1x05:Ahorcado-Hanged

Introduce un texto aquí...

Un cadáver aparece ahorcado en un parque del pueblo. Cuando Filton y sus ayudantes investigan el caso, descubren que el difunto era uno de los bandidos que había matado a una familia mexicana. Mientras, Leland Morse, un cazador de recompensas, ayuda a la autoridad a atrapar a un peligroso criminal.

El parque Zamora fue construido hace cinco años por el alcalde del pueblo, Chick Allans. Este llevaba viviendo con su nieta. El lugar tenía mucha vegetación y era grande. Juana y su hija Ana estaban paseando por él, acordándose del difunto Alvin, marido y padre respectivamente. La cría le preguntó a su madre al ver que se sentaba en un banco.

-¿Puedo seguir paseando?

-Sí, pero no te alejes demasiado-respondió, sonriendo a su hija.

Ana fue corriendo por un camino de tierra. Cuando llegó a una esquina, giró y vio una figura colgada de un árbol. La niña pegó un grito.

***

Una hora después, Warren se bajó de su caballo. Se acercó al parque, caminando por la arena, viendo a Ana abrazar a su madre de pie.

Por otro lado, atisbó el cadáver sujeto al árbol seco mientras José y Edward lo bajaban de ahí. Samuel se dirigió a él.

-Warren, ¿Qué tal?-saludó Liverpool.

-Bien- respondió Warren, haciendo una pausa- ¿Quién es la víctima?

-No tengo ni idea, Juana y su hija descubrieron el cadáver y vinieron a toda prisa a la oficina. Edward y yo hemos sido los primeros en acudir tras haber visto que no respondías

a los portazos que hemos dado en tu casa ¿Dónde estabas?- preguntó Samuel, al ver la cara de cansancio de su amigo.

Filton tenía sueño. Había pasado una mala noche por el calor.

-No he dormido mucho que digamos- respondió el sheriff mientras se frotaba la cara.

-Será el calor- conjeturó el otro, mirando al cielo.

Era verano, había hecho unos días de mucho calor. El sol daba de lleno en todo el parque. Edward y José llevaron a la víctima a un lugar con sombra.

Warren y Samuel se acercaron a ellos. El sheriff vio a Juana y a su hija.

-Pregúntalas sobre lo ocurrido, ¿de acuerdo?, luego dile a Juana que hoy no hace falta que venga a mi casa- ordenó Warren a Samuel.

-De acuerdo- respondió el otro.

Warren vio la cuerda que estaba rodeando el cuello de la víctima. Preguntó a José.

-¿Hora de la muerte?

-Yo diría que más o menos una o dos horas. La causa probable fue que se rompiera el cuello- respondió, dejando de tocar el cuello de la víctima. El sheriff comenzó a conjeturar en voz alta: "Varón, puede que mejicano. Ninguna puñalada, ningún disparo. No veo heridas defensivas. Por los pasos que hay cerca del cadáver y las cuatro marcas circulares pequeñas, posiblemente de una silla, el asesino seguramente le apuntó con su revólver y le obligó a subirse a la banqueta, ponerse la cuerda y suicidarse." El sheriff, intrigado, preguntó a Edward.

-¿Algún testigo que pudiera identificar a la víctima?

-No, que yo sepa.

-De acuerdo, haz unos cuantos dibujos de este hombre y ponlos por Villa Rocosa. Estaré con Samuel en la casa de Juana, o en mi oficina- ordenó Warren.

-De acuerdo.

-Y José, avisa al enterrador.

Tras eso, Warren no viendo ni a Samuel, ni a Juana, se fue del lugar. Primero fue a la oficina, luego a la casa de su sirvienta. Los halló en la residencia de la mujer.

***

Un hombre se presentó en la oficina del alcalde Chick Allans. Estaba apoyado en el umbral, con un cigarrillo metido entre sus labios. Era alto, corpulento, y con un papel en una de las manos. Chick le preguntó.

-¿El señor Morse?

-Sí, encantado- respondió Leland, mientras se quitaba el cigarrillo de la boca.

