2x02: Cava y entierra

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Warren y Samuel investigan el asesinato de un joven encontrado en el rancho de Lucas Ramírez, un respetado granjero de Villa Rocosa, que asegura haber disparado contra ese hombre en defensa propia. A medida que avanza el caso, descubren un segundo juego de huellas de animal, pero el problema es que no hay segundo caballo ni su dueño. A partir de ahí el sheriff y el ayudante sospechan de Lucas, de que esconde algo. Por otro lado, Edward investiga la muerte de Rachel, la prima de Zoe Lemond. Jack asegura de que el hombre con el que él obligaba a Zoe a casarse, pero ella rechazó, fue el autor de ese crimen, al recibir una nota de secuestro y ver que la raptada es su hija.


Era una noche tormentosa, caía rayos cada dos por tres. El cielo estaba muy oscuro, eso hizo que Warren y Samuel se desorientasen unas cuantas veces antes de llegar al escenario del crimen. Se dirigieron al rancho de Lucas Ramírez, un respetado granjero de Villa Rocosa y amigo intimo de Javier Cienfuegos, dueño del banco Fuente María. Del cual el hijo de Javier, Pablo, amante de Jennifer Webb, fue detenido por ladrón el año pasado por Edward.


El dueño del rancho Ramírez fue delante de los de la autoridad, dado que él mismo había denunciado ese crimen. Su casa estaba cerca del pueblo, al otro lado de la estación de ferrocarril. El denunciante conocía desde hace tiempo a Warren Filton y a Samuel Liverpool, cuando ellos aún eran ayudantes. También conoció al antiguo ex-sheriff de Villa Rocosa, José Jiménez. Este dueño ya tenía cerca de los cuarenta años, barba negra de la cual siempre presumía y ojos verdes claros, iguales que los del sheriff. Siempre bromeaba de que Warren tenía que haber sido su hijo, dado que era más listo que el suyo propio. Ramírez se separó de su único hijo desde la muerte de su esposa, Isabel. El chico tenía en ese momento los dieciocho y echó la culpa de la muerte de su madre a su padre, dado que a Ramírez le daba cada dos por tres al alcohol. Hay veces que este recuerda esos momentos y no quiere volver a ver ninguna botella de cerveza.


Estando en el rancho de Lucas, el sheriff y el ayudante se desmontaron de sus caballos y fueron guiados por el dueño hasta el cuerpo. El cadáver estaba cerca de una plantación de zanahorias. El cuerpo era de un joven varón, complexión media y de pelo largo negro. Este se había puesto una coleta. Samuel vio un orificio de entrada por la espalda, posiblemente de un revolver con gran cañón o un rifle. También hallaron pisadas de animal cerca de la víctima, posiblemente del caballo que estaba frente a ellos, atado a un poste. Warren empezó a deducir y se lo dijo a los otros. Le dieron la vuelta, Warren se arrodilló.

-Creo que este hombre salió de tu rancho-mirando a Lucas- y alguien le disparó por la espalda, posiblemente con un revolver como el Colt 45 o un Dragoon o un rifle.

-¿Ese es tu caballo?-preguntó el ayudante al dueño.

-No, debe ser él.-respondió Ramírez acariciándose la barba.

-¿Esta cara no os suena de algo?-preguntó el sheriff mirando a la víctima y luego a los otros dos.

-No.-respondieron los dos.

El sheriff supo quien era tras unos de estar mirando a la víctima.

-Es Luis Gómez. Un chico que vive con su hermano en el pueblo, cerca del bar de Lemond, pero ¿donde está su hermano?

Samuel no le sonaba de nada esa cara, dado que esa cara muy común en el pueblo. El ayudante se acarició su tripa y le preguntó a su jefe.

-¿Sabes cómo se llamaba su hermano?

-No lo sé. Pero puede que Jack lo sepa.

-Ese bastardo me robó el dinero de la caja fuerte. Fue entonces cuando yo llegué y le vi montándose a su caballo, disparé mi Springfield contra él.-confesó el cuarentón.

-Así que me estás diciendo, ¿que tu le mastates?-preguntó Warren.

-Sí.

-¿Y el dinero?-preguntó el ayudante.

-En un sitio seguro.-contestó Lucas.

-El caso más fácil del mundo.-aseguró Samuel.

Los agentes de la autoridad se miraron y se jactaron. Warren se levantó del suelo y se sacudió las manos.

-Bien, voy a llamar al enterrador para que se lleven el cuerpo de Luis-señalando a la víctima- después se lo diré a su hermano.

Lucas se quedó cerca del cuerpo mientras Warren y Samuel iban caminando por el rancho del dueño, saliendo hacía afuera. Se alejaron un poco del escenario del crimen. En ese momento un trueno iluminó el campo, haciendo que Samuel viera huellas cerca de donde estaba caminando Filton. Samuel le advirtió.

-¡Eh!, mira esto-el ayudante se arrodilló en frente de las pisadas.

El llamado también se fijó en esas pisadas. Eran de caballo. Los dos pensaron en ¿dónde estaría el animal?, ¿sería del caballo de Luis?, ¿tendría algún cómplice?

-¿Qué crees que paso?-preguntó Samuel, mirando a Warren.

-Puede ser del caballo de Luis, o que no signifique nada. Pero si es algo, es que algo malo paso-tragó saliva- y acabó mucho peor.

Los dos miraron a Lucas y dedujeron que este escondía algo, pero ¿el qué?


Samuel se levantó y volvió junto a Warren al escenario del crimen. Vieron al dueño inmóvil en el porche de su casa, fumando en pipa. Los agentes de la autoridad subieron los peldaños y se pusieron en paralelo a Lucas. El barbudo se quitó la pipa de la boca y preguntó a Warren.

