5x07: Anónimos, campistas y trúhanes

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Tiempo después de que se celebraran otras nuevas selecciones a la vuelta de Warren Filton, este salió otra vez como sheriff de Villa Rocosa. Sam volvió a su puesto como ayudante del sheriff junto a Edward. Warren, una tarde despejada de chubascos, cabalgó hasta la reserva india donde vivía Wes a mostrarle sus respetos por la muerte de su hijo Luis. El jefe indio se lo agradeció. Pasó el tiempo, y pese a que algunas cosas, como el asesinato de Luis se resolvió, las cosas entre los habitantes de Villa Rocosa y los navajos nunca volvieron a ser como antes. Había ciertas rencillas que se habían incrementado a lo largo de este tiempo.


Primer caso

Amber Kruger, con sus pecas en la cara y el pelo rizado pelirrojo cayéndole por la frente, apoyada en la barra del saloom, ve a Kevin Notherland entrar. El herrero rubio pregunta a la treintañera sobre donde está su padre. Amber, inquieta por haber recibido un anónimo dirigido a la amante de su padre, Daniella, ya el cuarto, que alguien los había dejado misteriosamente en la barra cuando nadie la vigilaba, le comenta. "Ya es el cuarto mensaje sin remite, ni nombre. Alguien está obsesionado con la amante de mi padre, y quiere que vuelva con ella." Kevin ve el papel y el sobre y le parece extraño todo esto. Él asegura que no había sido. La otra le cree. Notherland pregunta si John sabe lo de este último anónimo y ella niega con la cabeza. Dándole vueltas a la cabeza, no sabe qué hacer. Kevin le aconseja que vaya con su padre, o ella sola a denunciar estos anónimos que habían comenzado semanas antes. Los dos están de acuerdo y el herrero la anima. Amber espera a su padre y le enseña el anónimo. John le pide que se lo lleve a Warren y que comiencen una demanda. Está preocupado por Daniella.

Amber se sienta frente a Warren Filton y hablan un poco antes de que ella comience a relatarle la historia de los anónimos a Daniella. Filton, preocupado al leer esos anónimos, sobre todo los dos últimos, que son más insistentes con un toque amenazante, quiere llegar al fondo del asunto. Amber asegura que Daniela vio una vez, pero creyó que era su imaginación al autor de los anónimos en el saloom de su ex marido. Warren y la hija de los Kruger van al saloom de John y casualmente se encuentran con la pareja. La familia y la amante comen con

Warren mientras le explica el caso de los cuatro anónimos. Daniella es una joven, de origen navajo. Agraciada y menuda. Su sonrisa es lo más atractivo que tiene de sus grandes facciones, aparte de ese pelo largo, color azabache. La mujer, incómoda, le comenta que el tipo de los anónimos es alguien al cual había conocido en el pasado, antes de John Kruger. Era un antiguo amor de joven. Se llama Jon y es un joven apuesto, moreno de pelo y barba frondosa cuando lo conoció. Parece ser que la ruptura entre ellos le dolió a él y juró vengarse de alguna manera. Así es como ella lo recuerda. Lo de los anónimos comenzó hace dos o tres semanas. Warren le promete que hallará a ese Jon y le encerrará por haberle enviado esos anónimos. Daniela se lo agradece. Por eso, Filton, tras haberse metido algo en el estómago, va a preguntar por Villa Rocosa por ese Jon. Se recorre un montón de locales hasta que al final llega al de su fiel amigo bigotudo, Jack Lemond. Este con su sonrisa y gran calva, le responde con simpatía cuando el sheriff le pregunta si había visto a Jon. El barman le responde que está justo tras de sí, solo en una mesa. Filton se lo agradece y pilla al sospechoso escribiendo otro anónimo a Daniella. El quinto ya. Warren se sienta ante el sospechoso y lee aquel, aún más acezante anónimo y le acusa de haber estado molestando a una mujer que cortó con él hace ya tiempo. Jon le contestó con ira que lo hizo por celos.


Segundo caso


Mientras Warren investiga lo de los anónimos, Edward Richards y Sam Liverpool están investigando el asesinato de Frank Murphy cuando reciben una alerta de otro caso de asesinato completamente distinto al que están investigando. Un ranchero descubre, paseando con el ganado, en un rancho abandonado, dos cadáveres. Dicho ganadero ve dificultosamente, aunque sabe que es una mujer quien les quitó la vida. Los ayudantes del sheriff junto al doctor José Sánchez cabalgan al escenario del crimen. El lugar es llano y extenso. Tiene dos pisos y los difuntos se hallan en la planta baja, en las caballerizas. La mujer es morena y agraciada de rostro. Ella está colgada en una columna con las facciones destrozadas y los ojos desencajados. La apuñalaron varias veces más en su esbelto cuerpo, con la ropa hecha jirones. El caballero, de la misma edad que la joven, unos veinte años más o menos, es un joven apuesto, con el pelo rizado, rubio y alto. Él está semidesnudo y con una única puñalada grande en el corazón. Sánchez, sorprendido, advierte "cuánto odio". Los otros le creen. El galeno comienza a trabajar en los cuerpos, escuchando la declaración del hombre al que vio al posible asesino, que la pareja murió de diferentes maneras crueles, con distintas armas (un cuchillo, como en el caso del hombre. Y un hacha junto a una cuerda para atar a la mujer). José ve que es verdad que la pareja podría haber muerto hace una hora, u hora y media por la temperatura de las víctimas. Sam y Edward no consiguen una declaración del ranchero sobre como es la mujer asesina que vio matar a la pareja por su dudosa vista. Por eso, comienzan a buscar otras vías. Al final, analizando el escenario, no hallan gran cosa. Hacen dibujos de la cara del hombre joven y lo cuelgan por los salooms de Villa Rocosa.

