8x06:Queso

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Pasa tiempo desde que resuelven ambos casos.

Es una tarde cualquiera. En el saloom de Jack Lemond hay poca clientela. El dueño bigotudo mejicano está sirviendo la comida a un grupo de personas. Son cuatro. Un hombre y tres mujeres. Helen es una mujer de cabello corto y morena. Agraciada de rostro y delgada. Matt es un hombre calvo y con apariencia de ser gracioso por su enorme sonrisa. Tiene unas gafas de culo de botella. Katie es la mayor del grupo. Bella de cara y con un cabello pelirrojo que le llega hasta los hombros. Deslumbra a cualquier hombre con sus ojos verdes claros. Kay es otra mujer joven y también de cabello moreno corto. Atractiva físicamente. Katie, impaciente, al ver el queso fundido en su plato de madera, comienza a engullir con un ansia. En uno de los intentos de tragar el trozo de comida que engulle, cae muerta, encima de la mesa. Los otros tres gritan de pánico.

Más tarde, José Sánchez analiza el cuerpo de la difunta y determina tras un primer vistazo y un rastro de láudano pequeño en su labio, que fue envenenada. Se lo comunica a Warren Filton y a Sam Liverpool, que están también en el local. Jack se siente culpable porque cree que la ha envenenado accidentalmente. Le interrogan y atestigua que no vio el veneno cuando cocinaba el queso. Se siente mal. Filton le tranquiliza y deducen que el alimento ya lo habían envenenado afuera antes de traerlo el repartidor. Saben que Jack trabaja solo desde aquel criminal que intentó matar a su hija hace mucho tiempo. Además, saben que Lemond no es un asesino y no hay conexión entre la difunta y él, salvo que había sido cliente suyo y era la primera vez que la veía. A ella y a sus amigos. Tras eso, Warren y Sam interrogan a los otros testigos, compañeros de la víctima. Los amigos de la víctima confiesan que hace tiempo fueron testigos de una pelea en un bar, pero que no se acuerdan de ello cuando Filton se interesa por los enemigos que tenía Katie, o si alguien les tenía manía, a la difunta, o a alguien del grupo. Los tres describen lo que recordaba de aquella pelea en la que fueron testigos. Tras eso, se lo agradecen y el sheriff pide a Sam que no les quite el ojo de encima cuando averiguan en qué saloom se hospedan. Warren regresa a la oficina de la autoridad.

Es algo más tarde de las siete de la tarde cuando el sheriff recibe una visita inesperada. Es un marshall bien vestido y delgado que se presenta como Ron. Expresión seria, de tipo duro. Pero amable. Este les comenta a Warren y a Samuel como fue aquel caso de la pelea en el bar. Les deja encima de la mesa del sheriff unos documentos para que los otros le echen un vistazo. Todo comenzó cuando un cliente discutió con otro. El segundo, loco de atar, golpeó con tal fuerza al primero que le mató. Le arrancó una oreja y le dejó la cara destrozada de moretones y de cortes por la cuchilla de afeitar que llevaba. Según Katie, Kay, Helen y Matt aquel agresor era muy raro, se estaba riendo con su rostro manchado de sangre del difunto.

El sheriff y los ayudantes de aquel pueblo detuvieron al criminal enseguida. Mientras le esposaban, Miguel miró, como si no hubiese nadie más en el saloom las caras de los cuatro testigos que fueron presentes de aquel acto horrible. Identificaron al asesino por un papel que llevaba y que tenía escrito: "Soy mudo. Me llamo Miguel". El sheriff y el Marshall dedujeron que el motivo por el cual asesinaron a Katie pudo ser la venganza. Pasó tiempo en prisión hasta que un día, los alguaciles miraron en su celda, y nada, se esfumó de la tierra. Nadie sabía como...Hasta ahora. Pero, ¿Y si todo esto no ha acabado?

Pasa la noche. Al no haber más asesinatos, Warren quita la vigilancia del saloom de Jack Lemond, el lugar donde los amigos de la difunta se hospedan. A la mañana siguiente, una empleada grita al entrar en uno de las habitaciones del local. Más tardes, los tipos de la autoridad ven el horrible crimen que ha sucedido. Los compañeros de Katie están mutilados salvajemente. Irreconocibles. El cuarto manchado de sangre y que se emana un hedor de él. Abren la ventana para que corra el aire. Filton se siente culpable por haber dejado sin vigilancia el local cuando sabe que su presentimiento de que ocurriría algo más, es cierto. No se lo comenta a nadie. Deduce que los criminales fueron dos por el queso fundido hallado, donde se ve que varios trozos están arrancados y metidos a la fuerza en cada una de las bocas de la víctima y por la declaración de un testigo joven llamado Cole. Es un tipo delgado, sin mucha fuerza que dice ante Sam y Warren que escuchó ruidos toda la noche anterior y no pudo dormir bien. Tiene ojeras. Le preguntan si vio a alguien salir del cuarto contiguo. Le describe a uno de los agresores. Al otro no se fijó dado que estaba lejos, y el dormido. Se lo agradecen. Le enseñan a Ron el tipo descrito por Cole y le suena. El dibujo muestra el rostro de un hombre mayor, pelirrojo, cabello corto y mirada fría. Les cuenta que es un tipo que hace las cosas por dinero y se le conoce como "el navaja". Se llama Damien. Los tres deducen que Miguel y ese Damien fueron los responsables de aquellas muertes. Miguel lo hizo por venganza, el otro, por una recompensa que le promete Miguel.