-¿Ocurre algo?

-¿podemos echar un vistazo al interior de tu casa?, es solo para saber que robó Luis.

-De acuerdo-contestó este dándole unas cuantas palmaditas en el hombro al sheriff.- Ojala hubieras sido mi hijo.

Los tres avanzaban por el pasillo lujoso de la mansión que tenía Lucas. Subieron por unas escaleras en forma de caracol y siguieron por otro pasadizo hasta el cuarto donde dormía el dueño. A Filton siempre le gustó esa casa, dado que tenía una cantidad de habitaciones. Cinco abajo y seis arriba. Al llegar al cuarto en cuestión, vieron que la caja fuerte, que estaba en frente de la cama de Lucas. Los dos pensaron que el dueño no se separaba del dinero ni en sueños. La caja fuerte había sido abierta a balazos. El sheriff miró al dueño y le preguntó.

-¿Cuánto te han robado?-tocándose el mentón.

- Novecientos noventa y nueve dólares, exactamente-aseguró Lucas.

-Los tienes contado, ¿eh?-jactó Samuel.

El dueño se rió y después Warren salió del cuarto. Después salieron los otros dos, bajaron por la escaleras en forma de caracol. Salieron por la puerta principal y los dos agentes de autoridad siguieron caminando hacía el cuerpo de Luis. Al lado suyo, había sangre que se desviaba hacía el cultivo de zanahorias. Warren pensó que habría un segundo cadáver, luego gritó a Lucas.

-Tráeme el rifle con el que disparaste a Luis.

El dueño fue hacía dentro de su casa para traerle dicha arma.

***

Edward Richard estaba en mitad del camino, un poco alejado de Villa Rocosa, esperando a que llegase el doctor, que tenía una noche movidita, dado que le necesitaban en otro caso. Veía truenos cada dos por tres, le parecía que era una bonita noche. Aunque echaba de menos a Shonda Williams, su novia. Vio al doctor trotando con su caballo en el horizonte. Cuando llegó a la altura de el ayudante, descendió del animal. José Sánchez se ajustó sus gafas de culo de botella y miró al escenario, no viendo nada, dado a lo oscuro que estaba.

-¿Y bien?-preguntó el galeno.

-El bulto está un poco más adelante.-contestó el ayudante.

-¿Y cómo has dado con él?

-En realidad fue Lewis Roland, el que vive en el rancho que hay a pocas yardas.

-Ya sé quién es.

-Bueno, en fin, uno de sus terneros se alejó del camino y cuando Lewis fue a encontrarlo se encontró con esto-informó Edward mientras caminaba con José hacía el bulto.

El doctor vio dos palas tiradas en el suelo. Este preguntó al ayudante.

-¿Para qué son las palas?

-Para ver que hay debajo del suelo.-sonrió al final de la frase.

-Me vas hacer adelgazar.-dijo el doctor mirando su panza.

Tras un rato de excavaciones, consiguieron desenterrar lo que había debajo de la tierra. Encontraron el brazo delgado de una joven, siguieron excavando, consiguiendo desenterrar el resto del cuerpo. Vieron que era morena de piel, con unos grandes senos y la cara muy pintada, estaba un poco descompuesta. Examinaron a la joven, tendría más o menos los veinte años. No vieron orificios de bala, ni de apuñalamientos. Le quitaron la tierra de la cara. Tanto el doctor como el ayudante la reconocieron.

-Es la prima de Zoe Lemond.-dijo uno de ellos.

-¿Cómo se llamaba?-preguntó Richard.

-Rachel no se qué más.

-En fin doctor, ¿a qué hora murió la víctima?

El galeno examinó de cerca a la joven y vio que murió hace un día y medio más o menos, según la temperatura del cuerpo. Edward también examinó el cuerpo y vio en una de sus uñas, un trozo de hilo fino. Lo cogió y lo guardo en un bolsillo con botón. Luego dijo al doctor.

-Parece ser que el agresor mató a la prima de Zoe, pero no sin antes ella arrancarle un trozo de hilo.

-Eso será bueno, ¿no?-José se ajustó sus gafas.

-Espero.

-Creo que fue asfixiada-dijo José, mientras enseñaba a Edward los ojos de la víctima- ¿Puedes hacerme un favor?, ¿puedes llevarla al cementerio?, es que yo tengo que analizar otro cadáver en el rancho de Ramírez.

-¿Lucas Ramírez?

-Sí, ¿cómo lo sabes?

-Pasó por mi lado, junto a Warren y a Samuel. Estaban cabalgando como alma que lleva el diablo.

El doctor se levantó y se montó en su caballo. Se despidió de el ayudante y luego se fue en dirección al rancho de Lucas. Edward Richard levantó el cuerpo de la víctima, ella pesaba menos que él, así que el hombre no tuvo problemas en trasportarla al caballo. Luego se montó y trotó hacía el pueblo.


Antes de dirigirse al cementerio, fue al saloom de Jack Lemond y desmontó de su caballo. Cogió el cuerpo sin vida de la joven en brazos y entró en el local. Estaba vacío, solamente estaba una joven en la barra. Edward se acercó y tumbó el cuerpo en el suelo. La chica se dio la vuelta, era Zoe Lemond y le puso su dulce sonrisa.

-¿Zoe?-preguntó Edward tocándose su pelo canoso.

-Sí, ¿qué?, ¿no me recuerdas?

-La última vez que te vi, tenía catorce años- la miró con asombró y la piropeó- estas muy guapa.

