7x07:Los confederados vienen a Villa Rocosa
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Pasa un tiempo desde que resuelven el caso de la muerte de los padres de Jenna.
Primer caso.
Mientras Warren, Edward y Sam investigan el caso de la desaparición de unas armas de fuego de un fuerte confederado, Sam, hace un descanso una tarde, yéndose a tomar una cerveza en el saloom de John Kruger. Allí ve a una joven treintañera y se enamora de ella. La extraña está en la barra. Él se sienta al lado y pide a John lo mismo que está tomando ella, un filete con patatas. Pero él lo acompaña con una cerveza en lugar de agua. Kruger se da cuenta de que a Liverpool le gusta la desconocida. Ella es una morena esbelta y agraciada de cara. Con el pelo corto. Lo que más le gusta a los hombres de ella es el flequillo que tiene y sus ojos verdes grandes. Bien vestida. Sam la invita a comer. Hablan y se gustan. Ella le dice que se llama Laura. Entra Kevin Notherland y Jack Lemond en ese momento, en el establecimiento de Kruger y afirman que han hallado un cuerpo cerca del lugar. Sam paga toda la comida y se despide de Laura antes de irse con los otros dos hombres.
Más tarde, bajo el sol de justicia, se baja de su caballo Sam y se reúne con Warren, José y Edward, que están de espaldas a él y observando a la víctima en mitad de una calle que hace esquina con la plaza central de Villa Rocosa. Liverpool se acerca a los otros tres y los saluda. Se fija en la víctima muerta. Es un tipo joven, apuesto. Cabello moreno y ojos claros. Facciones medianas y su cara parece de un recién nacido por cómo está de afeitado. Lleva puesto un uniforme militar de color claro. Samuel sabe que el difunto era un soldado confederado. Cerca de él está su animal. José teoriza al no encontrar ninguna marca de bala, o de apuñalamiento que murió envenenado al hallar un trozo minúsculo de láudano en la comisura de sus labios. El doctor comenta al grupo.
-Me parece que el joven soldado cayó del caballo al sentirse mareado.
-Y acabó muerto. Pero ¿Quién le quería matar?-termina el sheriff.
Sam y Edward registran los bolsillos del difunto, hallando un papiro. El segundo lo coge y se lo entrega a Warren. Antes de abrirlo, Edward pregunta.
-¿Por qué crees que le mataron?
Warren examina el papel envuelto y piensa.
-¿Por esto? Bien, ya sabemos dónde y cómo, ahora hay que averiguar de dónde vino, el quién y el por qué.
Pasan unos segundos hasta que Filton lee el mensaje que hay escrito en el papiro. Exclama.
-Algo malo pasó...-mira a la víctima.-Y acabó mucho peor.
Más tarde, en la oficina del sheriff, en medio del cuarto está James, un Marshall. Un tipo espigado y de pocas palabras. Llega la noche. James decide ir a cenar algo y volver más tarde. Así lo hace, y al volver, halla al sheriff redactando un informe y con las cosas de la víctima confederada. James le saluda y comienza a hablarle sobre el motivo por el cual está en Villa Rocosa. Es para detener a una banda de ex confederados que robaron armas en el fuerte al cual servían y se las llevó para venderlas ilegalmente. Warren pregunta si el difunto envenenado pertenecía a dicha banda y el otro le responde.
-No. David no. Solo era un confederado más.
-¿Y qué hacía en Villa Rocosa?-insiste Warren entregando el papiro que llevaba el difunto.
James lee dicho papel y comienza a explicar a Warren lo que realmente está investigando.
-Era mi informante. Él conoce a los ladrones de dicho fuerte confederado.
-Pues parece que a su confidente le envenenaron.
-No es posible ¿Cómo? ¿Quién fue? Pocas personas sabían que trabajaba para mí.- responde James preocupado.
-Aún no lo sabemos. ¿Por qué no me cuenta cómo descubrió que dicha banda de ex confederados están aquí, en mi pueblo?