-La autoridad de Two Guns me informó de que un caza recompensa vendría aquí. Me dijeron que se llamaba Leland Morse ¿Está aquí por José Jiménez?, ¿puedo preguntar porque le busca?

Leland se sentó en una de las dos sillas que estaban en frente de la mesa del alcalde, y empezó a soltar un discurso.

-"El señor Jiménez fue visto hace dos semanas en Two Guns, en el rancho del señor Julián Gilbert, un hombre que trabajaba de camarero en un saloom. Una noche, Julián se fue con su caballo al pueblo. Eso hizo que José entrara en la casa de Gilbert para robar. Cuando Gilbert regresó, José le mató. Se montó en su caballo y cabalgó lo más lejos posible. El problema estaba en que la víctima era amigo del sheriff de Two Guns. Este puso una recompensa por la cabeza de José Jiménez. Y dado que el criminal ya había cometido delitos de sangre anteriormente, el precio subió a mil dólares. Acepté el trabajo. He estado ya en varios pueblos cercanos a este. Ahí no he encontrado nada. Estoy buscando información sobre el truhan."

-Tal vez alguien pueda ayudarle sobre el pasado de José- pensó Chick, mientras se acariciaba la barba blanca.

-¿Quién?-preguntó Leland.

-Venga conmigo, por favor.

Chick se levantó de la silla y salió con Leland de la oficina.

***

Warren estaba sentado en su silla mientras escuchaba la declaración de Juana y su hija. Samuel fue tomando anotaciones en su libreta. Unos minutos después, el sheriff vio al alcalde y a un hombre al lado suyo en la puerta principal. Miró a su criada y a su hija.

-¿Me disculpáis un momento?-pidió Filton amablemente.

-Por supuesto-respondió Juana.

-Gracias.

El hombre de la placa se reunió con los otros dos mientras Liverpool continuaba el interrogatorio. Chick Allans presentó a Leland Morse a los de la sala. Después se dirigió a Filton.

-Warren, necesito que informes a este hombre sobre José Jiménez. Todo lo que puedas contarle.

-¿Hombre?- bromeó Samuel.- El sheriff traidor.

-Sam, por favor.- intervino Warren, mirando a Samuel con cara de enfado, luego miró al alcalde y a Leland, les invitó a sentarse.-Puede contárselo mi ayudante su versión, tengo que hacer una cosa antes.

Cuando terminó la frase, miró a la puerta y vio a Edward. Se fue de allí bajando los escalones. Sam empezó a contar la traición de José Jiménez mientras marchaban de la casa de Juana. Los tres hombres se despidieron de las dos mujeres.

-"José Jiménez fue el sheriff de Villa Rocosa antes de serlo Warren. Estuve poco tiempo bajo sus órdenes, aunque resolvimos unos cuantos casos juntos. Filton al llegar al pueblo le nombraron como mi ayudante. Los tres seguimos deteniendo a delincuentes. Pero en uno de los delitos que investigamos Warren y yo, descubrimos que Jiménez estaba colaborando con una banda de cuatreros. Al poco tiempo, hubo un tiroteo entre dichos truhanes, Filton y yo. Yo, al igual que mi compañero, sospechamos que Jiménez nos traicionó a dicho grupo para que nos tendiesen una trampa y así, eliminarnos para que no siguiésemos investigando. El muy "judas" se fue y no volvimos a saber de él. Hirieron de gravedad a Warren, pero tuvo suerte y salió de eso. Me cargué a la banda de cuatreros, con ayuda de gente del pueblo. Eso fue hace más de unos años."

Leland anotó las respuestas de Samuel en su libreta vieja de color amarillento.

-O sea que su versión de José es que era un judas- acortó Morse.

-Warren ha sido el único sheriff que he conocido honesto-comentó Samuel, poniendo en un pedestal a su jefe.

-¿Y no sabe dónde está?- preguntó el caza recompensas.

-No, y si le hubiera visto. Le hubiera detenido. Aunque José tiene una hija que vive en uno de los ranchos cerca del pueblo.-afirmó Samuel.

