1x09:Duelo por una mujer-Mourning for a woman

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El equipo investiga un duelo donde un hombre aparece muerto, el problema viene cuando descubren seis impactos en el pecho. Lo que deducen que no fue un duelo normal, sino una venganza.

El día estaba soleado, tras unas semanas de tormentas. Warren fue con su caballo a la plaza del pueblo, allí se encontraba Samuel, Edward y José analizando un cuerpo. Este se acercó a la persona. Era de estatura media, de color y con el pelo rizado. Tenía seis impactos en el pecho. José miró al sheriff y le dijo.

-La causa de la muerte fueron seis impactos de bala, yo diría que es una Colt 45. Murió más o menos hace unas tres o cuatros horas. -Dijo el doctor mirando el cuerpo tendido.

El cadáver tenía seis impactos. La camisa estaba rota. Tras eso, miró al suelo. Vio pisadas entre el asesino y la víctima. Pensó que fue un duelo. Tras eso, no vio el revólver del hombre de color.

-¿Quien dispara seis veces en un duelo?-preguntó Warren ajustándose su sombrero.

-No lo sé, ¿en qué piensas?-preguntó Samuel mirando a Filton.

-No veo el revólver de la víctima, seis impactos. Creo que fue o un ajuste de cuentas o algo personal.-Dedujo el sheriff viendo el escenario del crimen.

Tras eso, ordenó al doctor llevárselo a la morgue, mientras Samuel y él iban preguntando por todo el pueblo sobre si conocían a la víctima. Primero fueron al bar de Jack Lemond, luego preguntaron a John Kruger. Más tarde fueron a la estación de ferrocarril a que enviaran telegramas a otros estados para ver si le conocían. Mientras Edward acompañaba al médico a hacer la autopsia.

El cuerpo tenía unos seis impactos del calibre 45, los dos primeros impactos fueron hechos desde una distancia de diez metro. Los otros cuatro se hicieron desde más cerca, el doctor calculó que fueron hechos desde un ángulo de noventa grados. De repente, se abrió las puertas de la sala y entró un hombre corpulento, tez morena y traje. Sus ojos estaban caídos y cansados. Miró al cuerpo y lo reconoció enseguida. Se sacó un cigarrillo y sus cerillas de su pantalón y dijo:

-Conozco a ese hombre-dijo el invitado mirando el cuerpo tendido en la plancha de madera.

-¿Quién es usted?, si se puede saber-preguntó Edward mirando al extranjero.

Tanto el ayudante como el doctor vieron una estrella dorada incrustada en el traje que llevaba el hombre. Este se presentó.

-Me llamo Alex Juárez. Soy un Marshall que buscaba a ese tipo.-. Decía mientras encendía el pitillo.-Se llamaba Salomón Hudson, era un ladrón que robó en una mansión de Kentucky. El dueño se llamaba Diego Fortuna, este puso una orden de busca y captura contra él. A nosotros nos lo dijeron y fuimos tras él.

-Y alguien le cazó.-Finalizó el doctor.

El médico se acordó de el hombre y le saludó, acordándose de un caso antiguo. Se trataba de un crimen pasional, donde un chico murió a causa de seis navajazos, el cuerpo se encontraba cerca de la tribu india. El sospechoso se encontraba refugiado en una casa, lo refugiaba una prostituta. Alex pidió ayuda a Warren. Este pidió que trajese el cuerpo, el médico lo examinó de cerca y el Marshall les explicó el caso a los dos. Encontraron al sospechoso tras ir a preguntar a varios establecimientos.

El aspecto de Alex había cambiado mucho, se afeitó la barba que tenía cuando trabajó con estos dos. Este ya se acordó y le saludó.

-¿Que tal estas?, cuánto tiempo ha pasado, ¿ cómo te va la vida?

-Bien, he estado en distintos estados, capturando bandidos y llevándolo hasta la cárcel. También a esclavos que se habían fugado, y devolverlos a sus dueños.

-¿Y qué hay de tus amigos?-preguntó José ajustándose sus gafas.

-Están aquí, fuera. Si quieres que te diga la verdad, te enseñaré el informe de ese tío. ¿Os lo presento?