James se sienta frente a Warren y comienza a explicarle el caso por el cual está aquí. Tras eso, Warren envía junto a James un telegrama a dicho fuerte militar del cual pertenecía la banda y el difunto David.
Mientras, por otra parte, Samuel Liverpool y Laura cenan a la luz de las velas en casa de él. Tras eso, y solos en la morada, la atracción mutua que ambos sienten, florece. La pareja se acuesta en la cama de matrimonio que tiene Sam. A la mañana siguiente, tras tomar el café bien temprano y hacer la casa. Laura y Sam salen a dar un paseo por Villa Rocosa. La recién pareja parece feliz. Kevin, desde su herrería, se alegra de ver a Liverpool así de contento con la joven Laura.
Por otra parte, Warren y Edward junto al Marshall James descubren gracias a las respuestas de unos telegramas que enviaron la noche anterior, que tanto David, como el coronel Denis, el cual se sospecha que sea el líder de la banda de ex confederados que robaron las armas de fuego del fuerte y por los cuales se les buscan. En ese mismo instante, Laura le comenta a Sam cuando él la pregunta que es de su familia, que quería ver muerto al coronel Denis por haber ordenado el ahorcamiento de su padre, Jim, dado que se sospechaba que Jim había sido el ladrón de las armas cuando en realidad no era así. Sam deduce que Denis implicó a Jim de alguna manera para que no le buscase ni a él, ni a su banda. En ese momento, tanto Sam, como Laura ven irse cabalgando fuera del pueblo a Warren y a James. Estos últimos galopan a toda velocidad al fuerte confederado, que no se halla muy lejos del pueblo. Tardan un buen rato, en encontrar a un soldado, que es cocinero dentro del fuerte que conocía a Jim y a su ayudante.
-¿Ayudante?-preguntan James y Warren a la vez.
-Sí, su hija. La única mujer del fuerte. -responde el cocinero.
-¿Y sabe cómo se llama?-pregunta James.
-Ni idea, pero sí recuerdo como era. Una belleza morena sonriente. O al menos lo era, hasta que ahorcaron a su padre.
-¿Por?
-En un registro rutinario, hallaron un rifle sin número de serie y el cual formaba parte de un cargamento robado. Le detuvieron y los soldados quisieron saber si Jim tuvo ayuda. Él lo negó, pero no le creyeron. Y le ahorcaron porque creía que ya no les era útil. Que era un traidor. La joven se marchó al poco rato del fuerte.
-¿Sabe si el soldado David y ella se conocían, o si él había tenido que ver con el ahorcamiento de Jim?-pregunta James.
-No lo sé. Aunque creo David estaba de expedición el día que ahorcaron a Jim, pero no estoy seguro. Pregunten a su oficial, Navarro.
-¿Podría describirnos a la hija de Jim?-pregunta Warren.
-Sí, claro.
El cocinero comienza la descripción de la joven. Warren y James se lo agradecen y se van con sus caballos del fuerte confederado tras haber interrogado también al oficial Navarro. Ambos hombres comienzan a deducir que aquella joven hermosa puede haber asesinado a David por venganza, dado que Navarro asegura haber visto a David el día de la ejecución de Jim. Ambos hombres de la autoridad piensan que "la hija de Jim consiguió láudano y lo consiguió introducir el veneno en alguna bebida que David ingiere después. Antes de salir del fuerte, David, mareado, no sabía que se estaba muriendo. El veneno comenzó a hacer efecto, y por eso cayó al suelo muerto." Vuelven a Villa Rocosa, ya con el atardecer avanzado. Ambos hombres desmontan sus respectivos caballos y comienzan a preguntar, con el retrato de la mujer en una mano, quién es y si la han visto, a los distintos propietarios de los comercios. John Kruger la reconoce enseguida y le dice que ha hecho buenas migas con Sam. Warren y James asustados, salen del saloom y preguntan en otros locales hasta que Filton localiza a su compañero en el saloom de Jack Lemond.