Leland miró a Chick.

-Eso es verdad-comentó el alcalde.- Tuvo una esposa hace tiempo, cuando él vivía aquí. Ella falleció poco después de nacer su hija. Chandra Jiménez.

-De acuerdo, mañana iré a hacerla una visita. No tengo prisa por pillar a ese bastardo.- finalizó Leland.

Guardó el cuadernillo amarillo.

-Necesitare su ayuda para que me indiqué donde vive esa mujer- pidió Leland a Samuel.

-De acuerdo, pero tendrá que ser después de comer, ¿Quedamos en una hora en la oficina del sheriif y le llevo adonde vive la hija de José Jiménez?

-De acuerdo.

***

Warren y Edward fueron por el pueblo preguntando, con un dibujo de la víctima en una mano, buscando respuestas sobre si alguien conocía a la víctima. Pero los lugareños no facilitaron una afirmación. Ni siquiera el propio Jack Lemond, que colgó uno de los bocetos en su saloom. Tras una intensa jornada, el sheriff y su ayudante volvieron a sus casas para descansar.

***

Leland Morse nació en un pueblo del sur, tenía un hermano llamado Horacio que murió durante la guerra. Mientras Horacio estaba luchando, Leland ayudaba a su familia en la granja.

El padre, que era un profesional a las cartas, le enseñó a jugar al Texas Holdem para poder ganar dinero. Pero un día, Leland presenció el asesinato de su mentor mientras la víctima barría el porche de la morada. El motivo fue que no pagó una deuda que debía. Desde ese momento, Leland pensó en ser un caza recompensas. Fue aceptando trabajos durante años, atrapando, o matando a forajidos. Ganó mucho dinero. Compró un fusil de largo alcance.

Pasó tiempo hasta que encontró al asesino de su padre. Leland se posó en lo alto de una pequeña montaña y apuntó con su Winchester al objetivo, que estaba en una calle principal de un pequeño pueblo. Le miró durante horas antes de arrebatarle la vida. Nunca supo su nombre.

***

A la mañana siguiente, Edward fue solo al escenario del crimen, pensando en que se les había olvidado algo. Algo de vital importancia. Se apeó del caballo y comenzó a investigar. Observó un destelló a lo lejos, se acercó. El reflejo estaba debajo de un árbol, y era una pulsera pequeña, de oro. La cogió. Observó un nombre inscrito, "Robles". Volvió a echar otro vistazo, no encontrando nada. Pensó que podría ser el nombre de la víctima. Se subió al caballo y fue directamente a la estación para que Fred enviase telegramas, con la descripción de la víctima desconocida, que podía apellidarse, o no, "Robles", a pueblos cercanos.

***

Después de comer, Samuel acompañó a Leland a casa de Chandra Jiménez. Liverpool observó el caballo blanco en el que estaba subido el caza recompensas. Era bonito. Fueron trotando hasta unos campos abiertos donde vieron un rancho enorme, con unas caballerizas al fondo. A lo lejos, una mujer entró en ellas, era joven. Los hombres se apearon de sus animales al mismo tiempo y entraron en la hacienda. La joven se dio la vuelta. El corazón de Leland palpitó más fuerte que nunca.

-Buenas tardes Chandra, ¿Qué tal te va la vida?- saludó Samuel.

-Bien, gracias por preguntar-respondió ella, con una sonrisa en los labios- De la casa al trabajo y a cuidar de mi ganado, ¿Quién es su amigo?

Samuel notó en seguida la tensión que había entre ellos dos. Liverpool continuó.

-Se llama Leland Morse, es un caza recompensas que busca a tu padre por un asesinato cometió hace tiempo en un pueblo cercano a este. Tiene algunas preguntas que hacerte. Bien, estaré en mi caballo.

-No hace falta que se quede, sé hacer mi trabajo. Puede volver al pueblo- pidió Leland, no dejando de mirar a los profundos ojos verdes de Chandra.

-De acuerdo, pero hágame un favor- ordenó Liverpool a Leland- si encuentra a ese hombre, haga justicia.