-Yo tengo que entregar el cuerpo al enterrador. Así que, ¿por qué no vas tú?-respondió el doctor dirigiéndose a Edward.

-Vale.

Este fue junto a Alex hacía afuera, vio un grupo de tres hombres entrando en el bar de Lemond. Ellos lo siguieron. Hacía un calor de mil demonios fuera. Las gotas de sudor empezaron a caer por la cara de estos. Se secaron el rostro mientras entraban en el establecimiento. El camarero estaba sirviendo al trió cuando vio a Edward viniendo junto a un hombre robusto. Este pregunto:

-¿Quien es tu amigo?

-Se llama Alex Juárez.

El grupo se volvió, los tres eran de diferente aspecto: El de la izquierda tenía la cara gruesa, el pelo canoso y los ojos clavados en el ambiente: El del medio, tenía un rostro parecido al de su compañero, pero tenía un color de pelo y de ojos distinto. Era pelirrojo y estaba quedándose calvo: Y el último tenía el pelo negro a los lados, en medio no tenía.

-El de la izquierda es Conor Tuner, el del centro es Glen O´Brian y el último es Marc Ferguson.

Edward se presentó y estrechó su mano a los tres. Alex le explicó a sus compañeros el caso de Salomón, les dijo que le encontró muerto en la sala de autopsia. Todos se quedaron preocupados y empezaron a interrogar a su amigo y a Edward.

-¿A qué hora le encontraron?-dijo Marc tomándose su copa de Whisky.

- A eso de las cuatro de la mañana, nos avisaron y empezamos hace dos horas a analizar el escenario.-respondió Richard mientras se tocaba la cara.

-¿Tenéis algún sospechoso?-preguntó Glen mientras dejaba su copa en la barra.

-Todavía no. Pero seguro que encontraremos a alguien.

Eran las nueve y media de la mañana y la temperatura no bajaba de treinta grados. Todos estaban un poco cansados porque habían viajado durante dos días habiendo dormido poco, dirigiéndose a Villa Rocosa a atrapar a ese hombre. Pero las cosas habían cambiado, cuando ellos descubrieron que había sido asesinado y que no se lo podrían llevar a Kentucky para juzgarle por lo que había hecho. Alex hizo una pregunta a sus amigos, al no ver al tipo que faltaba en su grupo.

-¿Donde está Ernesto?

-Estará jugando una partida al Texas Holdem.- Respondió Marc mientras miraba a los alrededores y no le veía.

-Muy bien, iré con este amigo a averiguar más cosas de nuestro sospechoso-dijo Juárez refiriéndose a Edward.- Mientras tanto, porque no dormís vosotros un poco-mirando a sus compañeros.

Edward notó a todo el grupo que tenía unas ojeras de cansancio. Entonces intervino tocando con sus dedos al que estaba hablando.

-Y porque no dormís todos y mientras tanto yo averiguo cosas sobre vuestro fugitivo. Enviare un telegrama a Kentucky para que me den más información sobre ese robo. Mientras tanto hablo con gente que conozco para que me digan si vieron a alguien esa noche.-hizo una pausa- No se preocupen, les mantendremos informados de todas las pistas que averigüemos. Así que descansen un poco- Finalizó este despidiéndose del grupo.

Los Marshall le hicieron caso, pagaron las copas que habían engullido, alquilaron cinco habitaciones, esperando que Ernesto llegase y se echara una siesta al igual que ellos.

***

Mientras tanto, Edward se bebió dos vasos de agua y uno de Whisky en el bar de Jack. Tras esto, pagó las bebidas. Y se fue a la oficina a escribir un telegrama. En él decía:

Me llamo Edward Richard, ayudante del sheriff Warren Filton en el pueblo de Villa Rocosa, les escribo porque necesitamos averiguar información sobre Salomón Hudson y el robo que este cometió. Podría darnos copias de los informes del robo, hasta el interrogatorio que le hicieron a Diego Fortuna. Gracias por la ayuda, y espero su respuesta de inmediato.

Redactado por: Edward Richard.