Sam, que está esperando la cena, con la compañía de Laura, se sorprende al ver a James y a Warren detrás de ellos, con caras de preocupación.
-Jefe, ¿No me habías dado el día libre?-pregunta Sam sorprendido.
-No vengo a por ti, vengo a por ella.-responde Warren mirando a Laura.
Sam mira preocupado la situación y pregunta.
-¿Qué ocurre?
-Creo que tu amiga mató a David porque le vio presenciar el ahorcamiento de su padre, ¿verdad? Igual que hubieras ido a buscar a los miembros de la banda de Denis y ejecutarlos uno a uno sino llegamos a detenerte, ¿no? Denis y su banda implican a tu padre en algo que no había hecho y el ejército le mandó a ahorcar. Y tú buscaste venganza.
A Laura se le cae una lágrima. Y Sam se sorprende, aunque en realidad lo que está es enamorado y no quiere creer que su amor fuese la asesina. Ella quería a Denis muerto. Liverpool se aparta de ella mientras los otros dos le detienen.
Un rato después, Sam ve el interrogatorio de la joven Laura tras la puerta abierta de la sala que usan como cuarto de interrogatorios. Tanto ella como él se miran durante un instante. Ambos se gustan y se sintieron queridos durante un día entero. La noche ha llegado. James saluda Liverpool y pasa junto a Warren a la sala de interrogatorios. Cierran la puerta y comienzan a preguntarla. Laura no niega nada y afirma que fue ella quien mató a David por no haber hecho nada el día de la ejecución de Jim. James se acerca a ella y le muestra una hoja con una declaración escrita.
-David no tuvo nada que ver con la muerte de tu padre. Ni con el robo de armas confederada. Ni con Denis y su banda. Él solo era un pobre inocente que se vio envuelto en todo esto porque le contraté como mi confidente para que me informara donde iba la banda de Denis, nada más.
-Así que envenenaste a un inocente. Pero, ¿Cómo lo hiciste? ¿Cómo ingirió el láudano?-quiere saber Warren.
-El día de antes de que me marchase del fuerte, puse láudano en su comida. Pensé que...-llora.
-¿Qué había participado en la implicación contra tu padre, no?-deduce Warren.
Laura afirma con la cabeza, tapándose el rostro para secarse las lágrimas. Sam preocupado, desde el otro lado de la puerta, se marcha de la oficina.
-Pero a Sam nunca se lo conté.-confiesa ella.-De verdad.
-Te creo.-dice Warren, mirando hacia la puerta cerrada del cuarto.
-¿Han atrapado a Denis?-pregunta ella preocupada.
-No. Todavía no. Pero lo haremos pronto.-asegura Warren.
Segundo caso.
Warren, Samuel y Edward reciben una carta de un fuerte confederado donde les pide ayuda para que interceptasen a una banda de ladrones, ex soldados confederados que van a pasar por Villa Rocosa antes de seguir partiendo a otros estados, o eso es lo que sospechan inmediatamente. El sheriff acata la orden del telegrama y manda a Edward y a Samuel a que distribuyen pasquines de dicha banda por todo el pueblo, dado que son demasiados. En el mensaje también informan de la posible llegada del Marshall James a Villa Rocosa, lo cual hace que Filton esté atento. El sheriff y su ayudante Samuel son llamados para que investiguen el homicidio del confederado David mientras Edward se queda vigilando en la oficina del sheriff. Tras eso, Warren vuelve a la oficina y habla con James acerca de David. Tras eso, se queda solo el sheriff en el lugar de trabajo. Él cena allí solo. Se pone a redactar informes. Llega la noche oscura cuando ve entrar a Edward. Se saludan y ambos, en sus respectivas mesas, siguen trabajando. En ese momento, llega Nuria y Kevin y dicen que han visto actividad sospechosa en un rancho, cerca de Villa Rocosa. Warren quiere ir a comprobarlo antes de avisar a James. Se despide de la joven india con un beso y se va de allí junto a Edward y a Kevin. Nuria regresa a su casa, no dejando de pensar en Filton, y si puede ayudar en algo, pero no es demasiado fuerte como para defenderse ante los tipos que ha visto entrar en aquel rancho. Además, el sheriff no se lo habría permitido. Se va a dormir, intranquila.