Tras esa frase, Samuel fue caminando afuera de la hacienda, mientras Chandra y Leland estaban solos en las caballerizas.

-¿Que quiere saber de mi padre?-preguntó ella, mientras se acariciaba el pelo rubio ondulado.

-Tu padre cometió un delito, como ha dicho Samuel . Necesito saber ¿cuándo fue la última vez que le vio?

-Hace unos diez años, se fue cuando huyó del pueblo como fugitivo-respondió ella.

-¿Que es lo que ocurrió exactamente hace diez años?-preguntó él.

-Warren, Samuel y José, que en ese momento era el sheriff, perseguían a unos bandidos. Algunas personas de este pueblo vieron par de veces a mi padre reunirse con esos cuatreros.

Cuando los vecinos fueron a decírselo a Warren y a Samuel, empezó el tiroteo. Mi padre huyó. Pero no por cobardía, sino porque estaba planeado. Los bandidos tenían una caja llena de dólares, que hubieran compartido con mi padre si hubiesen salido vivos de allí.

Tras una gran explicación, tragó saliva y le miró.

-¿Eso es lo que contaron los habitantes?- preguntó Leland, mientras seguía anotando.

-Sí. Mi padre fue un corrupto.

Él apuntó todo lo que decía la chica, mientras observaba los rasgos de ella, se parecía mucho a los de su padre. Tras eso, Chandra le preguntó.

-¿Tiene esposa?

-¿Por qué?- preguntó Leland, sorprendiéndose.

En ese momento, ella se disculpó.

-Lo siento, no era mi intención.

De repente se empezaron a acercar, ella le acarició la cara y empezaron a besarse.

***

En el cementerio, Edward observó al enterrador y al doctor José echar tierra en una tumba. Se acercó y vio el cadáver del mexicano. Entonces preguntó:

-¿De qué murió?

-Ahorcamiento, probablemente la cuerda se tensó y le mató-conjeturó el médico, ¿Tú qué tienes?

-Tendré que esperar a que me llegue un telegrama de algún pueblo cercano. Lo he enviado tras encontrar esto.- respondió Edward mientras sacaba la pulsera de oro que había encontrado en el parque.

José la observó, viendo el nombre inscrito en ella. Le preguntó a Edward.

-¿Se llama así la víctima? ¿Robles?

-No tengo ni idea, nadie del pueblo le conocía, y por la pinta que tiene, podría ser sudamericano. Sería un forastero, pero ¿Quién es, y porque le han querido matar?

-De acuerdo, ¿y qué vas a hacer?

-Esperaré respuesta del telegrama.

Edward se fue del cementerio. Galopó con su caballo hasta la oficina del sheriff. Estando allí, vio a Warren leer un periódico en su escritorio.

-¿Ha llegado algún telegrama sobre la víctima?-preguntó Edward.

-Solo han pasado dos horas-respondió Warren, sin quitar los ojos del periódico.

-¿Y quién crees que le mató?

Warren vio como Edward dejaba una cosa en el escritorio. Dejó el periódico, preguntándole.

-¿Qué es eso?

-Ah, una cadena de oro. Me lo encontré en el parque donde asesinaron a la víctima.

-Un sudamericano llega aquí, nadie le conoce, y acaba muerto, ahorcado en un árbol. ¿Por qué? ¿Cuáles eran los motivos del asesino realmente? Puede que esa cadena nos aporte algo de luz- conjeturó Warren.

***

En la hacienda de Chandra Jiménez, en una de las habitaciones de la casa, estaba Leland acurrucado en la cama. La luz empezaba a entrar por la ventana poco a poco por una ventana. Morse abrió los ojos y vio la cintura y espalda de la hija de José. La acarició haciendo eses suaves. Ella se dio la vuelta. Este se levantó de la cama, cogió las cartucheras, se puso los pantalones y miró por última vez a la hija de José antes de cruzar irse de la habitación. Cogió el sombrero, saliendo por la puerta principal de la casa. Se subió a su caballo y se fue de la hacienda. Cabalgó hasta la oficina del sheriff. Warren le invitó a pasar al interior.