Ella se sonrojó. En ese momento, Benjamín salió de la cocina y rodeó la cintura delgada a la joven mejicana con sus manos gruesas. El ayudante se dio cuenta de que eran pareja. Cuando la mujer alzó la vista por encima de la barra y vio a su prima tumbada en el suelo y sin vida, gritó. El padre bajó volando del piso de arriba y vio la escena, el ayudante quitó en seguida las manos de la cintura y abrazó a Zoe. Edward explicó la situación, al final le preguntó.

-¿Es Rachel?, ¿es tu prima?

-Sí, es mi prima.-contestó ella llorando-¿Que le ha pasado?

-No lo sé aún, pero tengo indicios para creer que fue asfixiada. Pero aún estoy empezando.-contestó Edward.

-¿Donde la encontraste?-preguntó Jack serio.

-Cerca del pueblo, en un camino abandonado.

En ese momento el ayudante dio un pequeño respiro a la familia para que asimilaran la muerte de la prima, antes de comenzar el interrogatorio. Este oyó ruidos arriba. Miró hacía el dueño y le preguntó.

-¿Tenéis clientela?

-No, son mis ayudantes. Les diré que bajé.

Lemond alzó la voz para que bajasen los cuatro hombre que había arriba. Los cuatro bajaron como el viento y se pusieron en fila. Edward volvió a hacer preguntas. Empezó por los familiares más cercanos, luego interrogó a los ayudantes. Casi todos tenían coartadas, excepto dos: Harry e Isak, y uno de ellos no estaba en su puesto a la misma hora que dicho crimen. Edward se fijó en Isak, en que medio pin de su chaqueta estaba roto. Sospechó, pero para eso tenía más pruebas.

-¿Que le ha pasado a su pin?-preguntó Edward, siendo testigo los demás del bar.

-Se me habrá caído en alguna parte del bar.-contestó el español con aire tranquilizador.

-¿Y dónde estabas a la hora del crimen?

-En mi casa, solo.

-Coartada muy débil.

-¿Ocurre algo?-preguntó Jack tocándose su grueso bigote.

-No, que ya me voy a casa-contestó Isak tocándose su barba de tres días.

Edward dejó que se fuese el sospechoso, dado que no tenía nada contra él. Al girarse vio a Jack en la barra sacar la fregona debajo de un mueble. El ayudante de Lemond salió del saloom. Los demás estaban en el piso de arriba, recogiendo sus cosas. Zoe y Benjamín estaban a solas en una habitación hablando, sin que nadie lo supiese. Edward le preguntó a Jack.

-¿El español no se ha traído equipaje?-acordándose de que Isak se lo había dicho.

-No, siempre viene ligero de equipaje.

-¿Y quién es ese hombre?-preguntó Edward, interesándose más en el hombre que había abandonado el local.

-Se parecía a un hombre que se quería casar con mi hija. Pero al final ella lo rechazó. La verdad es que me alegré de que no se casase con ese hombre. Había algo raro en él. Pero en fin, eso fue hace tiempo.

-¿Quien es el tipo que se ha marchado?-volvió a preguntar el ayudante.

-!Ah¡, perdón, se llama Isak Pérez. Ya lleva un tiempo conmigo. Es un buen cocinero, la verdad. Hace el mejor potaje que he probado-dijo Jack sonriendo.

-¿Y tu cuando has comido potaje?-siguió bromeando Richard.

Los dos rieron un poco.

En ese momento bajaron por las escaleras dos ayudantes de Lemond: uno de ellos era Benjamín asustado y cubriéndose la frente, dado que le habían golpeado. El padre de Zoe, preguntó asustado.

-¿Que te ha pasado?-refiriéndose a Benjamín Robles.

-Alguien ha secuestrado a su hija.-respondió el otro ayudante.

***

El doctor llegó al rancho de Lucas Ramírez y ató al caballo a un palo. Desmontó de su caballo y fue hacía donde estaba Warren Filton y Samuel Liverpool, ellos estaban al lado del cuerpo sin vida de Luis Gómez. El sheriff y el ayudante les explicó lo sucedido a José. El galeno se agachó y examinó a la víctima. Vio que la herida mortal era el impacto que tenía por la espalda el ladrón. Dedujo más o menos a qué hora murió.

-¿Tienes algo?-preguntó el sheriff.

-Murió más o menos hará cuatro horas. Lo único que puedo decir es que la causa de la muerte es el disparo que hizo Lucas con su Springfield-dijo el doctor, ajustándose las gafas.

Los agentes de la autoridad pensaron en el rastro de sangre que encontraron cerca de la víctima, así que el sheriff le dijo a Samuel que investigase a ver donde estaba el hermano de Luis, preguntando por el pueblo con el dibujo que habían hecho. Mientras tanto, entre el médico y el sheriff cargaron el cuerpo de Luis en el caballo del galeno. Este lo iba a llevar al cementerio.


La noche seguía tormentosa mientras los dos agentes de la autoridad y el doctor iban a Villa Rocosa. El galeno fue al cementerio mientras Samuel iba preguntando por el pueblo con el dibujo de Luis, para ver si había visto al hermano de la víctima. Warren también ayudó en preguntar por el pueblo.

Al llegar las once y media, los hombres cenaron el saloom de Josh Wincott, averiguando que el hermano de la víctima también había desaparecido, gracias a la información que les había proporcionado Jack Lemond, que estaba desorientado por el secuestro de su hija. El sheriff dejó que Edward se encargara del secuestro. Tras la cena, Filton se fue a informar a Lucas de la desaparición del hermano de Luis, haber si le había visto. A eso de la una de la madrugada, Filton dejó atado su caballo en un palo y vio a Lucas regar sus plantaciones. El ayudante entró en el rancho, Ramírez se levantó y miró al sheriff. Este gastó una broma.

-Hijo, ¿de dónde vienes?-tocándose su barba negra.

-De averiguar que el hermano de Luis ha desaparecido también, quería preguntarte si ¿le has visto por aquí?

