7x10:Abracadabra
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Pasa un tiempo desde que resolvieron el caso de Rick. Se despidieron de Shane, Cassie y Miriam tras haber hecho Warren una reflexión sobre la broma pesada que le gastaron a Rick. Por otra parte, el sheriff y los ayudantes no tienen noticias de Robert, el padre de Mike, y cómplice de asesinato en el caso de Lindsey y su amante. Y entre tanto, tampoco hallaban a Leland Morse, ni tampoco al truhán que estaba buscando, José Jiménez, el padre de Chandra, esposa de Leland.
Primer caso.
Es una noche cualquiera en Villa Rocosa. El espectáculo de magia ha llegado a través del mago Michael y su ayudante Don. El jolgorio está en la plaza central del pueblo. Mucha gente viendo el espectáculo que organizan los dos hombres. Michael es un hombre grueso de tez morena clara y por las sonrisas que lanza al público, parece ser un tipo amable, aparte de apuesto y algo grueso.
Un mejicano que le encanta la magia desde que es pequeño. Don, su ayudante, es negro, delgado y de carácter rudo. Al contrario que su jefe, este va vestido de manera andrajosa. Warren y Nuria, sentados en una silla de madera, disfrutando del espectáculo, ven sentarse al otro extremo de la cuarta fila, donde ellos están a Tim Houston, John Kruger y Kevin Notherland por separado. Todo es magia y diversión hasta que un truco, Michael, mareado sobre el escenario de madera, frente al público, comienza a escupir sangre y cae al suelo sin vida. Todos se van levantando de sus respectivos asientos y unos cuantos gritan. Warren, dejando a su mujer a un lado, avanza hasta la escena y se pone al lado del difunto para corroborar que está muerto.
-¡Avisen al doctor Sánchez!-pide Warren, elevando la voz.
Más tarde, Edward Richards va al espectáculo de magia y se sube al escenario para analizar el supuesto accidente donde José, que está en cuclillas al lado de Michael, deduce que no fue un accidente por un punzón pequeño clavado en la nuca. Se lo comentan a los hombres de la autoridad. Determinan que ese fue el objeto con el que lo mataron. Tras eso, Edward y Warren interrogan al público por si alguien vio algo y luego al pequeño grupo con el que trabajaba Michael(Becky, E.J y Don). Becky es una joven morena de ojos azules, delgada y agraciada de rostro. E.J es de los ayudantes y el más mayor de los tres. Rubio y de ojos claros. Escuchimizado. Lleva ropa andrajosa. Y era el único que apreciaba a la víctima y era un fiel amigo suyo. Los tres dicen haber tenido coartada en el momento del crimen. Tras los interrogatorios, todos se marchan a sus respectivos hogares, llevando también la víctima al cementerio.
Pasa un poco más de medianoche. Nuria va al saloom de Tim Houston y le pide a este a Sean, que está de cliente, al igual que como testigo, que le guardasen una prenda de vestir para su aniversario que va a ser al día siguiente y se lo dará ella en persona tras una cena romántica. Los dos hombres lo hacen sin problemas, cogiendo Houston el traje. Nuria se lo agradece y se va del saloom.
Al rato, Edward llega sudando y con tierra por toda la cara. Huele mal. Sean suelta una broma.
-¿Ya no te quiere Marina?
-Vete a la mierda. Ya querría yo verte en el cementerio, enterrando a la víctima, con ayuda del dueño y de Warren. Nos hemos puesto hasta arriba de porquería.-se huele una axila.- Y encima el hedor del difunto no se me va.-mira a los otros dos.- ¿Qué estáis haciendo?
-Nada. Hablar. Le he comentado a Sean, que soy mago.-contesta Tim.
-¿No me digas? ¿Y no tendrás a una doncella rubia joven también como tu mujer?-pregunta Edward de broma, acordándose de Brad Stevens y sus espectáculos de magia.-En fin, me da igual.
Tim no sabe de qué habla. El otro sí. Sean y Tim se sorprende cuando Edward coge el traje sin permiso y se lo queda, pensando que es de alguno de los otros.
-Mañana te devuelvo el traje. Por cierto, tienes buen gusto.-dice Edward antes de salir por la puerta.