Mientras, más tarde, Kevin, Edward y Warren no ven actividad sospechosa en el pequeño rancho del cual Kevin y Nuria han asegurado a ver visto actividad sospechosa. Los tres hombres, escondidos bajo un gran tronco, se tumban y observa cada uno de ellos el alumbrado hogar de una sola planta. Al porche, iluminado por una lámpara de queroseno apoyada en un barril viejo, sale un tipo con un tipo con la cara tosca del cual Warren reconoce al mirar con su catalejo.
-Es Robert, el padre de Mike.
-¿El asesino de Lindsey y de Sean Patrick?-pregunta Edward.
Warren afirma con la cabeza. Kevin no entiende nada. Robert le ha crecido un poco la melena, pero aún así, sigue con esa expresión tan seria y de aspecto físico es feo y algo grueso, pero fornido como un toro. Dicho individuo se acaba de fumar la pipa que se está fumando y se monta en el caballo que tiene al lado. Se va del rancho.
-Edward, quiero que sigas a Robert.-ordena Warren.
El otro asiente.
-¿Y yo?-pregunta entusiasmado Kevin.
-Tú vete a dormir, suficiente has hecho junto a Nuria, identificando este sitio. Yo me quedaré aquí, vigilando ese rancho.
Kevin se desanima y pone expresión triste, aunque acata la orden.
-Fue gracias a los periódicos, jefe. Además, Nuria aprende cosas nuevas cuando esta contigo, como es hallar alguna pista.-aclara Kevin.-De ahí que descubriéramos entrar a un montón de personas en ese sitio.-dice, refiriéndose al rancho.
-No sé como lo habéis hecho, pero gracias.- dice amablemente Warren a Kevin. El otro se siente contento por dentro.
Edward y Kevin se van de allí, intentando hacer el menor ruido posible. Warren observa por el catalejo otro rato más, bajo esa noche estrellada, al rancho, sin hallar ningún movimiento más. Piensa en el número de personas que hay ahí adentro. Se acomoda en la tierra árida y duerme un poco. A la mañana siguiente, los rayos de sol hacen que Warren despierte de un sobresalto. Piensa que ha sido una pesadilla lo de la vigilancia durante la noche. En ese momento, se vuelve hacia el rancho y vuelve a mirar por el catalejo. Del lugar ve salir a varias personas uniformadas con las vestimenta del ejercito confederado. Se percata de haber visto a Denis, el tuerto y jefe de la banda. Un hombre de estatura media, rubio y con barba. Tiene las facciones medianas y lleva un parche en un ojo. Se da cuenta de que hay tres mujeres en dicho equipo, pero todas parecen ser enfermeras militares por la indumentaria que lleva. Todos los intrusos, que son unos seis, que están afuera cogen sus respectivos caballos y se marchan. Al rato, Filton desciende por la ladera junta, montado en su animal, yendo hasta la casa. Teniendo el sol a su espalda, llama a la puerta de madera, percatandose de que está abierta.
-¿Hola? ¿Hay alguien?-pregunta Warren, allanando la morada y con el revólver desenfundado.
Entra por un pasillo vacío en forma de T y camina por él hasta hallar en un cuarto, que parece ser la cocina. Ve encima de una mesa un montón de fusiles y revólveres. En ese momento, un hombre desfigurado y con el revólver en ristre en una mano y un cuchillo en la otra, se acerca sigilosamente por detrás de Filton. En ese momento, en la oficina del sheriff, James ve a Edward y habla con él. El marshall tiene varios documentos que se los muestra al ayudante de Filton mientras le comenta.