-Sé quién es. Pero no le he visto.

-¿Esta seguro?

-Sí, lo estoy.

-¿Cuantos hombres viste en tu rancho?-preguntó Warren tocándose el mentón.

-Uno solo. Ese truhan intentó robar mi dinero, yo le maté y te avisé. Eso es defensa propia.-aseguró Lucas enojado, sospechando de que el sheriff no le creyese.

-Sabes que encontré un rastro de sangre cerca de Luis. Eso me indica o que la víctima se arrastró antes de morir, o hay otro cuerpo. También vi unas pisadas de animal cerca de tu rancho. Lo que me viene a la cabeza, ¿no nos estará ocultando algo?-preguntó Warren.

Los ojos verdes claros del dueño se toparon con los del sheriff y se mordió los labios. El sospechoso dijo.

-Solamente hubo un ladrón. Y dado a que no me crees, te diré que nunca he matado a nadie que no se lo mereciera. Y no sé nada del hermano de Luis.-tragó saliva-Pero yo que tu, sospecharía del jefe contrabandista que tenían los hermanos Gómez, Will Kovack.

-¿Y porque iba a sospechar de él?

-Porque oí decir por el pueblo que tanto Luís como José Gómez tenían deudas con él.

El sheriff no tenía ninguna prueba contra el dueño del rancho, dado a que había comprobado su Springfield, le faltaba una bala, tal vez hubiera disparado dos veces con él, pero no había prueba de ello. A lo mejor decía la verdad. Filton le miró serio y se fue del rancho, sin despedirse de Lucas. Este cogió su caballo y trotó hacía el pueblo. Pensó en que en esta historia había algo que no estaba claro. Si fue un simple robó que se torció, dado a que el dueño disparó en defensa propia contra el ladrón. Lucas recuperó el dinero y lo guardó en otro sitio, pero ¿dónde estará el hermano de Luis, José?, ¿tendría otro cómplice la víctima y el rastro de sangre sería suya?, ¿y quién sería dicho compinche?


Mientras tanto Samuel Liverpool, con lo cansado que estaba, aguantó casi toda la noche hasta las dos de la mañana. Durante ese intervalo, el ayudante estuvo ayudando a Edward y a Benjamín que se había sumado en la búsqueda del secuestro de Zoe Lemond, hasta que Richard encontró una pista del rapto, del cual decidió seguirla junto a Benjamín. Por otra parte, descubrió el nombre del hermano de Luis Gómez y a que se dedicaban. Los dos hermanos eran contrabandistas y trabajaban para un tipo llamado Will Kovack, un hombre al cual despreciaba la ley, dado que él también los despreciaba. Samuel le llamaba "el tipejo". Averiguó donde trabajaba y fue a hacerle una visita.

***

Edward Richard salió en busca junto a Benjamín Robles, uno de los ayudantes de Jack Lemond y el que estaba enamorado de Zoe Lemond, a encontrarla, dado que ella llevaba desaparecida cuatro horas. El ayudante de Jack se curó la frente limpiándose la herida de la frente. El secuestrador había dejado una nota en la habitación de la chica exigiendo una cantidad elevada de dólares al padre para que la reuniera y la llevara a un lugar, cerca del cementerio en siete horas o la matarían. Los ayudantes vieron dicha amenaza y decidieron ponerse a buscar a los responsables.


Desde las ocho y media hasta las dos de la madrugada estuvo interrogando a los ayudantes de Jack para saber donde estaban en el momento del secuestro. Benjamín habló en privado con Edward Richard, dado que el padre de la joven no sabía dicho romance y había estado en su cuarto cuando se produjo el secuestro. El ayudante lo entendió y le interrogó sobre si recordaba algo de los raptores. El interrogado respondió que estaba abrazando a la joven cuando notó un fuerte dolor en la nuca. Todo paso muy deprisa. Al último hombre que preguntó el ayudante fue a Isak Pérez. Este respondió llegando a su casa en el momento del delito, el ayudante se fijó en el traje que llevaba Pérez, tenía un rasguño y le faltaba medio pin.

Pero lo que no le gustó a Jack oír por el saloom es que Benjamín Robles estaba en el cuarto con su hija, dado que uno de los compañeros de Robles oyó la conversación que mantuvo Robles con Edward donde le confesaba que estaba con ella. Ese ayudante se lo contó a Jack y este se puso como una furia cuando vio a Benjamín y a Edward salir por el local. El padre se lanzó como un toro a este y le golpeó en la tripa. Edward los separó e hicieron que se tranquilizasen, dado que la prioridad era Zoe. Lo entendieron y Benjamín quiso ser el compañero de Edward para encontrar a su novia. Este aceptó pero con la condición de que no montase otra bronca como la que había montado con Jack. Los dos leyeron la nota del secuestro y pensaron en el hombre al cual dejó Zoe plantada y el cual Jack le parecía algo raro en él. Ese hombre se parecía a Isak, el cual tenía una coartada débil para ambos delitos: el asesinato de Rachel y el secuestro.


Tras curarse la herida de la frente, limpiándola, salió del trabajo junto a Edward y empezaron a preguntar por distintos locales y otros comercios sobre si habían visto a Zoe por alguna parte. En un corto tiempo, se les unió Samuel Liverpool durante un corto tiempo. No llegaron a nada. Samuel, se fue a otro lugar, dado que tenía otro caso. Volviendo a estar solos Edward y Benjamín, fueron a descansar un poco en el saloom de John Kruger.

Miraron la hora, eran las dos de la madrugada. Estaban cansados y deseando de que esta pesadilla acabase. Se sentaron en dos taburetes y pidieron dos cervezas. Oyeron varios truenos que caían afuera. El local estaba un poco animado. El camarero les vio tan agotados que les preguntó.