-No es...-comenta Tim antes de ver como el ayudante desaparece por el oscuro entorno de la estrellada noche.- Era una sorpresa de Nuria, que le quería hacer a Warren.-dice en voz baja.
Sean y Tim tragan saliva y se miran sorprendidos.
-¿Y ahora qué?-pregunta Sean Lambert.
A la mañana siguiente, Tim Houston va a la oficina del sheriff, acordándose de una cosa que pasó anoche. Al entrar, ve a Edward tras el sheriff hablándole. Houston le mira raro a Richards. Los otros dos le preguntan y Houston responde que él junto a John Kruger y Kevin Notherland no vieron a Don en el espectáculo. El sheriff y el ayudante van con Tim hasta los respectivos negocios de John y Kevin y corroboraron lo de Don. Los hombres de la autoridad se lo agradecen y se dirigen a la feria, a una de las quipis alineadas que hay. Se adentran en ella, viendo al equipo de Michael. Los hombres de la autoridad notan el ambiente enrarecido, como si algo se ocultase a plena vista. Becky, E.J, algo atemorizado, y Don miran sorprendidos mientras hacen cada uno una tarea distinta. Warren pregunta en alto.
-¿Dónde estaba durante el espectáculo, Don?
Becky y E.J miran a su compañero extrañados y cuando Warren comienza a registrar la mesa del difunto Michael mientras teoriza del porque le mató, halla unas cartas que son amenazas de muerte escritas por alguien.
-¿Y esto, Don? ¿Es tuyo? ¿Le mataste? Sé que tú querías el puesto de tu jefe, porque querías ser el nuevo jefe, ¿no? No soportabas que Michael te mandase y que te tratase como una mierda. Como una basura. Era así cómo os trataba.
Don, con el ojo entrecerrado y enfadado, mira a sus compañeros, que son los únicos que saben lo que quería ser él en realidad y para eso, tenía que haber matado a Michael. E.j y Becky confiesan que le vieron apuñalar a Michael por detrás y les amenazó después por si abrían la boca.
-No estabas haciendo tu número. Sino que te pusiste detrás de Michael y le clavaste el punzón por la nuca.-teoriza Warren.
Don saca el punzón pero antes de que lo usase, los hombres de la autoridad le hicieron un placaje, poniéndole las esposas. El negro suelta a los cuatro vientos que asesinó porque le insultaba y porque quería ser el nuevo jefe del grupo.
-Sabes, ser un mago significa trabajar duro cada día para llegar a ser el mejor. Y no conocía mucho a la víctima, pero según he oído, adoraba ese mundo.-comenta Warren, mirando a E.J y a Becky, que están conmocionados, a la vez de sentirse liberados de un asesino.-Y tú buscabas ser reconocido, ¿no, Don?
-Vete a la mierda.-responde el preguntado cabreado.
-Ese talento nunca lo tendrás.-sentencia Warren.
Llora de frustración mientras le levantan a la fuerza, sacándole del quipi.
Más tarde, Tim Houston invita a su saloom a Warren Filton, a Nuria Fernández, a Sean Lambert, a John Kruger y a Jack Lemmond a un espectáculo propio que iba a hacer el dueño.
-No sé dónde puede estar tu regalo de aniversario.-confiesa Nuria, preocupada.
-Tranquila, cielo. No pasa nada.
-Tim, ¡¿Dónde...?!-pregunta la mujer intrigada.
En ese momento, entra Edward por la puerta vaivén, con el regalo puesto de Filton y todos le miran extrañados.
-¿Qué?-pregunta Edward.
-Ese era el regalo de mi marido.-responde Nuria, mirando furiosa a Tim.
-¡Ups!-dice Tim antes de desaparecer en medio del bar.
Los demás miran a la trampilla que hay debajo del suelo, en la cual Tim estaba encima. Nuria tuerce el morro, apoyando las manos en su delgada y esbelta cintura.
Segundo caso.