Metió la carta en un sobre y fue a la estación del ferrocarril. Se lo entregó a Fred y este lo transcribió a Kentucky. Se fue de nuevo a la oficina.

Esperaron dos días. En ese tiempo investigaron la escena en busca de pistas que no habían encontrado antes, averiguaron donde residía Salomón. Hablaron con John, y este les dijo en que habitación estaba. También supieron que un hombre vino a hacerle una visita, tuvieron una reyerta y el desconocido se fue. No llegaron a verle para hacerle un retrato y ponerlo en las calles del pueblo. Por lo menos supieron que la víctima tenía un enemigo.

Dos jornadas después. Warren estaba en la oficina, viendo el temporal. Hacía un día donde la temperatura había descendido dos grados, el aire era suave. Este notó la frescura mientras escribía en un papel lo que habían averiguado del caso hasta ahora.

Edward trajo un telegrama de la estación. Era la respuesta de Kentucky, en ese sobre habían dos cartas: Una era la información del interrogatorio que hicieron a Diego Fortuna, la otra venía escrito con detalle el robo que sucedió en la casa del magnate.

Se lo dejó encima de la mesa. Este sonrió y le dio las gracias. Abrieron la carta y empezaron a examinar los informes. Lo leyeron:

-FECHA DE INTERROGATORIO:14/02/1870

-NOMBRE: DIEGO

-APELLIDOS: FORTUNA

-Sheriff Malcom: ¿qué le ha ocurrido?

-Diego Fortuna: Han robado mi Colt 45, he denunciado este robo hace una hora.

-S.M: ¿tiene alguna idea de quien ha podido robar su revólver?

-D.F: No, pero tengo alguna ligera idea.

-S.M: ¿Y eso?, explíquese.

-D.F: tengo las sospechas de que haya sido un criado que tengo mi cargo. Hablo de Salomón Hudson, ese tipejo se acostaba con mi mujer. Además de odiarme y de que me pusieran los cuernos, me robó.

-S.M: ¿y porque su criado quería su revólver?

-D.F: y yo que sé.

-S.M: ¿y no podría ser que le incriminasen?

-D.F: no lo sé, pero este tío me hundió la vida. Y a lo mejor quería mi pistola para venderla por ahí.

-S.M: según los testigos vieron a un hombre de color, pero no dijeron que fuera Salomón. De acuerdo, si usted piensa que fue ese tipo, adelante ponga una demanda contra ese hombre.

-D.F: he hecho algo mejor, he puesto una recompensa por su cabeza.

-S.M: espero encontrarle antes de que un caza recompensas le mate.

-D.F: ¿estoy detenido?

--S.M: No, no tengo ninguna prueba contra usted. Así que puede salir por esa puerta. Lo que si le pido es que no salga del pueblo.

REDACTADO: SHERIFF MALCOM PHOENIX.

-De acuerdo, así que Diego podría ser sospechoso del asesinato. Podría haber venido al pueblo, matarlo e irse de este pueblo-comentó Edward.

-Esperemos que no.-Finalizó Warren, mirándole a los ojos.

Tras esto, se dirigieron al bar de Lemond. Preguntaron a Jack sobre donde estaban los Marshall. Había un ambiente de que se estaba celebrando una partida. En una mesa grande y redonda. En ella había ocho personas jugando a las cartas. Warren identificó al grupo de la autoridad jugando. Alex estaba de espaldas a este.

-¿Crees que Diego Fortuna tuvo algo que ver con la muerte de Salomón Hudson?-preguntó el sheriff quitándose el sombrero.

El grupo de Alex soltó las cartas encima de la mesa. Juárez se dio la vuelta y le miró con duda.

-¿Por qué lo dices?, es dueño de un rancho y seguramente este allí, dado que tiene muchas cabezas de ganado a las que alimentar.

-Pero ¿podría haber sido él?-preguntó de nuevo Warren alcanzo una silla para poder sentarse.

-No lo creo, trabajé para él, bueno para su equipo, aunque él daba las órdenes. Y hay dos cosas se dé él: una es que él nunca se mete en asunto turbios y paga bien.

-¿Y nunca ha matado antes?-preguntó el sheriff.