-He oído lo del secuestro, lo siento. Si os puedo ayudar en algo, preguntarme.

El mejicano rompió a llorar porque creía que no la volvería a ver. Edward le dio unas cuantas palmadas en el hombro. El barman le animó, le dijo que nunca hay que rendirse, aunque vengan las peores cosas de la vida. Los clientes de la barra le preguntaron.

-¿Has visto a este hombre aquí?-preguntó Edward, enseñándole a John el dibujo de Isak, que habían hecho antes, dado que sospechaban de él.

-No.

-¿Y a Zoe?-preguntó el otro ayudante.

-Sí, hará dos horas .

-¿Con quién?, ¿con él?-preguntó uno de los ayudantes señalando al dibujo.

-No, no era este tipo. Si queréis os lo describo.- respondió el barman, frotándose sus ojos azules oscuros.

-¿Y con quien se citó?, ¿a qué hora fue eso?-preguntaron los dos, dado que Zoe no tenía muchos amigos en el pueblo.

-Hará más o menos ocho horas. Ella estaba, al principio relajada en la conversación, pero luego se puso tensa y gritó un "basta", me pagó la bebida y se fue del saloom.

-¿Sabes de que hablaban?-preguntó uno de ellos.

-No, dado al murmullo que había. Pero fuese lo que fuese, la dejó hecha polvo.-respondió John.

El mejicano pensó que hace ocho horas ella estaba entrando por la puerta de la taberna de su padre. Luego, ¿con quien estaría hablando su novia que la puso tan tensa?, el camarero, dado que estaba cansado, echó a los clientes de las mesas, excepto a Edward y a Benjamín. A ellos, antes de que les echase, les hizo el favor de describir al tipo con el cual, estuvo hablando Zoe, en un papel.

Tras la descripción que hizo a los ayudantes el camarero, se fueron todos a descansar. Richard dejó a Benjamín en el saloom de Jack para que descanse un poco. Al llegar Edward a casa vio la hora, eran las tres y media de la mañana. Con los ojos casi cerrados fue andando en zig zag hasta el dormitorio. Al estar allí, vio a Shonda durmiendo en un lado de la cama. Este se tumbó al lado de ella y cerró los ojos de inmediato.


A la mañana siguiente, hacía un calor infernal. Tras desayunar con Shonda, el ayudante se fue a la oficina a coger un martillo y unos clavos, copió el dibujo que describió Kruger a estos la noche anterior y los colgó en diversos sitios del pueblo, junto a Benjamín, que seguía mustio y se sentía responsable de no haber nada durante el secuestro. Edward le siguió animando y le prometió que encontrarían a Zoe.


Paso un tiempo hasta que Kevin Notherland, el herrero del pueblo, que abandonó su puesto de trabajo, haciendo que se encargase otro tipo de la herrería. Kevin siempre le cayó bien la familia Lemond y era con los que mejor se llevaba, aunque algunas veces gastaba bromas que a nadie entendía, por eso, al oír la noticia del secuestro y ver al hombre del dibujo, se puso en marcha. Este fue corriendo como una bala hacía la oficina del sheriff. Al entrar en el establecimiento, bebió un poco de agua y los dos ayudantes empezaron con el interrogatorio.

-¿Y donde dices que le has visto?-preguntó uno de los ayudantes.

-En mi herrería, ese tipejo tenía algo raro. No sé, me dio mala espina-respondió Kevin, acariciándose su pelo rubio cortado.

-¿Por qué dices eso?-preguntó Edward.

-Había algo raro en ese hombre, tal vez la forma de pedirme las cosas. Creo que tenía acento alemán.

-¿Y supiste su nombre?-preguntó Benjamín, frotándose las manos.

-No- lo pensó de nuevo- creo que era Skeet Courtney.

-¿Y sabes donde se aloja?-volvió a preguntar Robles.

-No, lo siento-respondió Kevin, acariciándose su pelo rubio.

-Entonces habrá que indagar.-terminó Edward.

Los dos ayudantes le dieron la mano a Kevin y le agradecieron esa información. El herrero volvió a su trabajo mientras que los otros dos fueron en busca de ese Skeet Courtney. Se protegieron del fuerte calor, bebiendo mucha agua.


Los dos ayudantes sabían el aprecio que tenía el herrero con la familia de la secuestrada. Por eso sabía que decía la verdad sobre que había visto a ese hombre en la herrería. Kevin no era muy querido por el pueblo, dado que se creía el más listo de Villa Rocosa, tambien era muy cruel con algunos comentarios que soltaba a algunas personas del pueblo. Pero el que le odiaba a muerte era John Kruger, ex-abogado y dueño de un saloom, porque se había metido en medio de su matrimonio y había roto una familia. Kevin se acostó con la mujer de John, Michelle, y por esa razón se rompió la familia, llevándose la madre a la única hija que tenían en común, Amber, a Illinois.

***

La noche anterior Samuel Liverpool había ido a visitar a Will Kovack, el jefe de Luis y José Gómez, para averiguar que sabía de la desaparición de José, el hermano de la víctima, en su local. Los hermanos no tenían familia propia. El interrogado no respondió, dado que no le caía bien la autoridad. El ayudante, al ver que no había respuesta, se lo llevó detenido de su local. Le encerraron en los calabozos de la oficina del sheriff. Cenó en un saloom, trayendo comida también al recluso. Después este se quedó vigilando el lugar, echándose una cabezadita de vez en cuando.


