4x05: Navajos y confederados.
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Primer caso
Un tiempo después de que Sam volviese a Villa Rocosa, Luis, el indio, denuncia una desaparición de dos indios de su tribu. Dichos navajos habían huido hace poco tiempo. Le da la descripción de ambos tipos al sheriff. Sam comienza a investigar el caso, preguntando primero por Villa Rocosa. No halla nada. Luis y Sam se van a los ranchos, a las afueras del pueblo, hasta que al final encuentran, interrogando, a los indios. Estos estaban muertos cerca de un rancho. Ambos habían sido asesinados. Liverpool sabe de quién era la propiedad. Steve era un hombre corpulento y de expresión ruda. Nada más mirarle, sabías que no le gustaban los extraños. Y muchos menos los indios. Barba y pelo canoso. De unos cuarenta años y siempre portaba su rifle cuando salía del interior de su casa de una sola planta. Steve, al ver a Sam, acompañado de Luis, se enfrenta al navajo verbalmente, ordenándoles que se marchasen de su propiedad. Luis cree que ha matado a los dos desaparecidos. Sam le interroga rudamente. Steve, al final le enseña el rifle que porta entre sus manos y va a buscar el otro que tiene de reserva, dado que las víctimas murieron por impactos de bala grande, como las de un rifle. Liverpool confirma que no le faltaba ninguna bala. José Sánchez llega en ese momento y pide disculpas. Comienza a analizar los cuerpos de los difuntos. Aparte, Liverpool y Luis ven que alguien podría haber trasladado los cadáveres cuando ven tierra removida en el suelo. José, tras un primer vistazo, ve que ambos indios murieron hace más de dos horas aproximadamente. De más de dos tiros cada uno, dedujeron entre los tres que alguien se ensañó con los pobres indios. Steve, antes de volver a su rancho, asegura que escuchó disparos hace dos horas, aunque no vio al tirador. Sam se lo agradece. Steve, viendo a Luis, pide a los tres hombres que se marchen de su propiedad cuanto antes.
Más tarde, tras hablar con todos los vecinos de Steven, Sam y Luis se van cabalgando por otro vecindario cercano, fijándose bien en la tierra, ven dos casquillos con un rastro de sangre cercano. Ven un rancho en frente. Liverpool y Luis descienden de sus respectivos caballos para hablar con la pareja. Aunque el sheriff sabe quiénes son. Patrick y Michelle Hudson. El hombre era un hombre delgado, elegante y se notaba que se cuidaba por el dinero que poseía. Pelo moreno corto, facciones medianas, rostro afeitado, y una mirada desprendía algo de rebeldía. La mujer era agraciada de cara y de cuerpo. Facciones medianas. Esbelta y con el pelo rubio suelto. Llevaba un vestido de seda. Enseguida enamoró a Luis, quedando petrificado, mirándola fijamente. Liverpool tose para que mirase a otro lado y disimular un poco. La pareja se acerca. Tanto él como ella saludan al sheriff. Cuando el de la autoridad va a abrir la boca para interrogarlos, Luis, al ver a Patrick sonreír, generando desconfianza al indio, les pregunta hostilmente acerca de la muerte de los dos navajos muertos. Michelle, molesta, les pide que se vayan. Lo hacen. Liverpool, enfadado con el indio, coge los dos casquillos que están cerca del rastro de sangre antes de echarle la bronca. Luis se marcha a su tribu cabreado a su tribu.
Más tarde, en la oficina del sheriff, Sam, observando los casquillos en el rancho de los Hudson, ve que ambos ponen las iníciales P.H. En ese momento, aparece Michelle y confiesa, asustada, a la vez que aliviada por quitarse un peso de encima, que vio a su marido matar a esos navajos por intentar robar en la propiedad e implica a Steve de los crímenes, dejando sus cadáveres en su propiedad. Ella le pide perdón por haberlo ocultado.
