2x10: Lugares malditos
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Primer caso
Es una tarde soleada cuando Aaron llega cabalgando hasta un viejo fuerte confederado viejo, mugriento y en desuso desde hace tiempo, en el que se decía que estaba maldito. Adam, que estaba allí ya junto a José y a Juani, informa al sheriff tras ser informado por los otros dos de que las cuatros víctimas indias habían sido asesinadas por hachazos hará más o menos, una hora y media. Aaron se acerca a los cuatro difuntos y ven que están rodeando una hoguera, que hace poco fue apagada. Los cuatro vestían casi igual sino es por las diferentes prendas que llevan, todos están fornidos y delgados. Se parecen mucho en aspecto físico. Deducen por el corte de pelo y algunos dibujos que llevan en los brazos, que los cuatro navajos pertenecen a la misma tribu. En ese momento, llega a caballo Albert para ayudar a Adam. Los tres analizan el escenario del crimen hasta que Albert halla una pluma alejándose del lugar, la coge a tiempo y les advierte, un poco en broma: "este era un lugar de torturas para los navajos. Ellos lo llaman, el fuerte maldito." A Aaron no le hace mucha gracia. Adam está un poco asustado. Además, el último ya vivió hace años con Albert en cual se quedaron atrapados en unos pasadizos de una gran mansión, no le gustan los sitios estrechos y oscuros. El sheriff pide a sus ayudantes que hagan una búsqueda de las personas que huyeron del fuerte tras hallar, no solo la pluma, sino también cuatro pisadas delgadas (hombre y mujer según el tamaño), para ver si los huidos eran los asesinos. Mientras él, haría unos dibujos de las cuatro víctimas, para después repartirlas en las pocas reservas indias cerca de Villa Rocosa City, y así, si tenía suerte, hallar respuestas sobre los difuntos navajos.
Más tarde, en uno de los pocos campamentos Sioux que quedaban por la zona, el jefe navajo, Mancha Negra. Es un hombre mayor, menudo y de facciones medianas avejentadas. Tiene el pelo canoso y lleva unas plumas encima del cabello. Con vestimenta elegante. Mancha Negra identifica a los cuatro difuntos navajos. Tras el interrogatorio, Aaron sospecha que oculta algo por la mirada seria que le echa.
Mientras, en otro lugar, en mitad del desierto, Albert y Adam, con sus respectivos caballos, hallan a una joven oriental, llevando sangre en sus prendas. Esta es de aspecto físico atractivo. Tiene facciones medianas. Agraciada de cara y el pelo largo moreno suelto. Los ayudantes del sheriff calculan la distancia de la joven y el fuerte confederado abandonado. No era mucha. Además las pisadas delgadas de la joven, la hacen parecer más sospechosa en el caso. Le ponen una manta por encima de los hombros y se la llevan hasta la oficina del sheriff. Es de noche a su llegada. Aaron, al ver el cansancio de la extraña, del que solo saben su nombre, Nariiya, la dan de comer y de beber. La dejan descansar en una celda del lugar, vigilada en turnos rotativos por los hombres. A la mañana siguiente, Tristin ve a su vecino Aaron y hablan un poco mientras Albert vigila a la sospechosa. En ese momento, Nariiya comienza a hablar en un dialecto que ninguno de los hombres entiende del todo. Tristin le suena de algo y se lo comenta a Aaron que ella entiende un poco de ese idioma oriental. Habla con Nariiya y esta le dice a Tristin que hay otro escenario del crimen cerca del fuerte confederado.
Más tarde, Aaron, Adam y Albert junto a las dos mujeres hallan el cadáver de un navajo llamado Viento Salvaje. El segundo escenario del crimen está cerca del fuerte confederado. Adam avisa al doctor y a su ayudante. Horas después de analizar el cadáver del joven indio, determinan José y Juani que murió apuñalado varias veces en el torso. Tal vez en una pelea. La víctima es un navajo de pelo negro largo, fornido y esbelto. Tiene cara de hombre serio, pero para quienes le conocieron, era un indio atento y majo. Nariiya se echa a llorar y Tristin la consuela. Les confiesa que aquel navajo llamado Viento Salvaje era su novio y llevaban un romance secreto desde apenas de un mes. Se conocieron en Villa Rocosa City, cuando ambos coincidieron en la plaza del pueblo. Él iba, por encargo de su tío, Mancha Negra, a hablar con un comerciante. Ella va al saloom. Nariiya confiesa que fue culpa de Mancha Negra por enviar a los cuatro navajos difuntos en su búsqueda tras haberse enterado del affaire hasta el fuerte confederado. La persecución sucede tras haberse enterado Mancha Negra de ese affaire. Al ver que Viento Salvaje y Nariiya le contradicen. Los de la autoridad no hallan rastro de sangre hasta el fuerte confederado abandonado. Le preguntan a Nariiya, ella les contesta, guándoles hasta una prenda ensangrentada enterrada. Llora y confiesa que ella y Viento Salvaje intentaron hablar con el pequeño grupo de navajos en el fuerte, pero los otros cuatro no escucharon. Obligaron a la pareja a volver al campamento. Nariiya y Viento Salvaje se niegan y los cuatro navajos se pelean con la pareja, resultando muerto el equipo y gravemente herido Viento Salvaje. Antes de que salieran los dos supervivientes del lugar, la joven asiática le pone un trapo encima de la herida, no habiendo rastro alguno de sangre entre el primer y el segundo escenario del crimen. El navajo mayor, Viento Salvaje, muere en mitad del desierto. Nariiya llora, tumbada al lado suyo horas antes de que Adam y Albert la encontrasen.