-¿Tiene un minuto, sheriff?-pidió Leland mientras sacaba el cuadernillo.

-¿Que quiere?

-Saber su versión de la historia de lo que le ocurrió aquel día, cuando fue herido gravemente.

-¿Se refiere a cuando supe que José era corrupto?-preguntó todo serio Warren.

-Sí.

-"De acuerdo, fue hace unos diez años. Samuel te habrá contado que era un corrupto. Aquel día unos tipos duros, ocultando sus caras con pañuelos se acercaron a la oficina. Empezaron a tirotearnos. Nosotros respondimos al fuego. Lo último que recuerdo de aquel infierno fue como una bala me rozó cerca de mi cabeza. No sospeché de él hasta meses después cuando Samuel me comentó que José estaba tras esa emboscada que nos tendieron. Todo fue por dinero y robo de ganado."

-¿Y no ha sabido nada de él, verdad?

-No, pero si lo volviera a ver, le detendría.

-Gracias, la verdad es que busco a ese hombre por un asesinato que cometió en un pueblo cercano a este. Mató a un hombre por que le sorprendió robando en su casa. La mujer identificó a José y puso una recompensa. Además, la víctima era amigo íntimo del sheriff de Two Guns,, y este, elevó el precio. Yo acepté el ir tras él.

-Suerte.

***

Fred estaba entrando a la oficina de estación, cuando vio debajo de la puerta un gran sobre marrón. Lo cogió, leyó por el reverso "De Culiacán". Entonces pensó que sería algo para Edward. Se dirigió a la oficina del sheriff. Estando allí, vio a Warren y a Edward. Uno de ellos atisbó el envoltorio.

-¿Han respondido al telegrama que envié?- preguntó Edward.

-Creo que sí, aquí tienes- respondió Fred entregándole el sobre.

Este lo abrió y leyó:

-LUGAR: CULIACAN.

-NOMBRE: JUAN MORALES.

-ANTECEDENTES: ASESINATO Y ROBO.

-COMPLICES: LUIS ESPRONCEDA (asesinado), JULIO JIMENEZ(asesinado) Y GUILLERMO DÍAZ(asesinado).

-NOTAS PERSONALES: "La familia Robles fue asesinada el día de su boda por la banda de Juan Morales, alias Los Timadores. Eduardo Robles era un jugador de cartas de Culiacán. Ganó muchas partidas y estuvo ahorrando esa lana para comprar la casa de sus sueños junto a su futura mujer, Estefanía Calderón. En la boda, once personas fueron asesinadas, entre ellos los padres de Robles. Los testigos identificaron a los Timadores como los autores del crimen. Interrogué al único hijo de los Robles, Octavio. Me dijo que no sabían quiénes eran esos tipos. Una semana después encontré el primer cadáver de esos truhanes, Luis Espronceda, ahorcado en un árbol, sin hoja de suicido. Tras eso, volví a examinar el pasado de Juan Morales. No hallé nada nuevo que no hubiese leído antes.

Eduardo se endeudó hasta las cejas con Juan Morales, ese podría haber sido el motivo de la matanza en la boda. Unos días después, descubrí al segundo socio muerto. Y tiempo después, al tercer truhán sin vida. En esos tres crímenes no hallé ninguna pista concluyente que me llevara al asesino."

Firmado por Antonio Guevara.

Edward pasó la carta a Filton para que la leyese. En el sobre también encontraron una foto. Richard la examinó: Había nueve personas.

-Iré a ver si alguien ha visto alguna persona de esta imagen-comentó Edward.

-Pregunta a Jack Lemond, ese conoce a todos los forasteros-aconsejó Warren.

-De acuerdo.

Edward fue caminando con su sombrero puesto hacia el saloom de Lemond. Un rato después entró, viendo a Jack en el mostrador. Se acercó con la foto en la mano.

-Hola Jack, quiero preguntarte algo-dijo Edward, mostrándole la fotografía al camarero.

-Adelante.

El camarero se fijo en el hijo Robles. Tras eso, levantó la vista y miró a Edward.