Mientras Warren y Edward se ocupan del crimen del mago, José, tras volver del espectáculo a echar un vistazo al difunto Mike, sube un momento a su consulta, deseando volver a su casa ya que está siendo una noche larga y muy trabajadora. José coge unas cuantas cosas de una mesa de madera antes de salir por la puerta de su consulta cuando de repente ve a un hombre desconocido sangrando. Dicho tipo se hace llamar Dayton y es un tipo algo grueso, pero a la vez fornido, calvo y sus facciones medianas. Los ojos marrón oscuros desprenden una furia interna que no puede con ella. Además tiene mal carácter. El hombre se tambalea porque tiene una herida de arma blanca en su torso. José le ayuda a quitarse las prendas que tiene puesta, que huelen mal, y las dejan sobre un mueble que hay al lado. Con cuidado, el galeno le sube la camisa interior y ve que la herida es algo profunda, pero sin afectar a ningún órgano vital.
-¿Y qué doctor? ¿Se puede curar?-grita Dayton malhumorado.
José se aparta un poco de él porque le huele mal el aliento. Sánchez le pregunta mientras le desinfecta la herida y le pone una venda alrededor. Dayton, quejicoso, comienza a contarle una historia: confiesa que le atacó una furcia y él se defendió, golpeándola. El galeno alucina la forma en la que el paciente narra su historia, tratando a la mujer que pega como una zorra y él un salvador, y que ella le tenía que estarle agradecido por haberle dado todo lo que ella quería. Sánchez entiende que Dayton es un mal encarado que se enfrentó a la joven por replicarle alguna cosa, dado que trabaja para él.
Pasa la noche. Al día siguiente. Falta poco para el mediodía y hace un día nublado, como si quisiera llover, pero no cae ninguna gota. Samuel Liverpool y Dick East, otro médico de Villa Rocosa, están paseando por una de las calles del pueblo y ven que varias personas jóvenes se acercan a ellos. Dichos jóvenes son Nelson, Kendall y Lilyan. El primero de todos es un hombre delgado y fornido mejicano. Barba de hace pocos días y parece estar asustado, igual que las otras dos mujeres (Lilyan y Kendra). Estas dos son amigas desde hace tiempo. La primera es una mujer con el pelo liso y facciones medianas y se nota que es amable con la gente por la sonrisa que echa cuando se la conoce. Y es madura. Kendra, es su madre. Ella es delgada de huesos, aunque tampoco ha perdido esa belleza que transmite su cara. Con el pelo blanco ambas y bien arregladas. Los tres informan al ayudante del sheriff y al galeno sobre la aparición de una joven sin vida hallada en mitad de un callejón, justo al lado de donde viven las tres personas. Al llegar a dicha calle, los cinco ven a una mujer muerta. Ella es una mujer joven, no más de veinte años, agraciada de rostro por sus pecas. Pelirroja y delgada. Tiene un agujero de pequeño calibre en mitad de su torso, atravesando un bonito vestido. Parece una mujer de la calle. Sam averigua que la víctima se llama Lexi gracias a que en el barrio donde vive Kendra y Lilyan son cotillas. No hay ningún tipo de documento identificativo en sus prendas y nadie escuchó ningún disparo. Tampoco la conocen de nada. Dick, tras echar un primer vistazo, ve que Lexi muere de un único tiro. Aisha, que en ese momento está cruzando la calle adyacente a la del escenario del crimen, se para, viendo un coro de personas rodeando un cuerpo. Se acerca con su bonito vestido de color verde claro y llora al ver a la víctima, sintiéndose culpable. Sam la aparta del público y la consuela. Tras eso, la interroga. La criada joven negra confiesa mientras mira fijamente a los ojos sin vida de su compañera Lexi, que ella y Dayton eran sus jefes antes de conocer a la familia de José Sánchez. E igual que Aisha, Lexi tuvo que huir de su marido maltratador. Aisha comienza a describir a Dayton, es un hombre maduro. Comenta que ella trabajaba como criada en la mansión de Dayton y Lexi hasta que él la echó de malos modales por meterse donde no debía. Dick, tras echar un primer vistazo al cuerpo sin vida de la mujer pelirroja, deduce que muere de un solo tiro por la espalda. Aparte, ella sostiene un cuchillo que tiene la punta ensangrentada. Entonces, tanto Sam como Dick teorizan que la mataron en una pelea. Aisha confiesa, sin más, que fue Dayton con el que se peleó. Sam coge el arma blanca.