-No que yo sepa.-respondió Alex dándose la vuelta mirando a Warren.

-De acuerdo, lo comprobaré. ¿Sabes algo de Salomón Hudson?

-No, a ese no lo conocía, ¿es la víctima de tu caso?

-Así es, tengo la teoría de que Hudson le implicaron en un robo. Huyó de Kentucky porque nadie le creía. Al final, Diego Fortuna dio con él en Villa Rocosa y vino aquí para encargarse de él, o mandó a alguien. Tal como fuere, alguien mató a Salomón Hudson con una Colt 45 y disparando seis veces.- dijo el de la autoridad señalando a su amigo.

-Ya sabes lo que os dije hace tiempo a ti y al doctor: "Siempre que acuses a alguien..."-decía Alex mientras se tomaba la cerveza que había cogido de la mesa.

-"He de tener pruebas".-terminó Filton.

-Así es, y si ahora me disculpas, tengo una partida a la que atender.- dijo Alex con una sonrisa de oreja a oreja y girando su cuerpo, mirando otra vez a los jugadores.

-¿Habéis venido hoy a Villa Rocosa, no?-preguntó el sheriff, poniéndose el sombrero.

-Así es, tu amigo Lemond te lo confirmará.

-Sí, hará dos horas que se registraron.-respondió el camarero tocándose su bigote grueso.

-De acuerdo, podéis continuar.-contestó Filton, dejando el local.


Estando en casa, Warren se quitó la chaqueta y se dio un baño bien largo, quitándose el pestazo a sudor que tenía. Tras eso, se puso ropa cómoda y vio a Juana llevarle un plato caliente a la mesa de la cocina, este la ayudó y la ordenó que se fuera a casa, para que cuidase de su hija. La criada se tocó su moño y respondió.

-Ahora me iré, sheriff. Tranquilo, mi hija está en casa de una amiga mía.

-De acuerdo.

El sheriff cogió un periódico de una mesa y se lo llevó consigo. Se sentó y sonrió a su criada que estaba sentándose al lado suyo. Este dejó el periódico a un lado y cogió un tenedor.

-Que bueno, ¿que es?-preguntó mientras probaba la cena.

-Patatas cocidas y pastel de manzana.

-¿Estáis bien?, me refiero tu hija y tú.

-Sí, gracias por preguntar. Vamos superándolo.- respondió esta, acordándose de su difunto Alvin.

-Cualquier cosa que necesitéis, no olvides pedírmela.

-Gracias, ¿cómo vas con el caso?, no se habla de otra cosa en el pueblo.- dijo Juana, cambiando la conversación.

-Estamos avanzando, aunque no tengo muchas pruebas de nuestro criminal.-respondió Filton limpiándose sus labios.- Aunque tengo una pregunta que hacerte, ¿has oído mencionar el nombre de Diego Fortuna por el pueblo?

-No, no le escuchado.

Warren estuvo pensando que si Diego Fortuna estuvo en el pueblo, alguien lo tuvo que ver, aunque fuese de pasada. Así que se le ocurrió hacer un dibujo de ese hombre. Pensó en Alex que le conoció. Tras eso, se tocó el mentón y pidió a su asistente que se fuese a casa. Ella se levantó de la silla y le dio las gracias por preocuparse por ella y por su hija. Él le dio las buenas noches. Ella se tocó el moño mientras se iba de la casa.


Hacía una noche calurosa y cuando terminó de cenar, dejando los platos en la mesa, fue caminando hacía su porche. Estando ahí, miró al cielo y pensó en la primera vez que vino a Villa Rocosa, cuando conoció a Juana, a Samuel, a Samantha, etc. Estuvo haciéndose preguntas sobre donde estaría Jorge Jiménez, su antiguo jefe. Espero que Leland Morse lo atrape. Decía su voz interior.


Samantha con una sonrisa entre los dientes, viendo al sheriff desde su porche, le preguntó.

-¿Quieres compañía?

Él la miró, contempló su esbelta figura con el traje verde ceñido que tenía. Sabía que ella le gustaba él, pero Warren no le veía siendo su esposa, sino como una amiga. A él le gustaban más morenas de piel y de su misma altura, pero aún no la había encontrado. Samantha fue caminando hacía él con los brazos cruzados y mirando hacia el cielo.

