. Fueron por cada uno de ellos en busca de información sobre los ladrones y el tatuaje. Cuando acabaron de interrogar a los granjeros, descubrieron que tres hombres tenían tatuajes de un águila en el brazo derecho.
Esos hombres eran labradores y trabajaban casi todo el día en los distintos lugares. Los nombres de los ranchos donde estaban esos tipos eran: La vieja, El cactus y Zorro alto.
Warren y Samuel tuvieron dudas tras interrogar a los tres. Pero se fijaron que en solamente dos podrían haber motivos para atracar el banco.
En el rancho de La vieja descubrieron a una señora mayor que se llamaba Alba Ortiz, llevaba varios meses enferma, tenía un hijo llamado Joe, rápido de reflejos e inquieto de miradas, que ayudaba a uno de los tipos que tenía un tatuaje de un águila en el brazo. En el de El cactus se produjo un incendio un año antes. Pero había un problema: los otros tipos que llevaban el tatuaje de águila, eran hermanos y muy mayores para cometer un atraco y salir de ahí a toda velocidad.
Así que Warren y Samuel dedujeron que el atracador tenía que ser el tipo que trabajaba en la granja de La vieja. Así que volvieron al lugar.
Cuando estuvieron en el rancho. Se apearon de los caballos. Vieron de nuevo a Joe Ortiz subiéndose a un corcel junto al hombre del tatuaje. Los de la autoridad vieron la puerta de la casa Ortiz medio abierta, entraron.
-¿Señora Ortiz?- preguntó Warren viendo a Alba tumbada en la cama.
La litera era de madera oscura y de color verde. Alba era una señora que se estaba muriendo.
-¿Que quieren?- respondió ella y luego tosió.
-Su hijo y el hombre del tatuaje de águila se han ido los dos del rancho, ¿adónde van?- insistió Warren mirando a la señora sin pestañear.
- Se han ido a comprar pienso para los caballos- respondió.
- ¿Qué sabe de su empleado que tiene el tatuaje del águila en el brazo?-intervino Samuel.
-¿De Dylan?, lleva con nosotros mucho tiempo. Desde que murió mi marido hace dos años.
-Sabemos que usted está enferma, y su hijo haría cualquier cosa para cuidarla. Incluso cometer un delito para comprar medicinas para su enfermedad.- comentó Warren, tomándose un respiro.
-¿Porque me cuenta todo eso?- preguntó ella , un poco mosqueada.
-Porque quiero que comprenda la gravedad del asunto- respondió el sheriff.
-Mi hijo nunca ha matado a nadie- afirmó Alba.
-¿De veras?, ¿y Dylan?-preguntó Samuel.
La mujer empezó a asustarse y el sheriff se fijó en que le preocupaba algo.
-¿Que le ocurre?- intervino Samuel.
Alba se fijó en la cara de preocupación del sheriff y del ayudante. De repente Warren le suplicó que le contase la verdad.
-Dylan llegó días después que muriese mi marido. Era un buen chico. Hizo buenas migas con mi hijo....
-Sabe una cosa, no me lo creo. Si Dylan era un buen chico, ¿Cómo se torció la cosa en el banco?- terminó la frase Warren.
-Sí. Un día vi a mi hijo preocupado por mí. Semanas antes de que yo me pusiera enferma, no pague una deuda que tenía al banco. Estas se fueron acumulando. Joe estaba preocupado por mí, seguramente se lo contó a Dylan. Ese último había estado en unos cuantos embrollos, según me contó Joe.- hizo una pausa y se rio-,pero era bueno con las manos. Me confesaron que fueron ellos quienes atracaron el sitio. Escondieron el dinero en alguna parte.
-¿Donde?-preguntó Warren.
La anciana se negó a hablar, pero los de la autoridad le forzaron a ello.
-En ese recoveco, mi hijo no mato a nadie.- respondió Alba preocupada, señalando con el dedo índice a un hueco que había en la pared derecha del cuarto.