-Han conseguido identificar a los ladrones de dicha banda de ex soldados confederados que robaron las armas. El jefe se llama Denis, alias el tuerto. Creo, gracias a mi difunto confidente, David, que me dio la información antes de partir del fuerte para seguir a dicha banda, que ese equipo va a vender la mercancía a un tercero.-comenta y hace que mire varios dibujos.
En el último, Edward se detiene y reconoce a Robert.
-¿Este último puede ser el comprador?-pregunta.
-Podría ¿por? Ese retrato lo hizo antes de que muriese en el centro del pueblo, ¿por? ¿Le conoces?
-Es Robert, el padre de Mike, un asesino que ayudo a su hijo a matar a su mujer y a su amante en un carruaje hace algún tiempo. Conseguimos arrestar a Mike, pero del padre nunca supimos nada, hasta hoy. He averiguado que se está hospedando en un saloom del pueblo, a unas yardas de un almacén abandonado.
-Así que Denis y su banda robaron un gran alijo de armas para venderlas a Robert. Pero, ¿a qué esperan para hacer el intercambio? ¿Y quién mató a David?
-Puede que lo hiciera uno de ellos al descubrir que los estaba siguiendo.-deduce Edward.
-Puede, ¿dónde está su jefe?
-Estaba vigilando la casa donde se han refugiado dichos ladrones.
-¿Y está solo?-pregunta preocupado James.
-No se preocupe, sabe defenderse.-alega Edward.-Además, es muy cuidadoso y no creo que se meta en ningún lío.
En ese momento, en el rancho donde se alojaban los ex soldados, el desconocido desfigurado, con un cuchillo en la mano, ataca a Warren y lo tumba en el suelo. Hay un pequeño forcejeo, consiguiendo Filton quitarse de encima a su rival y liquidándolo después de un tiro. En ese momento, alguien dispara detrás de Warren, errando el tiro. Warren se percata de que es una mujer alta y que oculta su cara con un pañuelo. Vestida con traje militar, sigue disparando mientras se esconde tras una pared. Warren hace lo mismo y recarga el revólver. Se asoma a donde está su enemiga y dispara a matar cuando la otra sale al descubierto. La mujer cae al suelo sin vida.
Pasa un rato hasta que el marshall y uno de los ayudantes del sheriff entran en la casa, descubriendo el alijo de armas y los dos cuerpos sin vida a los que Warren ha matado. James y Edward le ponen al corriente de sus teorías sobre el caso.
-¿Quiénes son?-pregunta Filton por curiosidad.
-Es la doctora B y el desfigurado le llamaban K. Nunca dieron sus nombres reales.-responde James.
-Suponemos que estaban custodiando el alijo de armas para venderlas a Robert. Pero ¿cómo detenemos ahora al resto de la banda cuando Denis se entere de que dos de sus miembros han muerto?
A ninguno de los tres se les ocurre nada. Tras haber echado un primer vistazo a ambos cuerpos, el doctor junto al Marshall y al ayudante de Filton, llevan los cadáveres a un carromato para enterrarlos después en el cementerio de Villa Rocosa. En ese momento, Filton es avisado por un ciudadano porque el telegrafista ha recibido telegramas de respuesta en relación al caso que investiga Samuel. El Marshall y Warren van para allá.
Pasa un tiempo, desde que Warren junto a James resuelven el caso de la muerte de David. Con Samuel fuera de combate dado que se ha enterado que Laura, la mujer con la cual ha mantenido una corta relación sentimental, es la culpable del asesinato de David, Warren, James piensan en cómo pueden detener a los miembros de la banda de Denis y a Robert. Edward mientras tanto, está vigilando la casa por si vuelven los bandoleros, pero todavía nada. En ese momento, en la oficina del sheriff, a Warren se le ocurre una idea.
-Tengo una forma de detener a esa banda.
James y Warren vuelven al cementerio y desentierran a la enfermera y al soldado desconocido difuntos. Los arreglan un poco y vuelven a la casa donde se halla el alijo de armas. Se percatan de que solo está Edward como vigía.