-Acabo de ver a este hombre. Esta aquí, el solitario- mencionó, señalando al único tipo que estaba de espaldas a ellos.

Edward le sonrió a Jack y pidió dos cervezas. Se fue con las bebidas en la mano a la mesa de ese extraño. Se sentó frente a él. El otro le miró raro.

-¿Quién diablos es usted?-preguntó el hombre de melena larga, mientras miraba las dos jarras.

-Me llamo Edward Richard, soy ayudante de sheriff. Y esta cerveza es para ti. Cortesía mía. Bien necesito que me ayudes- comentó, mientras ponía el collar de oro y la foto encima de la mesa.- ¿Este es usted?-Preguntó, mientras señalaba con el dedo a la fotografía.

-Ese no soy yo- se echó a reír el otro.

-Sabes, puede que esto ya no te haga tanta gracia- dijo, enseñándole el dibujo de un hombre que se parecía a la víctima del parque.

Octavio puso una cara extraña.

-¿Que quiere?

-¿Sabe quién es?-preguntó Edward, mientras le miraba sospechosamente.

-No, no tengo ni idea. Y este colgante no es mío-respondió Robles.

-Creo que el crimen de tus padres, hizo que buscases a los asesinos de tu familia, y los matases uno a uno. Esa es mi teoría- confesó Edward, mirando las pruebas.

Octavio aplaudió mientras se volvía a reír. Edward recogió la fotografía. Volvió a mirar al sospechoso.

-No se vaya del pueblo- sugirió el de la placa.

El otro siguió bebiendo la cerveza mientras veía al ayudante levantarse de la silla. El ayudante supo que era él el asesino. Robles sacó su revólver y lo amartilló debajo de la mesa. Le apuntó.

-¿Quien le ha hablado de mi familia?-preguntó Octavio.

-Sé que su padre se endeudó con Juan Morales. Sé también, que los asesinos que estuvieron en la boda de tus padres, fueron muriendo poco a poco, hasta llegar a Juan. Y también sé que les ahorcaste a todos.

-Sabe una cosa, ese cerdo de Juan no se mereció la muerte que tuvo. Fui muy blando. Todos ellos suplicaron vivir. Pero no hay suplica posible cuando matan a toda tu familia delante tuya. Lo que quiero que haga ahora, es levantarse, pagar las cervezas y venirse conmigo.

-¿Adónde vamos?-preguntó Edward temiendo su respuesta.

-Algún lugar donde nadie le encuentre.

El ayudante se levantó de la silla de madera y se acercó a la barra. Octavio bajó su arma. Edward miró a Jack. El camarero notó algo raro en Richard cuando le entregó los dos dólares por las cervezas.

-¿Estás bien?-preguntó Jack mientras veía al de la placa nervioso.

-Sí. Tranquilo.

Dejó el dinero encima de la mesa. Se fue caminando hacia la puerta de salida. Jack se quedó preocupado. Cuando Edward salió, notó el cañón de un revolver apuntándole por la espalda.

-No se mueva, vamos, súbase al caballo, daremos una vuelta- ordenó Robles, indicándole el camino.

El otro no vio a nadie paseando para gritar. Octavio condujo el caballo de Edward hacía un callejón cerca del bar. Ató al animal y volvieron a donde estaba el potro del asesino.

-Sé en lo que está pensando- amenazó Octavio- así que ni se le ocurra.

Los dos se subieron al caballo de asesino.

***

En la oficina del alcalde, estaban Chick y Leland hablando, sentados cada uno en una silla.

-Así que no ha encontrado a José Jiménez, lo siento mucho. ¿Adónde irá ahora?

-A Canyon Diablo. El siguiente pueblo que tengo en mi lista para buscar a ese hombre. Hágame un favor, si sabe alguna noticia sobre José, envíeme un telegrama a este pueblo. Dígaselo también al sheriff.

-Ojalá hallé a ese hombre. Debe pagar por sus crímenes.

Leland se levantó de la silla y fue a la puerta de salida. Observó a Chandra, con un vestido blanco. Se miraron, él se acercó a ella.