A la mañana siguiente, Samuel fue despertado por su compañero Edward al buscar este unos cuantos clavos y un martillo para colgar unos dibujos por el pueblo. Tras eso, fue a desayunar a uno de los saloom que estaban cerca de la oficina, dado que esta se hallaba sin vigilancia. También trajo algo de comer a Will Kovack. Este se lo comió de un bocado, pensando en el porqué estaba encerrado. El recluso movió sus pulgares mientras veía entrar al ayudante del sheriff en su celda. Samuel se tocó su tripa antes de sentarse en una silla, en frente de la cama, donde estaba Will tumbado.

-Willy Kovack, alias "el tipejo"-empezó a decir Samuel.

-No soy "tu tipejo"-bromeó el recluso.-¿Y de que se me acusa?

-De una desaparición.- intervino Warren, entrando por la puerta de la oficina.-¿le suena el nombre de Luis y José Gómez?

-Se que usted era el jefe de ambos hermanos y usted era el jefe contrabandista. Ellos seguramente serían sus encargados, ¿no?-siguió Samuel.

El detenido no respondió.

-Y además tenían deudas con usted, ¿no?-preguntó Warren.

-Un buen motivo para matarlos y dejar los cuerpos en uno de los muchos ranchos que hay por aquí-dijo Samuel, exagerando un poco y señalando a los alrededores.

El sospechoso puso una cara de sorprendido.

-¡Eh, eh!, yo no les he matado. Además me debían dinero. Y si los asesinaba me quedaba sin una parte del negocio.

-Pero se quedaría más a gusto.-soltó el sheriff.

-Lo que sí que sé es que robaron en varios negocios-dijo Will moviendo los pulgares.

-¿Explícate?-preguntó el ayudante.

-Les dije que si querían librarse de mi presencia, dado que les estaba persiguiendo cada dos por tres para que me devolvieran mi dinero. Entonces, la última vez que les vi en mi local, les propuse una cosa. Si reunían el dinero y me lo daban esta noche-refiriéndose a hoy el recluso-les perdonaría la vida.

-Y no importaba la manera de la devolución, ¿verdad?-preguntó Samuel.

Will Kovack asintió con la cabeza.

-¿Que negocios robaron?-preguntó el ayudante.

-Una tienda de comestibles y la tienda de armas de Falk.-contestó Warren, dado que ellos lo habían denunciado ante el sheriff.

-Y seguramente el tercer robo fue en el rancho de Lucas Ramírez.-dijo Liverpool.

-Pero yo no tengo nada que ver con la desaparición de José, ni de Luis.-respondió Will moviendo los pulgares.

-Tienes razón y te creo. Pero dinos ¿donde estuviste entre las diez de la noche y las once?-preguntó Warren.

-En mi local. Preguntar a mis ayudantes.-respondió Will haciendo una mueca.

-Lo haremos.-respondió uno de los dos.

Tras eso, cerraron la celda de Will y fueron al local de Kovak, protegiéndose del día de calor que hacía fuera. Bebieron unas cuantas veces de su cantimplora. Averiguaron que el recluso estuvo en el local toda la noche, es decir que contó la verdad. Liberaron a Will Kovak. Así que decidieron volver al único sospechoso que les quedaba, Lucas Ramírez, dado que les había mentido ya una vez. Y era el último lugar en el que estuvo Luis. También averiguaron que José había desaparecido del pueblo, dado que, al pasar por su casa. Los ayudantes no vieron al caballo del hermano.


Durante todo el trayecto pensaron que el caso estaba casi resuelto, dado que el único sospechoso del caso era Lucas Ramírez, el dueño del rancho, donde Luis acabó muerto y puede que su hermano también. Aunque no tenía indicio de ello, por eso tenían que tener pruebas.

***

Edward y Benjamín estaban esperando en un porche de un saloom a que llegase Skeet Courtney, el hombre con el que habló Zoe Lemond en el saloom de John Kruger. La conversación se convirtió en discusión cuando ella salió del bar enfadada. Los ayudantes querían recuperar a la hija de Jack, pero sus secuestradores no habían dado ninguna clase de instrucciones, excepto la nota de secuestro que dejaron en el saloom del padre. Del cual no habían cumplido nada. Lo único que tenían estos eran la pista de Skeet.


Así que esperaron durante un buen rato, bebieron agua y aguantaron todo lo posible el calor que hacía. En ese momento, un hombre joven, con barba de tres semanas, grueso y con ropa andrajosa paseando delante de ellos. Uno de ellos le preguntó.

-¿Skeet Courtney?

El nombrado les miró y echó a correr por los porches de los bares. Ellos vieron que al sospechoso le costaba correr. Gritaron unas cuantas veces más. John Kruger salió de su saloom para ver un poco el sol, cuando vio al sospechoso correr y a los que buscaban a la joven detrás de él. El camarero le hizo la zancadilla, Skeet cayó al suelo. Al intentar levantarse el joven, vio un cañón de un revólver apuntándole en su cara.

-Si te mueves, te dejó seco-dijo John, haciéndole una mueca.

Los ayudantes le cogieron y le esposaron. Edward le agradeció la intervención al ex-abogado. Kruger les sonrió y volvió a meterse en su local. El calor aumentaba mientras que ellos llevaban a Skeet al calabozo de la oficina del sheriff. Le metieron en una celda, Benjamín le dio una bofetada en la cara al andrajoso. Edward le paró al ver que este daba la cuarta torta.

-Déjale hablar-ordenó el ayudante a Benjamín Robles.

El de acento alemán se alisó el pelo moreno largo. El mejicano se frotó las manos y le dijo al ayudante canoso.

-¿Cómo quieres que esté tranquilo?, mi Zoe ha desaparecido y no voy a parar de buscarla. Y este cabrón esta ocultándonos algo-señalando a Skeet- dado que no nos cuenta de que hablaron mi novia y él.-se le hincharon los ojos de color avellana.

