7x05:Lio mortal

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Pasa un tiempo desde que José Sánchez hace justicia con los asesinos de su mujer cuando los atrapó.

Es una tarde primaveral donde hace buen tiempo dado que el aire que sopla es suave y algo cálido. Nuria y Warren están comiendo en el saloom de Jack Lemond, que está muy concurrido de gente dado que son las tres y a esta hora siempre se pone el local lleno de gente. Se respira un ambiente agradable. Estando Filton preocupado, Fernández le pregunta.

-¿Estás bien, cielo?-dice ella, acariciándole una mano.

Aquel gesto le gusta a Warren y la mira con ternura.

-Sí, cariño. Solo que estoy un poco preocupado por doc.-responde él.

-¿Por José?

El hombre afirma con la cabeza.

-Incluso tras atrapar a esos malnacidos que formaban ese grupo de la tijera sangrienta que mataron a su mujer y enviarles a la horca, parece ausente. Creo que aún no ha levantado cabeza.

-Ha pasado pocos meses. Dale tiempo. Se repondrá y volverá a vivir.

Warren sonríe. Afirma con la cabeza, dado que su prometida puede tener razón. En ese momento, llega Jack, con su acicalado bigote y sonríe a la pareja.

-Aquí os dejo el postre.-comenta Lemond con una sonrisa.

-Gracias Jack.-responde la pareja.

Warren y Nuria siguen comiendo.

Por otra parte, en el saloom de John Kruger, dos marshalls (James y Jason) y preguntan por el sheriff. Ambos son altos y van bien vestidos. Se quitan sus respectivos sombreros. El dueño les comenta donde suele estar a estas horas de la tarde. Se sientan frente a una mesa que hay libre y comen. Se van del local, que empieza a llenarse un poco de gente. En otro lugar, en mitad del desierto, a unas yardas de Villa Rocosa, en el interior de un carruaje, se escucha el grito de una joven mujer antes de ser ejecutada.

Mientras, los dos marshalls se presentan en el saloom de Jack Lemond y le explican a Warren cual era la situación: Robert y su hijo Mike son dos fugitivos perseguidos por la justicia por el intento de asesinato de Lindsey, la ex mujer de Mike, que le dejó porque es un ludópata, pero este no quiso que lo abandonase. Mike pidió ayuda a su padre Robert, un ex soldado confederado que fue despedido del ejercito por insubordinación, para que le ayudase a encontrar a Lindsey y a su amante. Warren decide ayudarlos. Se despide de Nuria, dándole un beso en los labios y se marcha junto a los marshall del saloom de Jack Lemond. Paseando por debajo del porche del saloom de Tim, Filton ve al dueño y le pregunta.

-Una pregunta, Tim.

-Dime-contesta el otro con un palillo en los dientes.

-¿Cómo te llamas de apellido?

-Houston, ¿por?-dice este mirando al sheriff.

-Nunca me acuerdo. -se ríe.

-Espera un momento, hay una joven que quiere hablar contigo.-se acuerda Tim.-Está ahí adentro, en mi saloom.

-¿En serio?

Houston entra primero, siguiéndole los otros tres tras de sí. El saloom de Tim está limpio y hay poco clientela en ese momento. Tim ve a una bella mujer en la barra y se dirige a ella. Esta es rubia y delgada. Caucásica y con una sonrisa prominente. Va cargada de joyas y bien vestida. Delgada. Warren, averiguando su nombre-Meredith-, se va junto a los marshalls y ella a la oficina del sheriff. Le agradece a Tim la ayuda y se despide de él. Pasa un rato, estando en la oficina, el sheriff y los marshall interrogan a Meredith. Ella les cuenta que ha sido testigo de un doble crimen ocurrido a unas yardas de Villa Rocosa. Comenta que ella fue amiga de Lindsey, la mujer de Mike, y que sabe quién es él y su padre Robert. Meredith se echa las culpas mientras llora de no haber podido salvar a su amiga. Warren la consuela, diciéndole que no fue culpa suya. Meredith se tranquiliza un poco. Identifica a los autores del doble asesinato: son Robert y su hijo Mike. Sam entra por la puerta en ese momento y avisa a su jefe y a los marshalls de que un ranchero dice haber escuchado unos disparos cerca de su rancho, alejado del pueblo. Todos salen de la oficina.