Más tarde, al anochecer. En el porche de la casa de Tristin, esta y Aaron están terminando de cenar. Él curioso, pregunta dónde aprendió ese dialecto. Ella contestó sonriéndole qué fue de pequeña, en un viaje que hizo con sus padres a oriente. Se besan.
Segundo caso
Mientras Aaron se entera de la muerte de los cuatro navajos en el fuerte confederado abandonado y del cual que se dice que está maldito, Albert y Andrew, acompañados por Stephanie Desert y Brittany Dalton, están yendo hasta un viejo convento a las afueras de Villa Rocosa City, donde hallan en su interior dos jóvenes agraciadas asesinadas. La primera es una joven morena esbelta, de facciones medianas y con vestimenta cara. La segunda es rubia, tiene una nariz chata y se nota que es más pobre que la otra por las prendas que lleva. Antes de que José llegase al escenario del crimen, los dos ayudantes de la autoridad analizan el escenario del crimen, conjeturando ambos hombres que las mujeres se mataron entre ellas por los tirones de pelo y los arañazos que tenían en el torso. Aparte las dos habían recibido un disparo de calibre pequeño cada una en el torso. Pero ¿Por qué? El galeno llega sin Juani, dado que ella se está dirigiendo en ese momento al fuerte. Sánchez echa un primer vistazo a los cuerpos y ve que efectivamente, las víctimas se habían peleado entre ellas, causándole la muerte. Deduce que murieron hace una hora, u hora y media, más o menos por la descomposición. Ninguno de los presentes sabe quiénes son. José le pide por orden de Aaron a Albert que fuera al fuerte confederado. Albert lo hace. Al marcharse estos dos, Andrew se pone manos a la obra, comenzando, con ayuda de Stephanie y Brittany a hacer dibujos de las víctimas. Andrew, al pintarlas, piensa en que a lo mejor las conocía de algún que otro pasquín. Tras acabar los dibujos, pide a las mujeres que se vayan de allí y que avisen al enterrador. Las otras lo hacen mientras él va al telegrafista y envía varios telegramas a diferentes estados colindantes con las caras de las mujeres.
Más tarde, cuando Albert tiene un momento que sacar para ayudar a Andrew en el caso de las mujeres jóvenes asesinadas entre ellas en el viejo convento, llega un telegrama de un estado respondiendo al telegrama que había enviado Andrew. En él dice que ambas difuntas eran ladronas llamadas Ginny (la joven morena) y Lou (la joven rubia). Ambas robaron hace poco un carruaje de oro y las estaban buscando desde hace horas. Les da las gracias por haberlas hallado, aunque no en esas condiciones. Andrew se pregunta dónde está el oro mientras se coloca el parche en el ojo. Se lo comenta a Albert, y este último antes de irse otra vez a ayudar a Aaron, decide ir con Albert a echar un vistazo al convento. Tras un tiempo quitando baldas de madera, hallan el botín robado de las ladronas y deducen que una de las dos truhanes decidió esconderlo antes de matar a la otra. Al salir con la recompensa en sus manos del lugar, se encuentran a una bella mujer de rasgos morenos, al igual que su cabello largo. Menuda y de facciones medianas. Vestida de prendas de manga larga, se presenta como Virgine. Ella les cuenta que es la hermana de Lou, una de los truhanes, y que era cierto que ella se había unido a Ginny, una presidiaria que conoció en prisión. Ambas estaban en la cárcel por asalto a mano armada en distintos bancos. Juntas, decidieron asaltar un carruaje. Virgine les da a Andrew y a Albert las correspondientes cartas tanto de ella, como de Lou, que corroboran dicha historia. La mujer escribió a la autoridad del estado donde robó su hermana dicho carruaje al enterarse del suceso por los periódicos. Se bajó en la estación del ferrocarril de la ciudad al enterarse de que su hermana había muerto. Ella les dice que los había estado buscando un buen rato. Los hombres se disculpan y le dan el pésame. Ella lo acepta mientras llora de pena. Los otros la consuelan un poco. Andrew acompaña a Virgine al cementerio para que identifique a su difunta hermana.