Edward se sentó en frente del alemán, que estaba sentado en la cama de la celda.

-Si le pasa algo a Zoe Lemond, te juro por Dios que te llevare a la horca yo mismo y él-señalando al mejicano- será el verdugo.

El sospechoso se tocó su tripa gruesa y se arrugó la ropa andrajosa. El ayudante, al ver que este no respondía de que hablaron la mejicana y él, el ayudante sacó su revólver y le dijo a Benjamín que le abriese la boca a Skeet. Edward le metió el arma en su boca y la amartillo. Los ojos marrones del sospechoso empezaron a caérsele lágrimas del terror que estaba sufriendo. Este confesó.

-Te lo ruego, no me mates, te contare todo sobre esa conversión-intentando vocalizar con el cañón dentro la boca.

Edward le quitó el arma de la boca, llevándose casi un par de dientes de por medio. Benjamín rió. El sospechoso se frotó su barba.

-Cuéntanos, ¿qué le dijiste para que se cabreara?-preguntó el mejicano.

-Me contrataron para que quedase con ella en un saloom. Yo necesitaba dinero, dado que había perdido una apuesta en Nevada, donde me arruiné. Así que cabalgué por todos los pueblos hasta llegar aquí. Un hombre me ofreció a mí y a otro tipo una cantidad de dinero por un trabajo.-contó el sospechoso.

-¿Que quería ese hombre?, ¿y quién era?-preguntó Robles.

-Creo que se llamaba Isak Pérez. Era un hombre que quería recuperar a su antigua ex-mujer o algo así, eso es lo que os contó.

-¿Y por eso se enfadó?-preguntó Edward.

-Se enfadó porque le dije que si no me hacía caso, se iba a arrepentir.-se jactó.

El mejicano le pegó una bofetada en su rostro. El sospechoso se tapó la cara.

-¿De qué se iba a arrepentir?-preguntaron los dos.

-Del hombre que me contrató. El plan era cara merarla y llevarla a un sitio donde se iba a reunir con ese Isak. Pero yo no sirvo para convencer a nadie-se rió.

-¿Y qué paso cuando no funcionó el plan A?-preguntó Edward.

-El otro tío al que contrató y yo, la secuestramos.

-¿Dónde está?-preguntaron los dos ayudantes.

-No lo sé. Lo juró. La llevamos al cementerio, el punto de encuentro donde quedamos. Después Isak la recogió, nos pagó y se la llevó en su caballo a las afueras del pueblo.

-¿Que pretende hacer ese indeseable?-preguntó Benjamín Robles mirando a Edward Richard.

-Lo único que se me ocurre es venganza. Dado que ella le rechazó una vez en Méjico. Él se obsesionó y quiso vengarse de la forma más cruel, secuestrándola y hacerla suya.-contó el otro ayudante.

-¿Pero porque mató a Rachel y la enterró en el desierto?-preguntó el mejicano.

-¿Sabes algo de eso?-preguntó al sospechoso.

-Yo llegué después de eso. Os lo juró, preguntarle a ese Josh Wincott, el dueño de ese saloom, es donde me alojó.

El ayudante guardó el revólver, viendo la cara de asustado de Skeet. Se volvieron y cerraron la celda del prisionero con él dentro.

-Eh, eh, ¿porque me detenéis?-preguntó Courtney agarrando los barrotes.

-Por complicidad de un secuestro.-sentenció Edward.

Cuando salieron de la oficina del sheriff, el mejicano le preguntó al ayudante del sheriff al verle abrir el tambor de su revólver.

-¿Así que no estaba cargado el arma?

El ayudante se jactó. Los dos fueron por la sombra hasta llegar al saloom de Jack Lemond. Al entrar, saludó al dueño y luego, con ayuda de Benjamín, el ayudante del sheriff vio que las dos puertas de los cuartos donde dormía Zoe y Rachel eran iguales. A lo mejor Isak Pérez se confundió de habitación dado a la oscuridad que había y ahogó a la joven equivocada. Vio el error que cometió y decidió enterrarla en el desierto. Todos pensaban que Rachel estaba dando una vuelta por Villa Rocosa.


Entró en el escenario del crimen y vio el medio pin que le faltaba a la chaqueta de Isak, pensó que fue él. Salió del cuarto y le enseñó la prueba a Benjamín. Este se frotó las manos y resopló. No se lo podía de creer. El cocinero y compañero suyo, era el verdadero hombre al que dejó Zoe en Méjico, y el que planificó el secuestro de ella. Así que bajaron a toda velocidad a la planta baja. Le explicaron todo al padre y los tres salieron con armas en mano a cazar a ese indeseable.


Un rato después de preguntar en algunos establecimientos, viendo que no hallaban al raptor de la hija de Jack, se desmoralizaron. Pasaron dos horas hasta que Edward echando un vistazo hacía la estación de ferrocarril, vio a Isak levantándose de un banco para coger el próximo tren, que se estaba acercando a la estación. Trotaron hacía él como alma que lleva el diablo. Desmontaron de sus animales y corrieron hacía el raptor. Este se percató y fue corriendo en sentido contario de donde venían sus perseguidores. En ese momento se oyó un estruendo en la estación. Eso hizo que Isak Pérez cayese al suelo herido. Vio como su pierna se estaba desangrando. Intentó desenfundar el revólver, pero el cañón de una escopeta le estaba apuntando en su rostro.

-Venga, ten cojones-dijo serio Jack.

El español abrió su boca y se metió el cañón.

-Venga, adelante. Mátame.

-Piensa en tu hija-intervino Benjamín poniéndole una mano encima del hombro.