Más tarde, Patrick es detenido por Sam cuando le enseña los dos casquillos y el rastro de sangre. Aunque el otro lo omite. Pero al escuchar por boca de Samuel que le vieron cometer los crímenes, Patrick echa una mirada de odio a su mujer. Es llevado a la oficina y Patrick confiesa la verdad, diciendo: "Ellos me intentaron robar, yo les enseñe las consecuencias".
Por otra parte, Luis y Sam hacen las paces y vuelven a ser amigos.
Segundo caso
Mientras Samuel investigaba los crímenes de los dos indios, Edward Richards acude a la tribu de Wes y este le indica donde han hallado el cadáver. Le acompaña. Ambos hombres ven a un soldado confederado por el uniforme que llevaba. Tenía el pelo corto y moreno. Ojos verdes y un poco gruesos. Facciones medianas. Fornido y rondaría más o menos los veinte años. Richards ve el nombre de Paul y piensa que se llamaba así. José es acompañado por otros navajos al escenario del crimen. Analiza el cadáver y deduce por la temperatura que murió más o menos hace dos horas por un disparo en el torso. Ninguno de los indios reconoce a la víctima. Edward se va de la tribu y ordena al médico que se lleve el cuerpo al enterrador. El ayudante vuelve a Villa Rocosa. Manda telegramas a todos los fuertes militares de los estados colindantes. En el escenario hay un grupo de pisadas de botas militares. Una bala en la tierra con las iníciales F.A (Frank Álalla). José le entrega un paño rojo femenino.
Más tarde, Edward acude, tras recibir respuesta de un telegrama, a un fuerte cercano de Villa Rocosa. Allí, el general Frank Ayala le habla sobre donde estuvo la víctima. El general era calvo. Facciones medianas y ojos claros, de unos treinta y muchos años. Con un fuerte acento mejicano. Vestido de uniforme confederado. Paul estaba con su compañero Robin, hace seis horas en una misión de exploración. Edward habla con varios soldados antes que a Robin. Era un joven de unos veinte años. Rubio y corte militar. Facciones medianas y ojos claros. Vestido militarmente. Este le cuenta a Edward, corroborando lo que le había dicho Allaya, que habían estado en esa exploración con la víctima. Richards ve una foto en el pequeño cuarto de Robin donde salen Robin, Paul y Yeni, la hija de Frank Ayala. Yeni era una mujer de unos veinte años más o menos. Agraciada de rostro y un poco gruesa. El pelo era negro, color azabache. Morena de cara y facciones grandes. Edward se percata de que la joven tenía un pañuelo rojo. Edward ve que Robin tiene un collar exactamente idéntico al que tenía ella en la imagen. El ayudante se disculpa y se va de la habitación.
Más tarde, Yeni acepta que Edward la interrogue, dado que lo tenía prohibido por orden de Frank. Asustada y sin la presencia de su padre, confiesa que Robin y Paul la violaron hace más de ocho horas mientras ella sacaba la basura y ellos hacían un descanso. La amenazó de muerte, pero aún así, ella le confesó a su padre lo que le habían hecho esos dos confederados. Edward, teniendo un mal presentimiento, corre y pregunta a varios soldados donde se hallaba Frank y Robin en ese instante. Los testigos le aseguran que se habían ido hace escasos momentos. Edward Richard coge su caballo y trota hasta verlos. Desmonta y saca el revólver. Apunta a Frank y le obliga a rendirse. Le dice que sabe lo que le ocurrió a Yeni. Frank baja el revólver y confiesa que mató a Paul cerca de la tribu india cuando Robin y él vuelven del primer reconocimiento.
Más tarde, Robin es llevado junto a Frank a la oficina del sheriff, encerrándose en distintas celdas. Edward, con todas las pruebas obtenidas (pañuelo rojo y el colgante de Yeni que el joven confederado al cuello), a Robin. El soldado confiesa la verdad con una sonrisa maligna mientras decía: "¿Sabe una cosa? Esa puta barata no era para tanto." refiriéndose a Yeni.