-¿Alguna novedad?-pregunta Warren a su ayudante Edward al verle mirar por el catalejo.
-Ninguna ¿Qué vais a hacer con ellos?-pregunta Edward intrigado al ver un carromato con los difuntos soldados encima y oliendo mal.
-Vamos a hacer.
Pasan las horas hasta que el resto de la banda de Denis pone un pie en la morada donde se halla el alijo de armas, no hallando, en principio, ningún rastro de presencia extraña.
-¿Chicos?, ¿Estáis ahí?-pregunta el tuerto elevando la voz mientras entra en la morada.
-Puede que estén dormidos.-deduce otro soldado.
En ese momento, otra militar se queja del mal olor que se desprende en esa casa con las persianas echadas. Denis, cansado, pide a todos sus lacayos, incluido a Robert.
-Estoy harto, hagamos el intercambio.-ordena mientras va a la cocina y coge una de los rifles del montón.
-¿Hacemos intercambio?-pregunta Denis, sonriente.
-Claro.-responde Robert acercándose a la cocina.
Warren, encerrado en uno de los armarios donde tiene a uno de los difuntos tumbado en la cama que ahí justo a su lado. Escucha como Robert y Denis hacen negocios en la habitación colindante. En ese momento, Warren sale y es descubierto por una de los soldados. La mujer de cabello liso y moreno, va a disparar cuando Filton se defiende, matándola a ella. Todos los demás van a ver qué pasa. James y Edward derriban la puerta principal. Ambos hombres de la autoridad tiran a matar a Denis y a dos más. El último corre mientras dispara a los hombres de la autoridad. Warren sale de la habitación donde se ha escondido y mata al militar cuando este le apunta. Una de las enfermeras militares acuchilla a James por detrás, en el hombro y Edward se da vuelta. Tira a matar, haciendo que la mujer se desplomase en el suelo. James, quejándose de la herida, deja que Edward se la vende con un trapo que hay encima de una mesa.
-Tienes que ir a ver al doctor después.-sugiere Richards.
-Sí padre.-bromea James, sabiendo que es verdad.
Un poco más tarde, Warren y James, aguantando el dolor, sabiendo que después tiene que ir a que le vende mejor el corte el doctor, recuentan a los difuntos y ven que falta uno.
-¿Dónde está Robert?-pregunta Filton preocupado.
Nadie responde. Se hace un silencio incómodo en el lugar cuando los tres hombres salen al patio y no ven al último truhan en las inmediaciones.
James, harto de esa vida como Marshall, se monta en su caballo y decide marcharse. Ya llevaba tiempo decidiendo retirarse de ese trabajo y encontrar uno más cómodo.
-Me voy.
-¿Cómo qué te vas?-pregunta Warren, perdido en el asunto.
-Me retiro de la autoridad. Llevo tiempo pensándolo y creo que es lo mejor. Ahora quiero una vida más tranquila. Sentar la cabeza y tener una familia.
-¿Y quién nos ayudará a atrapar a Robert?-pregunta Edward.
-Ya encontraréis a otro Marshall que os ayude. Os mandaré un telegrama, sugiriéndoos algunos nombres que son buenos agentes.
-¿Eh?-llama Warren.
James se para un momento y mira a Filton.
-Cuídate. Y gracias por todo.
James choca una mano, montado en su animal, tanto al sheriff como al ayudante.
-Y ve al médico.-sugiere Edward.
-Lo haré.-ríe de broma a ambos hombres, sabiendo que es verdad que tiene que ir.
Warren y Edward ven marcharse a James, galopando en su caballo. El atardecer está llegando y ambos vuelven al rancho donde están la difunta banda para llevarse los cuerpos al cementerio de Villa Rocosa mediante una pequeña carreta que hay frente a la morada.
-¿Crees que le irá bien?-pregunta Edward, cansado de bajar la pequeña montaña hasta la morada.
-Espero que sí.-responde Warren.