El raptor se rió malvadamente e hizo un guiño a sus apuntadores. Edward le aseguró que iba a morir lentamente. Viendo que Pérez no decía nada, el barman apretó el gatillo de su escopeta. El impacto de la bala rozó la cara del criminal. El español se rió. Edward tuvo una idea al ver a un hombre que paseaba con un pastor alemán por la estación. Miró a Jack y le preguntó.

-¿Tienes una prenda de tu hija encima?, tengo una idea para localizarla.-se alisó su pelo canoso.

El camarero le dio una prenda que contenía el olor de su hija, ella se lo regaló por su cumpleaños. El ayudante le preguntó a dicho lugareño que paseaba con el perro que si se lo prestaba. Edward puso la prenda frente al hocico del animal, este lo olió y ladró unas cuantas veces. Los cuatro hombres se subieron a sus caballos, llevando en uno de ellos al criminal montado y detenido. Siguieron al perro durante un buen rato hasta que se paró en medio de un camino de tierra y volvió a ladrar.

***

Warren Filton y Samuel Liverpool trotaron con sus caballos hasta el rancho de Lucas Ramírez. Llegaron al anochecer, dado que ellos tuvieron que atender sus animales. Juana le preguntó a Warren Filton como iba el caso, este le contó todo lo que sabía. Comieron en el camino. También se llevaron dos palas, por si acaso tuvieran que buscar otro cuerpo. Los dos salieron a las ocho de la tarde y llegaron a eso de las nueve menos cuarto. El calor bajó a esas horas unos grados, estos lo agradecieron. El dueño del rancho salió de su porche a recibir a la visita. Lucas bromeó a Warren cuando estuvo frente a él.

-¿Que tal hijo?-miró las palas y se puso serio.-¿Para qué son las palas?-se frotó su barba negra.

-Son para escavar en una zona de tu rancho-señaló el sheriff el lugar.

Este se refería al rastro de sangre que estaba al lado de donde se encontró a Luis muerto. El cuarentón se frotó sus ojos verdes del miedo que tenía de que los agentes de la autoridad escavaran por esa zona. Al estar al lado de la sangre, el sheriff preguntó al dueño con cara dubitativa.

-¿Seguro que no había otro truhán?

-No Warren, solo hubo uno.-contestó Lucas.

-Entonces no te importará que escavemos aquí, ¿verdad?, volveremos a dejártela como estaba. Te lo prometo.

El ayudante dio un golpe en seco a la tierra que había debajo de sus pies. Notó un crujido, Samuel miró a Warren y luego al dueño.

-Ups-dijo el ayudante.

-¿Que será eso?-preguntó el sheriff a los dos.

Los dos empezaron a cavar en la plantación de zanahorias, encontrando un cadáver junto a una pala debajo de ella. Dedujeron que era José Gómez, el hermano de Luis.

El sospechoso salió corriendo hasta el cobertizo, pero antes de subirse a uno de los dos caballos que había, una bala le impactó en la pierna, dejándole cojo. Lucas se dio la vuelta y vio al sheriff y al ayudante acercarse a este. El sospechoso se frotó su barba negra e intentó subirse al animal.

-No lo hagas.-sentenció Filton, apuntando con su revólver a Lucas.

El dueño se bajó del caballo y vio a los agentes de la autoridad rodeándole con arma en mano.

-¿Que paso? y dinos la verdad.-preguntó el ayudante.

-¿Si eran los hermanos Gómez los que me robaron?, si, eran ellos. Intentaron robar mi fortuna de la caja fuerte y lo único que hice fue defenderme.-confesó Lucas.

- ¿No estamos en salvaje oeste?, los problemas aquí se resuelven a tiros.

-¿Y porque no enterraste a los dos?-preguntó Samuel.

-Porque un vecino mío estuvo paseando cerca de aquí y oyó los disparos.

-Y solamente te dio tiempo a enterrar a uno. El otro lo tuviste que dejar en su sitio.-explicó el sheriff.

-Cuando iba a enterrar a Luis, el hombre vecino mío ya estaba en la puerta de mi rancho pegando gritos. Le expliqué que Luis me intentó robar y lo único que hice fue defender mi propiedad. El me aconsejó que te avisase. Y así lo hice.-continuó el sospechoso.

-Y lo que iba a ser un asesinato oculto, se convirtió en una defensa de tu propiedad.-dijo Filton.

-Y era eso, defender mi rancho. -rebatió el dueño.

-Hubiera sido defensa propia, si no hubieras ocultado el segundo cadáver. Pero lo que hiciste, fue obstruir una investigación, y eso, es delito.-dijo Warren.

-¿Dónde está tu dinero?-preguntó Samuel.

-En el cobertizo que hay al lado de mi casa.-confesó Lucas, frotándose la barba.

El sheriff le puso las esposas y salieron de la caballeriza, el dueño les guió hasta el pequeño botín que se iban a llevar los hermanos ladrones del rancho. La recompensa estaba en una de las dos mesas del cobertizo.

-Y además, quedarse con dinero robado-dijo Warren, contando la recompensa, viendo que había más de novecientos noventa y nueve dólares, el dinero que declaró el dueño que le habían robado.- También es delito- mirando a Lucas.

***

El perro fue sujetado por su dueño con una correa. Entre los tres hombres: Jack Lemond, Edward Richard y Benjamín Robles, se arrodillaron en el lugar donde había ladrado el animal y empezaron a cavar, mientras el dueño del perro vigilaba a Isak Pérez, el sospechoso del caso y el raptor de Zoe. Al final hallaron una mano delgada morena salir de la tierra. Ella estaba viva, deshidratada, pero viva. Los tres la abrazaron. Después ella abrazó a su padre y luego a Benjamín. El mejicano de bigote grueso vio como su hija besaba en los labios a Robles, entendió que ellos se querían de verdad.

FIN




















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