5x05: Indios y Marshall
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Primer caso
Tras no hallar a Emily, la asesina de Jessica Flanders, D.B y Corey, y de ver como Oleg salía libre de todo el asunto del robo del tren de mercancías, Warren Filton se toma un descanso, aparte de que se había resfriado, haciendo unas elecciones para que el pueblo volviese a elegir a Samuel Liverpool como sheriff.
Pasa el tiempo y Sam es avisado cuando está en la consulta de José Sánchez para que le recetó unos medicamentos para los fuertes dolores de cabeza que tiene. Estos, siendo avisados por un ciudadano, van a la reserva india de Wes, hallando sin vida a Luis, el indio. Estos se sorprenden, pero usan esa frustración, dado que ambos les caía bien la víctima, en resolver su asesinato. El galeno, tras echar un primer vistazo a la víctima y encontrar arañazos en sus manos y varias puñaladas en el corazón, determina que posiblemente murió durante una pelea. Sam también cree eso. El sheriff ve aparecer a Wes y el navajo quiere, enfurecido, venganza por la muerte de su hijo. Liverpool le intenta calmar, pero aún así no le escucha. Sam, no tiene más opción que calmar al indio, diciéndole que hallaría al criminal. Wes le cree, pero le advierte de que lo encontrase rápido, o él mismo se tomaría la justicia por su mano. Liverpool añade "no hagas tonterías, ¿de acuerdo? Espera a que te avise."
Más tarde, esa misma tarde, Wes se presenta en la oficina del sheriff y explica que cree que ha hallado a un posible asesino gracias a un colgante que halló cerca de la quipi de un navajo, amigo de Luis. Del cual, últimamente no se llevaban bien. Liverpool, cansado y queriéndose ir a dormir un rato, acompaña al navajo al poblado para interrogar al sospechoso.
El sospechoso se llama Elefante Blanco, un indio de constitución fuerte, y feo de rostro. Melena morena suelta y con cara de asco. Este último está con su anciano padre, Roble Seco, en la quipi cuando Sam, acompañado de Wes, le hace unas preguntas. Roble Seco es un tipo un poco grueso, pero en forma y lleva el pelo trenzado. Liverpool al enseñarle el colgante a los dos navajos, Elefante Blanco se encara con Wes porque le acusa de matar a su hijo. Es verdad que no se llevaban bien desde hace un tiempo porque ambos hombres estaban enamorados de Flor Bella, una joven navaja, morena de rostro y de cabello, agraciada de rostro y esbelta. Ella está comprometida a casarse con Daniel, un indio que se le notaba algo engreído pero más listo que un elefante. Daniel es esbelto, fornido, con unas facciones medianas y es bueno con cualquier arma blanca que caiga en sus manos.
Elefante Blanco y Wes llegan a las manos y Sam intenta detenerlos cuando de repente aparece Daniel, con su falsa sonrisa, y ayuda en la separación entre los otros dos. Liverpool, tras el conflicto, se fija en las manos de Daniel, viendo arañazos en ellos. Aparte, se percata de que su colgante está roto. El sheriff piensa que tanto Luis, como Elefante Blanco y Daniel estaban enamorados de la misma mujer, Flor Bella, pero solo uno asesinó al hijo de Wes. Todavía no podía interrogar porque le hacían falta pruebas, pero sabía dónde encontrarlas, en el escenario del crimen y probablemente en una confesión que le haría Bella si sabía cómo tratar el tema. Liverpool ve a la joven testigo a lo lejos y se despide de Wes al ver que es tarde. Pero en realidad no se va muy lejos del campamento. Sam espera a que Bella salga a escondidas de su tribu a alguna parte. Efectivamente, tras esperar unas horas, Liverpool observa a la joven india marchar del campamento. Este la sigue hasta el escenario del crimen de Luis. Con delicadeza, la interroga. Ella triste, confiesa, aunque no tuviese pruebas de ello, que fue Daniel quien asesinó a Luis por celos. Sam, en un último esfuerzo por resolver este misterio, y con ayuda de Bella, recorren con antorchas el escenario, hallando un colgante roto. Bella afirma que es de Daniel. Ambos duermen a la intemperie unas horas.
Más tarde, Sam y Bella regresan a la tribu y hacen que reúnan a todo el poblado alrededor de una hoguera. La joven india, con miedo, pero sin perder del todo la voluntad, ayudada por Samuel, confiesa el asesinato de Luis, culpando a Daniel. El sospechoso, tras un duro interrogatorio y habiendo demostrado a Liverpool que podría ser él el culpable, confiesa. Dijo que lo hizo por celos, y de ahí a que se enfrentará a Luis en una pelea.
Más tarde, Sam Liverpool regresa a Villa Rocosa, a la oficina del sheriff, tras asearse un poco. Allí halla a Leland Morse, un caza recompensas amigo suyo y de Warren Filton. Liverpool, como favor que le había encargado Filton, le pidió que hallase a Emily, la asesina de Jessica Flanders, y entregarla viva, o muerta a las autoridades. Leland, que está un poco grueso y con la barba canosa, acepta el encargo con gusto.
Segundo caso
Mientras que se está investigando la muerte de Luis, el indio, en una mansión de un rico magnate, cerca de Villa Rocosa, se está celebrando una partida al Texas Holdem cuando de repente es interrumpida por un Marshall llamado James. Este es un hombre rudo y esbelto, que ayudó a las autoridades de Villa Rocosa en el pasado. El tipo, acompañado por la joven Brittany Murphy, la hija de Frank.