Samuel fue ahí. Era una pared de madera vieja y de color verde oscuro. Se estaba corroyendo poco a poco. Se inclinó, cogiendo una lámpara de aceite. La encendió e iluminó el hueco. Era pequeño, pero lo suficiente para que cupiese un saco de dinero cerrado con un lazo. Lo sacó, lo abrió, vio un montón de fajos de dinero. Se lo llevaron como prueba. Se despidieron de la mujer y salieron de la propiedad. Volvieron al pueblo.
***
Volviendo a Villa Rocosa, un hombre se acercó a Warren y a Samuel.
- Sheriff, han visto a los hombres del dibujo cerca de la calle del Campanario. Parece ser que están siendo amenazados por una mujer.
Warren y Samuel sin bajarse de los caballos, fueron lo más rápido posible a esa calle. En la vía vieron a Juana con una carabina en la mano y apuntando a los atracadores con furia. Por otro lado, a la hija de ella asustada al ver la situación.
-!No lo hagas¡- gritó Warren a Juana- Eso no te devolverá a tu marido.
-Ellos lo hicieron y no pensaron en las consecuencias.- rebatió la mujer.
- Claro que lo saben, déjame que les pregunte y que sepa la razón, ¿trato hecho?,- comentó el sheriff, intentando convencerla para que no apretase el gatillo.
- Tienes una oportunidad.
Juana se alejó de los hombres y abrazó a Ana. Warren se acercó a ellos y les empezó a interrogar.
-Mi madre y nosotros estamos en la ruina, el banco de este pueblo se quedó con nuestras tierras, no tenemos trabajo. Y para colmo, la cosa empeoró cuando mi madre enfermó, solo quería pagar las deudas que tenía ella.- confesó Joe, mirando fijamente a Warren.
- Y de ahí comenzó la planificación del atraco- dijo Warren con firmeza.
-Eso es, no queríamos matar a nadie, pero cuando le dije a la cajera que me diera la combinación de la caja fuerte, ese hombre se abalanzo sobre mí, no tuve más opción. Mi amigo no tiene nada que ver con ese crimen, él solamente seguía mis órdenes.- mintió Joe, mirando a Dylan.- Déjenos que nos vayamos, por favor, piense en mi madre.
-¿Cuándo enfermó?- pregunto Warren con interés.
-Hace unos cuantos meses.
Warren pensó. Samuel se bajó del caballo y apuntó a los ladrones con el revólver . Warren se volvió y le propuso un trato a Joe.
-Si dejas que detenga a Dylan ahora por el asesinato de Alvin, Joe, tú podrás hacer una última visita a tu madre.-hizo una pausa.- Los dos sabemos que está muy enferma y dejará de estar en este mundo de un momento a otro.
Tras unos segundos, Dylan sacó el revólver y se escudó en Joe.
-Prefiero morir antes que entregarme como un perro.
Warren disparó a la cabeza de Dylan. Este cayó al suelo sin vida. Joe levantó las manos y se rindió ante la autoridad.
Juana y a su hija Ana agradecieron a los hombres de la ley que hubiesen detenido a los trúhanes.
***
El cementerio de Santa Lucía estaba situado en una de las calles al este de Villa Rocosa. Un montón de gente rodeaba la tumba de Alvin. Juana se levantó junto a su hija, dedicando unas últimas palabras a su esposo.
-Alvin era un buen marido, un buen padre. El mejor hombre que he conocido. Siempre atento a esos pequeños detalles que hacían que el núcleo familiar salga...saliera adelante. Gracias a él, conocí a Filton y ahora tengo trabajo, una casa donde vivir junto a nuestra hija Ana. Gracias a sus ánimos, salí de situaciones inimaginables. Siempre con una sonrisa para animarnos a mí, o a mi hija, aún cuando las cosas iban mal. Te echaremos de menos.
Y después de eso le dio un beso en la mejilla a Ana.
FIN