Un buen rato después llegan a caballo al escenario del crimen. Allí, los hombres de la autoridad junto a la mujer ven el cuerpo sin vida de un cochero, sentado en la parte de arriba de un carruaje y agarrando fuertemente las riendas de dos caballos. Dentro de él hay otra víctima. Meredith los identifica antes de echarse otra vez a llorar. La consuelan un poco. Los difuntos son una joven madura pelirroja, agraciada de rostro y bien vestida llamada Lindsey. El cochero se llama Sean Patrick, un joven apuesto y rubio. Con el cabello acicalado, como su barba. Ambos son delgados. José Sánchez, tras echar un primer vistazo a las víctimas determina que murieron más o menos hace una hora, por la declaración de Meredith, de un tiro de calibre grande en el torso. Tras ello, se llevan los cuerpos sin vida al cementerio de Villa Rocosa, dado que ya comienzan a descomponerse.

Por otra parte, Kevin recibe una visita en su herrería. Es un tipo alto y delgado. De unos treinta años más o menos y algo fornido. Viste bien y sus ojos azules llaman la atención en el género femenino. Moreno de cabello y es caucásico. Este le dice a Notherland que se llama Tim y que busca al sheriff porque quiere denunciar una desaparición. Kevin le acompaña a la oficina, dejando cerrado su establecimiento durante un corto espacio de tiempo. Tim ve a Meredith, junto a los hombres de la autoridad, que habían vuelto hace poco del escenario del doble crimen en el carruaje y la abraza. Se besan. Y comentan que son pareja. Meredith le dice lo ocurrido. Tanto la mujer, como los tipos de la autoridad se hidratan por el calor que hace fuera.  Tanto Tim como Meredith le explican a los tipos de la ley que eran amigos de Lindsey, y que esta última estuvo huyendo durante mucho tiempo de su esposo Mike por violencia doméstica.

A la mañana siguiente, se escucha un tiro en el saloom de Kruger y el propietario va a investigar, armado con un Winchester al piso de arriba, que es donde se ha escuchado el estruendo. John abre la puerta del cuarto en penumbra de Tim y le ve muerto, tumbado en la cama. Al suyo hay un joven con un revólver en ristre sorprendido. John le apunta y le ordena que salga a la luz. El otro va a disparar cuando John le hiere en una pierna. El extraño grita. El dueño le arrastra por el suelo hasta un sitio del piso de abajo más claro. El asesino es un joven de cabellera negra clara y barba de tres días. Fornido y rápido con las armas de fuego. En ese momento, llega Meredith y John le comenta lo sucedido. Ella se asusta y reconoce al individuo criminal como Mike. Ambos van a la oficina del sheriff.

Allí, Mike, tras ser presionado por Warren y Sam en la sala de interrogatorios, confiesa que mató a Lindsey por celos y al conductor por ser testigo. Pero confirma que lo hizo solo cuando los marshalls le presionan para que diga que su padre también actuó como cómplice, dado que tienen pruebas contra él por las pisadas que había en el escenario del crimen y la testificación de Meredith.

Al no hacerlo, Warren añade.

-Si un padre protege a un hijo, ¿Qué no haría un hijo por él?

Mike no dice nada. Su mirada de ojos verdes oscuros desafía a los tipos de autoridad que hay en la sala.

Más tarde, en uno de los edificios colindantes a la oficina del sheriff, un hombre grueso y alto, está mirando como meten a Mike en un carromato que está aparcado frente a la oficina del sheriff. El desconocido tiene cara de indio, pero no, lo es. Se toca su papada mientras enciende un cigarrillo, manchándose algo la gabardina que lleva puesta de color gris.


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