Ambos identifican a Sean Lambert y ella se lleva una decepción al ver que la había vuelto a engañar, aparte del juego, con una joven rubia que está sentada al lado de Sean. La mujer de cabello rubio es muy atractiva por su cuerpo menudo y por el vestido rojo que lleva puesto, que es lo que más se contempla en esa sala, aparte de las cartas. Pues dicha mujer de facciones medianas se llama January, y es la mujer de Fred, el dueño de la mansión y uno de los pocos terratenientes asentados en Villa Rocosa. También está en la sala. En total, aparte de los mencionados, hay unas nueve personas más (todos ellos jugadores del Texas Holdem) sentados en esa mesa. Fred es un hombre mayor. Se lleva una gran diferencia de edad con su joven mujer. Tiene el pelo blanco, vestimenta elegante y facciones medianas.
Este envidia a Sean, el amante de su mujer, por la edad que tiene. Sabe muchas cosas de esa pareja, aunque parece una mosquita muerta.
Sean, al sentirse atrapado por haber engorado a su mujer Brittany con otra, pide perdón. Se monta una bronca en la sala entre las dos mujeres. Al final, January se levanta de su silla avergonzada y mira con odio a Sean por no haberla defendido. Ella va galopando con su yegua a la oficina del sheriff y Sean la sigue. Ambos entran en el lugar, hallando a Edward Richards en su mesa. Este último les advierte que no está para tonterias por si quería ella hablar de sus problemas sentimentales con la autoridad y que ellos le diesen una solución. Richards les explica que había muerto Luis, el indio, y estaba pendiente por si Liverpool necesitaba su ayuda. La pareja se va. En ese momento llega James, y le pide ayuda. Edward escucha con atención. Parece ser que Fred, el marido de January desde hace poco, había sido sospechoso en otro estado por haber robado un botín de un carruaje, escondiéndolo en su mansión de Villa Rocosa. Richards acepta investigar ese delito, llevando a Fred ante la justicia.
"La historia de amor entre January y Fred fue de lo más curiosa. Ella trabaja en el banco de Cienfuentes como limpiadora desde hace unas semanas, dado que había venido a vivir desde hace poco al pueblo. Fred llegó en tren y conoció a dicha joven de la cual se enamoró perdidamente. Se casaron y se fueron a vivir a una mansión que compró él nada más llegar a Villa Rocosa." añade Edward. "Al final todos los forasteros de esta ciudad hallan el amor en este pueblo." Añade Edward riéndose. El de la placa no conoce mucho a Fred, y no había motivo para ello...Hasta ahora.
Más tarde, estando en la mansión de Fred, Edward habla con Eugene, el abogado del dueño del lugar. Eugene es un personaje pintoresco, de facciones grandes, pelo moreno corto, y gafas de culo de botella. Vestimenta elegante. Con cara de chiste, aunque se toma su trabajo bastante en serio. Tras interrogar a Eugene acerca de Fred y de cómo comenzó a ser su abogado, a lo cual este responde que fue hace unos meses cuando comenzó a ser el abogado de Fred, el de la autoridad pregunta tanto a January, como a Fred sobre un botín robado en otro estado y del cual se sospecha que Fred tuvo algo que ver con su desaparición. Los tres al escuchar la noticia, se callan. Edward sabe que la pareja oculta algo, y su abogado también. Eugene acusa de inmediato a Sean, dado que también sabía lo de la aventura que January mantenía con el banquero. Eugene defiende a Fred cuando James y Edward, sin tener pruebas, pero si sospechas, comienzan a teorizar sobre como Fred se llevó el botín del carruaje (a punta de pistola).
Más tarde, Edward y James van a la casa de Sean Lambert y Brittany Murphy. La pareja los invita a pasar y por sorpresa, hallan una bolsa de tela en la mesa del salón. Sean dice que se la había encontrado nada más llegar a la morada. No tiene testigos, dado que su esposa llega después que él. James y Edward miran en el interior del objeto, hallando mucho dinero. Detienen a Sean delante de Brittany. Ella llora. Lambert confiesa que no fue él quien robó ese dinero. Que le ha tendido una trampa Fred. Edward, mosqueado, interroga a los vecinos de la pareja, descubriendo quien se cuela en la casa de Lambert.
Cansados, al final, James y Edward se van a dormir, cada uno por su cuenta, tras una cena ligera. Al día siguiente, en la casa de Fred, Edward pide ayuda a January para que Eugene delate a Fred y a sí mismo por haber sido cómplice de esto. Parece ser que según las declaraciones de los vecinos de Sean, Eugene fue quien dejó el botín robado en casa de Lambert y Murphy, por orden de Fred, para que la autoridad culpase a Sean.
Ella accede y al final convence sola a Eugene para que delatase a su cliente. El abogado dice que lo hizo por dinero. James le detiene. Los cuatro van al despacho de Fred, que está en la segunda planta y es la habitación más grande del lugar, y le interrogan rudamente. Al final Fred confiesa, echándole la culpa de todo a January y a Sean.
Más tarde, Sean Lambert queda en libertad y va a ver a January para cortar la relación secreta que mantenía con ella desde el mes en que la joven comenzó a trabajar en el banco. Se despide de ella cuando la mujer sube al tren para marcharse de Villa Rocosa.
Vuelve andando desde la estación de ferrocarril y ve a su mujer barriendo el porche. Habla con ella. Al final Brittany y Sean se reconcilian.