4x02:Picaduras, atropellos y defensa propia.

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Primer caso

Mientras que Edward era informado del crimen de Andrew, Samuel y Ben van discutiendo de los malos modales del sheriff cuando interrogó hostilmente a Jack Lemond por el asunto de Matthew. Estos dos se dirigían en ese momento a las afueras de Villa Rocosa, a uno de los caminos donde había ranchos colindantes a los lados. Wasson defiende su hostilidad frente a Liverpool. Los dos hombres se bajan de sus respectivos caballos al llegar al escenario del crimen. Allí ven, en mitad de la nada, un carruaje parado, donde los pasajeros y el cochero estaban fuera del vehículo, espantados de la víctima que había cerca de ellos. Samuel y Ben interrogan tanto al cochero, como a la pareja (Dale y Susan). Él era un poco grueso, pelo moreno corto, facciones medianas. Su mujer Susan también era de cabello oscuro. Melena larga recogida en una cola de caballo. Ambos parecían buenas personas, llevaban vestimenta elegante y de ojos claros. No saben quién era la víctima, solo oyeron un disparo antes del atropello y vieron a la autora salir corriendo. Sam y Ben saben quién era la víctima, se llamaba Paul. Era un ranchero de cabello moreno, corte estilo militar. Facciones pequeñas, fornido y bien vestido. Habían escuchado por los vecinos que era un maltratador con su criada Lydia, y lo corroboraba el doctor cuando ella iba a su consulta. Tenía algún que otro moretón en el rostro. Tanto Dean como Susan afirman que era Lydia la pistolera cuando Liverpool comienza a describirla. José Sánchez, tras volver de analizar la causa de la muerte de Andrew, echa un vistazo al escenario del crimen, agotado, observa que aquel mal tratador muere de un tiro en el cuerpo. El calibre debía ser pequeño por el agujero de bala, de una Derringer. Murió hace media hora más o menos. Ben, al ver con ojeras a José, le ordena que se vaya a dormir. El doctor no pone pegas. Pasa un rato. Sam y Ben llevan el cadáver al cementerio y el enterrador les dice que lo dejen en el suelo, que él ya lo enterrara mañana. Wasson y Liverpool se van a descansar.

A la mañana siguiente, los agentes de la autoridad van al rancho de Paul. Era una parcela grande con una casa de dos pisos en medio y una granja pequeña tras ella. Sam y Ben interrogan a Lydia, la criada de la víctima. Una mujer gruesa pero agraciada de rostro. Expresaría bondad sino estuviera casi todo el tiempo con miedo por las palizas físicas que le daba Paul. Era morena de pelo, a la vez que de cara. Facciones grandes y vestimenta andrajosa. Rondaría los treinta y muchos. Cuando los de la autoridad le preguntan sobre si tenía algo que ver con la muerte de Paul, ella, triste y a la vez con miedo, confiesa la verdad: "Ella, la noche del crimen, poco antes del asesinato de su jefe, vio a Paul borracho. Este la intentó violar y la otra salió corriendo. Se alejó del rancho, campo a través hasta llegar a la carretera donde se cruzan con el carruaje. Paul, antes de que ella le disparase, le pega un bofetón. El hombre, tras recibir el tiro, es aplastado por las ruedas del carruaje. Lydia salió corriendo, volviendo a la casa de su jefe." Lydia llora. Los de la autoridad se van.

Segundo caso

Luis, el indio, que estaba más delgado y fornido, se enamora un día de la mujer de un terrateniente llamada Marisol cuando este la ve en un saloom de Villa Rocosa. Los dos deciden mantener una corta relación sentimental en secreto, viéndose sin que nadie lo supiera hasta una noche. Ella era una mujer que rondaría los veinte muchos, color de pelo oscuro, con un rostro moreno y unos ojos que hacían que cualquier hombre se fijase en ella. Facciones medianas a la vez de bellas. Esbelta y vestimenta elegante. Es mejicana. Tanto Marisol, como Luis, estaban sentados frente a una hoguera pequeña de una fría noche de invierno. Dentro de una cueva. Ambos estaban acurrucados y dándose mimos. Se enamoraron repentinamente. La pareja es descubierta repentinamente por un navajo joven, avisando al hombre de que había hallado un cadáver de un hombre blanco cerca de la tribu, cerca de una hoguera.

Más tarde, Edward Richards y José Sánchez van al escenario del crimen. Analizan el escenario del crimen. La víctima era un joven de veinte años más o menos. Pelo rizado y moreno. Facciones grandes y ojos color avellana. Vestimenta andrajosa y esbelta. Edward y José les sonaba el rostro. Se llamaba Andrew Morse y era hijo de un ranchero honrado llamado Jeffrey. Analizan el escenario, no viendo pisadas cercanas a Andrew. Edward ve a una abeja. El doctor deduce que al joven Andrew le da una reacción la picadura de la abeja y eso hizo que se cayese a la hoguera, achicharrándose después. José sabía que Andrew era alérgico. Edward le dice que se lo dirá a su padre viudo.

Más tarde, Edward da la triste a Jeffrey sobre la noticia de Andrew. Jeffrey tendría los cuarenta más o menos, barba canosa al igual que el cabello un poco largo. Facciones medianas y con expresión ruda. Grande de estatura y fornido. Jeffrey se echa a llorar tras oír la noticia.

En ese momento, Edward ve a Patricia acercarse a la morada de Jeffrey. Esta era bella de rostro y esbelta de cuerpo. Morena de rostro, al igual que el cabello. Parecía negra. De unos veinte años. La mujer era la prometida de Andrew, con el que se iba a casar dentro de poco. Patricia le cuenta a Edward y a Jeffrey que Andrew era cruel con los navajos y tuvo una bronca con él hace unas horas más o menos. Edward deduce por el tiempo, que fue dos horas antes de que Andrew muriese por la reacción de la abeja. Al final, el ayudante del sheriff, dedujo que el motivo por el cual se fue Andrew solo al desierto donde murió, fue por la charla violenta que mantuvo con Patricia.


Por otra parte, Wes ve a su hijo Luis sentado ante una fogata y le acompaña. Le pide a su hijo que rompa con Marisol porque tarde o temprano el marido de esta se enteraría y Dios sabe que podría pasar. Aparte le aconseja que le rompiera el corazón, dado que Wes sufrió ya lo suyo cuando su mujer la engañó. Luis acepta las cosas que le comenta su padre y va a Villa Rocosa, a encontrarse con Marisol en un callejón. Discuten y rompen la corta relación amorosa que tenían. Ambos lloran por separado. 


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