-Hace buena noche.-decía mientras subía los peldaños de la casa de este.

-Sí, ¿qué tal el colegio?-preguntó Warren sonriéndola.

-Pues hoy un niño se ha puesto malo y lo he llevado a la consulta del doctor. Al final eran gases.

-Me alegro.

-¿Y tú?- preguntó ella, ruborizándose la cara.

-No hemos atrapado al malo.-respondió, tocándose el mentón.-Una pregunta, ¿ has oído mencionar el nombre de Diego Fortuna?

-No, ¿por?-preguntó ella, poniendo cara de incognito.

-Porque podría haber sido el principal sospechoso del caso.

-Lo resolverás.-contestó esta, despidiéndose con un beso que le dio a Warren en su mejilla.

A él no le disgustó que hiciese eso, pero algún día tendría que decírselo, para que ella no se hiciera ilusiones. Tras eso, Samantha se dio la vuelta y se dirigió a su casa. Él miró el reloj del salón desde el porche, eran las once y media. Se metió adentro y fue hacía su habitación. Se acostó, pensando en que atraparía al criminal.


***

Al día siguiente Warren estuvo con su amigo Alex en la oficina del sheriff, Filton estaba haciendo el dibujo de Diego Fortuna en una hoja mientras que Juárez se lo describía. Al terminarlo, hizo lo mismo cinco veces más. Los colgaron por el pueblo, también fueron preguntando por los salooms y otros negocios. Nadie le había visto, no había ningún resultado. Warren y Alex volvieron a la oficina cabreados por no encontrar al sospechoso. Poco tiempo después, apareció Edward y les dio una alegría, apoyándose en el umbral de la puerta.

-Tengo buenas noticias.-soltó, sonriendo de oreja a oreja.

-Haber.-respondió el Marshall.

-Dejar de buscar a ese tal Diego Fortuna, porque tengo a otro sospechoso a la vista. Se trata de un hombre que vendió el revólver de Diego Fortuna a un vendedor, el cual no me la ha querido vender porque dice que es muy especial.

-¿Te ha descrito el vendedor al tipo que le dio el arma?-preguntó Warren aferrándose el pelo.

-No, creo que habrá que presionarle.-insistió Edward.

-Pues vamos, ¿cómo se llama el vendedor?-preguntó el sheriff.

-Es Márquez.

-Ya sé quién es. Gracias.-respondió el sheriff, llevándose a Alex a la tienda.

Márquez era un vendedor de armas, uno más del pueblo. Es una de las personas mayores que hay en el pueblo. No tiene familia y cada dos meses se afeitaba la barba blanca que tenía. El vendedor era más bajo de estatura que Filton. Siempre estaba encorvado y tenía un bastón para caminar. Su tienda estaba en la calle del comercio, era de una de las que estaba en medio. Ellos entraron en la tienda y vieron que no había mucha clientela. Se acercaron a Márquez y le saludaron. Filton enseñó su placa y este dijo.

-Hola sheriff, ¿quién es su amigo?-preguntó al más alto de los dos.

Este le miró fijamente con sus ojos verdes oscuros.

-Escúchame, sé que tienes una Colt 45 que es propiedad de Diego Fortuna porque lleva inscrita sus iniciales. La queremos, y también queremos saber el nombre de quien te la vendió, ¿me he explicado?-preguntó Filton.

-No conozco a nadie que me haya vendido ese revólver.-respondió el vendedor asustado.

-¿Seguro?, porque yo veo esa Colt 45 con las iniciales D.F grabadas.- preguntó Alex, mirando debajo de la mesa, donde se exponían los revólveres.

-En serio, no conozco al tipo que me la vendió.-respondió asustado.

-Primera mentira, la de ocultarnos lo del arma.-dijo Warren.- ¿Como era ese tipo?

-No lo sé, le vi una vez.

Alex no vio a nadie en la tienda, carraspeó y miró a Warren. Este le dio el visto bueno a la acción que iba realizar. El Marshall dio la vuelta a la mesa y entró en el mostrador. Márquez se asustó, al ver a este sacando su revólver de la funda y encañonándolo.

-Estamos en el oeste, y la siguiente acción que va a hacer mi colega es legal, dado que él no es la autoridad de Villa Rocosa-explicó Warren airoso y mirando a su amigo.

El fornido Alex Juárez cargaba el tambor de su revólver mientras estaba a pocas yardas de su objetivo. El vendedor sintió miedo, dejando caer el bastón y apoyándose en la mesa. El Marshall le puso el revólver en frente de su rostro.

-No sé quién es.

Alex hizo un amago de darle con su arma en la tripa, este se asustó. Lloró y miró al sheriff. Este le hizo una mueca y luego miró a su amigo.

-No te vamos a tocar, tranquilo. Pero quiero respuestas-dijo serio Warren.

El vendedor miró al asustador y pidió clemencia.

-De acuerdo, os lo diré. Os lo describiré.

-¿Cómo es?-preguntó uno de los dos.

Este dio una descripción del sospechoso un poco extraña, dado que se trataba de un hombre corpulento conocido como "El rápido", que murió en un duelo en Villa Rocosa hará unos dos años, Warren se dio cuenta de la trampa e hizo que describiese al verdadero culpable. Márquez lo hizo, no fue Diego Fortuna quien le entregó el arma, fue alguien que se parecía mucho a Glen O´Brian, este pagó al vendedor para que manipulase el arma de Salomón antes de la noche del duelo .

-¿Glen?, no puede ser.-decía Alex una y otra vez.

-¿Por qué iba Glen a matar a Salomón?, Márquez, ¿hay algo más?-preguntó el sheriff.

-Solo sé que dos días antes de que sucediese esto, vi a Salomón coquetear con una mujer madura, aquí en la tienda cuando él compró munición.

-Descríbela.-dijo uno de los dos.

Este lo hizo, unos minutos después, Alex la reconoció. Era Sally O´Brian, vivían en Two Gun. Warren y su amigo compraron el arma de Diego Fortuna y salieron de la tienda de armas y se dirigieron velozmente al saloom de Jack Lemond. Allí no vieron a ninguno del grupo de Alex, aunque el lugar estaba abarrotado de gente.

-Jack, ¿has visto a Glen O´Brian por aquí?-preguntó Filton, acercándose a la barra.

El barman hizo memoria y contestó.

-Me suena haberle visto salir del bar hará una hora, ¿por?

-¿Iba con alguien de mi grupo?-preguntó el Marshall.

-No, creo que no. Iba solo.

-Está huyendo, vamos. Gracias Jack.-dijo Filton sofocado porque tenía que correr otra vez.


Los dos agentes de la autoridad salen a toda prisa del bar y se montaron en sus caballos. Trotaron a toda velocidad hasta Two Guns. Salieron de Villa Rocosa sobre las seis de la tarde, sin decir nada a nadie, sin dejar ninguna nota en la oficina. Filton pensó que hizo mal por haberse ido del pueblo sin decirle nada a sus ayudantes. Al igual que Alex, que no había dicho nada a su grupo. Cabalgaron sin parar durante cuatro horas, a veces tenían que reducir la marcha porque los caballos jadeaban. Bebieron agua y le dieron también a sus animales. Comieron un poco de carne que tenían para viajes largo, guardada en la montura. El cielo estaba despejado durante todo el camino. Al llegar, era de noche y hacía un poco de aire fresco. Al llegar, fueron a la casa de Sally, que vivía en una de las casas, a la entrada del pueblo. Filton sabía que Luke Chester estaría cenando con Natalia en su casa o en un saloom. Los dos dejaron los animales atados a un palo, en frente de una casa de madera, de aspecto viejo. Ellos llamaron a la puerta y esperaron respuesta. Abrieron la puerta, era Sally O´Brian. Ella tenía un vestido grande dado a lo gruesa que era y un moño pelirrojo. Dejó el plumero en una mesa que había al lado de la puerta principal.

-Hola, ¿qué tal Alex?-saludó ella, dándole un beso y mirando fijamente a Warren.- ¿Quien es tu amigo?

-Soy Warren Filton, ¿esta su marido?

Los dos le explicaron la situación de Glen, su marido, tanto Alex como Warren dedujeron que Salomón conoció a Sally O´Brian y surgió un romance secreto, esta mintió a su marido, diciéndole que iba a pasar el fin de semana con dos amigas en Villa Rocosa, cuando en realidad iba a estar con su amante. Cuando Glen se enteró de la infidelidad de su esposa, le vigiló muy de cerca. Por eso, cuando Glen descubrió donde se alojaba Salomón, le robó el Colt 45 robado de Diego Fortuna y se lo dio a Márquez para que lo manipulase.


La noche del duelo, Glen tuvo ventaja sobre su contrincante. Los dos llegaron a la conclusión de que fue un motivo de celos, fue un duelo por una dama. Sally confirmó el romance y el motivo. En ese momento, Warren pidió a Alex que se quedase con la mujer y si venía Glen que no le dejase escapar, mientras él buscaba al sheriff de Two Gun para que detuviera al sospechoso.


Warren Filton salió de la casa de los O´Brian y dio un paseo por los salooms, haber si encontraba a su amigo. Lo encontró tomando unas cervezas en uno de los bares. El ambiente estaba un poco cargado, Filton se acercó a la barra, al lado de Luke, no vio a Natalia.

-Una cerveza.-pidió al barman.

-!Hombre¡, Filton, ¿no?-preguntó Chester, quitándose la espuma de cerveza de sus labios.

-Sí, ¿ y Natalia?-preguntó el otro.

-Esta cenando con unas amigas, ¿qué quieres?

-Veras, hay un sospechoso en tu pueblo que ha cometido un crimen, el cual estoy investigando. ¿Conoces a un tal Glen O´Brian?-preguntó el sheriff de Villa Rocosa, mientras daba un trago a su cerveza que se la habían traído.

-Sí. Sé que juega al Texas Holdem en un bar, cerca de este. Sé que tiene una mujer que está bastante...-decía Chester, mientras se jactaba.

Los dos se rieron y continuaron hablaron del caso. Filton le explicó a este su caso. Tras tomarse las bebidas, pagaron y se fueron a la casa de la pareja. Los cuatro esperaron a que llegase el marido. La casa era confortable, con un salón grande. Las personas esperaron en diversas posiciones a que viniese Glen. Pasaron dos horas hasta que llegó el amigo de Alex. Al llegar, estando en la puerta principal, Glen vio a su esposa en frente suyo. Puso una cara extraña y se tocó su calvo rota.

-¿Que ocurre cariño?-preguntó el sospechoso.

Al entrar este, dos brazos le cogieron de sus extremidades y le tumbaron en el sofá que había. El sheriff Filton le puso las esposas, le hicieron sentarse y le apuntó con su revólver para que no se moviera del sillón.

Los dos restantes registraron la habitación de matrimonio, donde encontraron varias fotografías que demostraban la infidelidad. La sacaron y las llevaron al salón, y Alex se sentó en la mesa de cristal que había en frente del sillón donde estaba el sospechoso. Glen no paraba de moverse.

-No tenéis orden judicial, no tenéis nada.-gritó el sospechoso.

-Cállese.- respondió Chester.

Los ojos de los amigos hicieron un duelo. Al final Alex le confesó.

-Eres mi amigo, así que te voy a dar la oportunidad de confesar el crimen, ¿fuiste tú quien mató a Salomón Hudson porque tuvo un romance con tu mujer?- preguntó este cogiendo una foto del suelo y enseñándosela.

-Era un duelo, y él perdió.

-En un duelo, hay testigos, y solamente se dispara una vez. No seis veces y a quemarropa.- sugirió el sheriff de Villa Rocosa.

-Y además el arma de tu contrincante estaba manipulada. Nos lo confesó Marquez.

-Porque acusáis a la persona equivocada, fue ella la verdadera culpable.- gritó Glen, blasfemando a su esposa.

-Tener un romance secreto es legal.- decía Filton, mirando al asesino.

Este le devolvió la mirada.

-Matar, no.


FIN


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