Más tarde, en una calle desierta y el cielo comenzando a despejarse de nubes, Aisha y Dayton se cruzan por una acera. En ese momento, él se percata de que ella había sido testigo de las discusiones violentas entre Lexi y él, y este coge del brazo delgado de la negra y la amenaza con que no contase nada al hombre de la autoridad. Dayton la escupe en el vestido que lleva y se va. Aisha, asustada, se pone de rodillas mientras llora largo y tendido.
Pasa media hora antes de que Sean Lambert y su mujer Brittany, de la cual está más guapa y ha adelgazado algo, la ven y la socorran. La tranquilizan. Aisha va a comentar lo sucedido cuando en una esquina de una calle cercana, la criada negra ve a Dayton observar y se calla. Brittany también le ve y él se marcha. Aisha se levantó y le agradeció a la pareja que la socorriese, pero que no necesitaba su ayuda. Se va. La pareja se queda preocupada en mitad de la acera.
Más tarde, al caer la noche, Juana Reyes, con su melena rizada morena al viento y habiendo engordado un poco, pero siendo tan bella como siempre, vuelve a su casa cuando se cruza con Aisha, que sabe quién es y para quien trabaja, pero no sabe cómo es físicamente. Se presenta al verla triste. Aisha responde vaguedades cuando la otra la conoce un poco. La criada se pone a llorar y Juana la invita a su casa, tranquilizándola por el camino. Aisha, un rato después, agradece la compañía de Juana y le comenta todo lo relacionado acerca de Lexi y la amenaza de Dayton. Annie, la hija de Juana está durmiendo en su cuarto.
Mientras, en la oficina del sheriff, Sam haciendo guardia nocturna, recibe una visita inesperada. Es el Marshall Jason, que es más alto y algo fornido. Hablan un rato acerca de temas banales antes de que Jason comience a interesarse por Dayton, el cual ha venido a detener por los telegramas de denuncia que ha recibido de otros estados adyacentes. Jason comienza a explicarle a Sam, que está algo perdido en el asunto, que Dayton ya había sido denunciado varias veces por Lexi en el estado donde vivían por violencia doméstica. Tanto Sam como Jason teorizan que él la siguió hasta Villa Rocosa, encontrándose con ella en un callejón y ahí fue el enfrentamiento final para Lexi. La pareja, posiblemente discutieron y llegaron a las manos. Ella le hirió y él la mató de un tiro por la espalda. Pero sin pruebas, no tienen nada, así que a Sam se le ocurre una idea. Ambos salen de la estancia y van a preguntar a José Sánchez, el único otro doctor que hay en el pueblo. Este les confirma que Dayton le fue a visitar por una herida en el torso. Se la describen y entonces Sam llega a la conclusión de que Lexi apuñaló a su marido antes de ser asesinada. Sam le enseña el cuchillo ensangrentado y José responde que puede ser el arma con el que apuñalaron a Dayton. En ese momento, llegan a la consulta Brittany y Sean, comentando la preocupación de Aisha. Sam y José se lo agradecen y van a buscarla junto a Jason. Tras cerrar la consulta, la buscaron por algunas calles del pueblo hasta que al final la hallaron en casa de Juana. Todos hablan en voz baja porque la cría de Juana sigue durmiendo acerca de la amenaza a Aisha. Sam tiene una idea, pero decide no involucrar a José. Pero si que le pide que su criada le acompañe junto a él y a Jason al saloom donde está registrado Dayton para resolver ya el caso. José no está del todo de acuerdo porque le gustaría estar allí cuando le arrestaron, pero acepta el trato. Aisha decide convencida a acompañar a los hombres de la autoridad. Tras una larga hora buscando a Dayton, lo hallan en uno de los salooms de Villa Rocosa. Sam pide a Aisha que se quede en la planta de abajo hasta que le avise. Le hace caso. Sam y Jason interrogan rudamente a Dayton cuando este no quiere confesar y solo pregunta.
-¿Han atrapado ya a esa puta que me apuñaló?
Dayton, al sentirse presionado cuando por una parte Sam le enseña el cuchillo ensangrentado, acercándose al vendaje que le había hecho José hace horas para ver si coincidían la marca con el arma homicida y ve a Aisha, confiesa que Lexi era una furcia y le desobedeció y por eso se marchó . Él, en el callejón quiso que volviese pero ella no quería. Ambos llegaron a las manos, haciendo que Lexi le apuñaló y él la matase.