-¿Se va?-preguntó la joven.

-Si, a buscar a su padre. Y a cobrar la recompensa-hizo una pausa para tragar saliva- Le prometo, que si le encuentro, le avisare.

-¿Y si le veo por casualidad en mi hacienda?, no sé, a lo mejor por casualidad. ¿Cómo podré llamarle?- preguntó ella acariciándole la cara.

-No le ha visto durante mucho tiempo, y no creo que vaya a verlo.

Chandra bajó la mirada.

-Pero si le ve durante estos cuatro días, avíseme. Le enviaré una carta cuando llegue al próximo pueblo ¿De acuerdo?

Se besaron. El alcalde miró la escena, que estaba afuera estirando las piernas. Chick sonrió. La pareja dejó de besarse. Leland se fue hacia su caballo.

***

Warren fue al bar de Lemond, viendo a Jack sirviendo unas cuantas cervezas a unos clientes. Fue a la barra. El otro le avistó y le comentó preocupado.

-He visto a Edward un poco raro. No sé.

-¿Como que raro?-preguntó Warren interesándose.

-Nervioso. Ahora que me acuerdo, identifiqué a alguien que estaba buscando. Señalé a alguien en una fotografía que me enseñó. Era un hombre mayor, de unos veintinueve años, con el pelo largo, moreno. No sé cómo se llamaba. Era un cliente que vino de viaje.

-¿Como lo sabes? ¿Hablaste con él?

-No, pero le vi leyendo un periódico de Culiacán o de algún sitio de México. Luego lo tiró a la basura.

-¿Viste a esa persona salir antes que Edward?

-Creo que sí. Aunque Richard pidió dos cervezas para él ese tipo. Me pagó dos veces las cervezas que había pedido.

-De acuerdo.

-Más o menos- afirmó Jack.

-Algo paso en esa conversación que hizo que Edward saliese tan asustado del bar, ¿Había alguien más cerca de ellos dos?-preguntó Filton.

-No, estaban solos.

- Gracias.

Warren salió del bar con un mal presentimiento. Torció a la izquierda y vio el caballo de Richard. Volvió a entrar.

-¿Sabías que el caballo de Edward ha estado aquí?

-No, no tenía ni idea.

Warren volvió a salir del establecimiento y empezó a pensar donde podría estar su ayudante y ese hombre. Buscó por todas partes con la ayuda de Samuel. Preguntaron por todas las tiendas y bares. Se dividieron el trabajo. Al sheriff le dijeron donde vivía Octavio Robles. Era una casa pequeña de una estrecha calle. Madera vieja, con una puerta descolorida. Entró. Inspeccionó el dormitorio, la cocina, el salón y una pequeña habitación con una vieja cama. Al final encontró una fotografía en el último cuarto donde salía el padre de Octavio junto a Juan Morales y su banda. Pensó "¿Que hacía Octavio con esta fotografía?", dedujo que la cogió de alguna de las víctimas, o se la dio el difunto padre.

Unas horas después, un testigo de uno de los ranchos, identificó al hombre de la fotografía junto al ayudante subidos a un caballo, dirigiéndose hacia el este. Lo único que había más allá de los ranchos, eran unos almacenes viejos. Abandonados un par de años antes.

Warren y Samuel vieron el corcel de Octavio Robles detrás de unos establos abandonados, se bajaron. Sacaron sus revólveres y los amartillaron. Warren vio como Edward, con las manos atadas, estaba cavando una tumba con una pala. Al lado suyo, se hallaba Octavio metiéndole prisa.

-No te muevas- ordenó Warren, apuntando con el revólver a Octavio.-Sal del agujero Edward.

Octavio saco su arma de fuego para matar a Edward pero el sheriff disparó. Octavio cayó al agujero. Los tres vieron el cadáver del asesino.

-¿Estás bien?- preguntó Filton a su ayudante secuestrado mientras le desataba.

-Sí-respondió Edward.

***

Un rato después, los tres estaban tomándose una cerveza en el bar de Jonh Kruger.

FIN

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar