1x13:Caso cerrado
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M.L., Andrew, Albert, Adam y David llegan un rato después. Investigan el fuerte abandonado con la víctima y los asesinos en el mismo lugar del crimen. Juani y José echan un primer vistazo al cadáver de Mario y ven que la víctima muere, no por la herida que le habían hecho los Marshall durante la huida, sino por el tiro en la cabeza. Y solo puede haber sido Warren o Samuel. El orificio de entrada es grande (una S&W o una Colt 45, la que lleva los hombres de la autoridad). José se acerca a Warren y a Samuel al rato, dejando a su sobrina con el difunto truhán y les pregunta sobre lo que realmente ocurrió en realidad. Filton y Liverpool, al ver al sheriff y al resto de ayudantes allí, deciden no comentar nada y le responden que no pueden decir nada en esos momentos. El doctor se va al ver aparecer a Aaron. Cole, serio, les pregunta que qué demonios a pasado. Warren y Sam no dicen mucho. El sheriff los detiene y ordena a uno de los ayudantes que se los lleve a los caballos. El resto del equipo se entristece al ver a los mejores ayudantes detenidos.
Por otro lado, un poco más tarde, al caer la noche, Kevin Grissom entra en el saloom de Texas y charla con ella. Saluda a Marsha, al matrimonio Walker (Harry y Esmeralda). Kim y Kevin charlan un poco sobre sus vidas. Harry va al baño, que está afuera del establecimiento y se para de repente. Ve desde la puerta vaivén llegar al sheriff y a los ayudantes. Se sorprende al ver a Warren y a Sam detenidos.
Esmeralda, Kim y Kevin se sorprenden mucho también, quedándose también en la puerta del saloom. Los cuatro salen y preguntan a un coro que rodeaba en ese momento a los hombres de la autoridad al ver aquella situación. Kim pregunta a su marido Chris Grissom sobre porque han detenido a Warren y a Samuel. Él no lo sabe. Entonces los cuatro ven llegar a Aaron a su oficina montado a caballo y los cuatro le preguntan. El sheriff no dice mucho al descender de su animal y atarlo a un poste. Tras meterlos detenidos, Albert y Adam se sorprenden que aquellos hombres que tanto respetaran la ley, se la saltasen, asesinando a un desarmado truhán y prepararan un escenario del crimen. Kim vuelve a su saloom. Aaron pide al coro de gente que hay fuera de la oficina, que vuelvan a sus cosas. La gente lo hace. El sheriff cierra la puerta del lugar y reúne a todo el equipo, menos a los detenidos, explicándoles la situación. Pide varias cosas: la primera es que tratasen tanto a Warren, como a Samuel de sospechosos del crimen de Mario Morales. Segundo, que hablasen con Marsha, la testigo que escucha el estruendo del revólver en el fuerte. Tercero, volver a hablar con Jamie, el hombre que mató a su ayudante Joseph por chantaje, para ver a que se dedicaba Mario Morales exactamente. Y quinto y por último, el informe que hicieron sobre las muertes de los asesinos que mandó Mario Morales (Jamie y Charlie), para matar a Warren y a Sam. El equipo se pone a ello. La noche iba a ser larga, por eso, van al saloom de Kim y piden comida para llevar. Una parte la dejan en la oficina del sheriff porque el equipo se divide en tres partes: Por una parte está el sheriff y dos ayudantes que se quedan con él. Los de la autoridad dan de comer a los detenidos. Warren y Sam se lo agradecen. Por otra parte Andrew y Adam van a interrogar a Marsha. Y luego está M.L y Andrew que van cabalgando hasta la de Brown Rock, situada a unas seiscientas yardas de Villa Rocosa para interrogar a Jamie.
Pasan las horas. Son las seis de la madrugada. Todos llegan a la oficina del sheriff y teorizan sobre cómo era Mario Morales y tienen varias teorías acerca de su asesinato. Además, durante ese tiempo, Warren y Sam comentan un poco como era ese truhán y que verificase la información la información enviando telegramas al estado de Missipi, que fue el primer sitio donde escucharon Filton y Liverpool su nombre hace diez años. Todos están cansados y con ganas de sacarles una confesión a Warren y a Sam. Pero estos no se lo iban a poner fácil porque les consideran culpables de un crimen. Y es verdad, pero quieren que averigüe Aaron y el resto del equipo la verdad sobre ese Mario Morales.
Llegan las nueve de la mañana y Albert junto a Adam envían por orden del sheriff, telegramas al estado de Misisipi queriendo saber información acerca de Mario Morales y sus negocios. Mientras que las respuestas llegan, Aaron, harto de preguntar a Warren y a Sam el por qué asesinaron a Mario Morales, se va a desayunar.
Pasan algo más de las tres de la tarde y con un calor infernal, el equipo ya esta harto de que ambos asesinos les toré. Por eso, Aaron va a la celda donde están los retenidos y sacan a Warren a la fuerza. Le pregunta de nuevo. Filton sonríe y no responde. Aaron saca su revólver y le apunta a la cara. Amartilla el revólver y ve que Warren no siente miedo. Samuel va a quejarse cuando Filton le ordena que se quede en el sitio. En ese momento, Adam llega con unos telegramas de respuesta del estado de Missipi. Warren se acuerda de sus métodos poco profesionales al ver visto a Aaron hacer eso. Entonces comienza a contar lo que sucedió en Villa Rocosa hace diez años: "Era mi tercer o cuarto caso, yo investigaba junto a mis dos ayudantes la muerte de un ranchero que más tarde averiguamos que trabajaba como matón para Mario Morales. Pero Mario, no se conformó con ir a por ese matón por haberle traicionado ante la ley. Aquel difunto granjero era confidente de la ley y Morales se enteró gracias a sus contactos. Bien, como iba diciendo, tras asesinar a su antiguo matón, averiguó que el dinero que la víctima había robado, se lo había dado a su familia. La esposa de la víctima se lo gastó en cosas de la casa, alimentos, comprar a más rancheros para que cuidasen su ganado. Mario, al llegar a la casa del difunto, según las declaraciones de un testigo que luego se echó atrás, mató a la esposa. Mató a niña. Mató a un niño. Sus hombres apilaron los cuerpos, quemándolos después. Nunca supimos lo que pasó realmente porque dicho testigo, vecino de la familia asesinada, se hecho atrás. Le retuve durante unas horas y agoté todo lo que tenía para que ese hijo de puta le ahorcase. Pero no funcionó. Su abogado vino a las tres horas y nos exigió que le soltásemos. Mario nos miró con una cara de maldad y soltó: 'hay negocios que tengo que atender en Missipi, si me disculpan.' Fue entonces cuando teoricé sobre lo que le pasó a la familia del ranchero y Morales, dándose la vuelta se acercó a Sam y le susurró una cosa'". Aaron le pregunta a Liverpool que fue lo que le dijo. El otro detenido comenta: "Esa familia se lo merecía, incluido el bebe." Todos en aquella sala se quedan enmudecidos. Warren mira a Aaron y confiesa: "Y sí, tal vez a matamos a ese hijo de puta porque se lo merecía. Pero no fue porque fuera a por nosotros. Sino porque aquellos críos que no se pudieron defender. Matamos a ese hijo de puta porque le quitó la vida a una inocente familia. Los pecados de los padres no lo deben de pagar los hijos, ¿no? Lo que hicimos estuvo mal. Lo de manipular la escena del crimen. Pero hay un motivo, y es justicia divina. Que nadie haga daño al más débil."
Pasa el tiempo. Warren y Sam son liberados y ambos se lo agradecen a Aaron. Más tarde, Filton, Liverpool y Sánchez están tomando unas cervezas en el saloom de Kim. Brindan por los amigos difuntos. Brindan por las víctimas a las cuales han hecho justicia. Brindan por estar hoy aquí, reunidos. En ese momento, aparece Aaron y Warren le llama. Este les acompaña, pidiéndose otra cerveza también.