-Hay que encontrarlos antes de que escapen.-dice Warren, saliendo del saloom corriendo tras ayudar al doctor a bajar los cadáveres del cuarto.

Tanto Ron, como Sam, se apresuran a ir a su ritmo. Mientras colocan bocetos del dibujo de Damien por toda Villa Rocosa, Samuel pregunta.

-Pero, ¿Y el queso fundido?

-Según las declaraciones del sheriff y los ayudantes que le detuvieron, estaba comiendo eso antes del arresto.

-Awwww.-expresa Samuel, con sorpresa.

Pasan las horas los tipos de la autoridad y el Marshall, yendo local tras local hasta que al final en uno de ellos, dan con Damien.

Dicho sujeto está registrado en un saloom, algo apartado de la zona este del pueblo. Cerca de dicho lugar está el segundo depósito de agua que han construido hace poco. El otro en la cara norte, cerca de la taberna de John Kruger.

Al entrar en la habitación donde se hospeda Damien, descubren una sorpresa. Aquel asesino está muerto en una cama vieja y el entorno huele a cerrado. Nadie se ha percatado de su ausencia porque es un solitario. Y el dueño, al no tener a nadie más en su establecimiento, y limpia cada mucho tiempo las habitaciones, y no meterse en la vida de nadie, no sabe qué ha ocurrido. Tras no sacar nada de los pocos interrogatorios que hacen en ese saloom, Warren, Sam y Ron determinan, que el difunto criminal muere de la misma manera que los amigos de Katie-apuñalado hasta quedar irreconocible y con un trozo de queso metido a la fuerza en la boca.- Se llevan al difunto de allí, y ventilan el cuarto. Tras cabalgar al cementerio y dejar al muerto en manos del enterrador, vuelven al pueblo. Un lugareño atestigua haber visto a Miguel en un saloom cerca de su vivienda. Los tipos de la autoridad se lo agradecen y para ese local. Allí, en uno de los cuartos, ven a Miguel. Un hombre delgado, demasiado, fibroso y pálido. Mira a los tipos de la autoridad como si no hay nada más a su alrededor. Sonríe, enseñando su dentadura picada y sucia. Con una mano se coloca el clarín en los labios y sopla varias veces para tocarlo. Lo aparta y sonríe mientras los otros se lo arrebatan a la fuerza y le detienen. Está sin ropa. No la encuentran por ninguna parte. Ni tampoco ningún tipo de arma blanca en el entorno. Ni siquiera rastro alguno de ese queso que usó para matar a sus víctimas.

Más tarde, en la oficina del sheriff, en la única sala de interrogatorios que hay, Miguel mira por la ventana y comienza a hacer el tonto. Saca la lengua y se ríe. Está esposado. En ese momento, entran Warren, Sam y Ron. Se les notan cansados y desesperados dado que no hay ningún rastro de las prendas del sospechoso, ni ninguna prueba que le relacionen con los asesinatos. Malhumorados, le lanzan unas prendas de talla pequeña y estrecha, dado que no saben cual gasta. Miguel se viste mientras los otros en el cuarto contiguo comienzan a deducir un montón de teorías por las cuales Miguel asesinó a las víctimas y a Damien. No hay testificaciones tampoco de que le inculparon de los crímenes salvo el hecho de que saliera a las tantas de la noche

del segundo escenario del crimen (las horribles muertes de Matt, Helen y Kay), con Damien, como cómplice. Pero ¿cuál es la relación en verdad entre las víctimas y los asesinos? ¿Es la venganza? ¿Es dinero? ¿Ambas? Warren mira la cara de Miguel mientras él le observa fijamente. El sospechoso sonríe. Filton deduce.

-No va a decirnos nada. Aunque le apretemos las tuercas. No tiene miedo, se le ve. No le importa nada, ni nadie. Y jamás le sacaremos una confesión. El cabrón se deshizo de todas las pruebas antes de que llegásemos.

-¿Y qué hacemos?-pregunta Samuel preocupado.

-Soltarle.

-¿En serio?-gruñe Ron.

Warren mira a Miguel y piensa que Miguel disfrutó matando a toda esa gente. Lo hizo por placer, pero no tiene nada con que respaldarlo. Sam se pone a su lado y ambos miran al sospechoso. Piensan lo mismo, que es un sicópata.

-Nunca sabremos la verdad del por qué lo hizo. Puede que le guste matar, y no haya motivo.

-Lo que está claro es que está como una cabra. Nadie espera desnudo a que le esposen.-añade Ron uniéndose al dúo.

Ahora los tres miran a Miguel y él les devuelve la mirada, desafiándoles. Silba, imitando el sonido de la corneta.

-Puede que se deshiciera de las pruebas antes de que llegásemos. O al poco de matar a Damien. Vete a saber.-imagina Warren.


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