Más tarde, otra pareja, con la vestimenta ensangrentada, se para en la oficina del sheriff. Sam Liverpool recibe a la pareja mientras su compañero y su jefe no están. Los interroga. El joven se llama Jonathan y su mujer Katherine. Él tiene el pelo moreno, un poco largo, que le tapa la frente. Rostro alargado, con una prominente dentadura y facciones grandes. Su amada es una mujer agraciada de rostro, con el pelo recogido en un moño. Expresión seria, pero dudosa de sí misma y ambos son delgados. Katherine y Jonathan identifican a la pareja sin vida cuando Sam les enseña el dibujo del hombre como Christopher y Karen. Ellos le cuentan a la autoridad lo que sucedió, dado que los cinco fueron sorprendidos por la misma persona. Liverpool duda un momento al escuchar cinco personas, porque en realidad solo hallaron a dos víctimas brutalmente asesinadas. Katherine y Jonathan le explican que aquel homicida era una antigua compañera al cual le gastó una broma pesada hace tiempo y mató, aparte de Christopher y Karen, a una tercera persona llamada Mike. Se lo describen. El tercer difunto es un hombre, un poco mayor que las otras dos víctimas. Rostro de pocos amigos y algo nerviosos. Sus ropajes andrajosos dan una idea de cómo era él. Aunque siempre fue amable con las dos parejas (Katherine y Jonathan. Karen y Christopher). La primera pareja le describe a Liverpool donde, y cómo murió Mike. Quien es la asesina y cómo huyeron horrorizados de allí. La criminal es una joven mujer llamada Felissa. Esta es una persona alta, agraciada de rostro y con un aura oscura. El pelo rizado moreno que le cae por el rostro da miedo porque nunca se le ve bien la cara despejada.

Liverpool, piensa al escuchar toda esa información que el motivo de que Felissa hiciera todo eso fue la venganza, junto a los celos. Por eso, hizo una última pregunta a la pareja. ¿De quién estaba enamorada realmente Felissa? Christopher admite que de él. Por eso, Sam llega a la conclusión de que los motivos de las muertes eran para hacer sufrir a la persona de la que realmente estaba enamorada. Por una humillación de una broma pesada. Liverpool vuelve al escenario del crimen con José y entre los dos recorren el rancho, hallando un tercer cadáver, más descompuesto porque han pasado las horas. "Justo donde la pareja dice haber visto matar a Felissa a Mike.", piensa el de la autoridad. "Es Mike, la tercera víctima", añade el galeno viendo el dibujo de Sam. Sánchez analiza el cadáver, y aparte de la descomposición, muere apuñalado diversas veces más en el torso. Tal vez por el hacha que usó con Katherine, dado que tiene las mismas medidas. A esto, José añade, "la verdad es que esa Felissa tiene un corazón malvado". "Un corazón lleno de ira", rebate el otro viendo a Mike. En ese momento, un lugareño avisó a Sam para que acuda en su ayuda cuando este atrapa a la asesina de esos crímenes. Liverpool le da las gracias y le paga una recompensa al ranchero. Después se lleva a la fugitiva a la oficina del sheriff.

Estando allí, más tarde, Felissa, en un cuarto cerrado, sin probar gota de agua, con la mirada clavada en el hombre el cual le está vigilando, sonríe un par de veces. Sam le explica de qué está acusada por varios asesinatos y de que tiene testificaciones que puede demostrar. La joven morena no dice, ni hace nada. Solo está observando. Esperando. Sonríe de nuevo. Es cuando él le pregunta.

"

-Samuel: ¿De qué se ríe?

-Felissa: No tiene nada contra mí.

-S: ¿Estás segura?

-F: Lo estoy. Solo me pillaron correr de un rancho a otro, y que yo sepa, eso no es un delito.

-S: Tengo declaraciones de...

-F: ¿Christopher y Karen? Dos jóvenes parejas que me gastaron una broma pesada hace tiempo. Ya se lo he escuchado decir antes. Y de Mike, y de ese hombre, el cual tuvo dificultad para identificar a una asesina, ¿no es cierto?

-S: Oiga, escuche.

-F: No, escuche usted. Es verdad que esas personas no me cayeron bien desde que me hicieron aquella broma cruel durante esa acampada donde estuvimos hace unos años, pero yo no les maté. A ninguno. Yo solamente paseaba por aquí, porque estaba de tránsito. Además, es el pueblo de los desconocidos, ¿no es cierto? Y puede ser que la mujer a la que vieron mis queridos ex compañeros, se pareciese a mí. Pero no fui yo.

-S: ¿En serio? ¿Y cómo puede demostrarlo?

-F: Porque estuve sola en este saloom cuando se cometieron esos horribles crímenes. Y el dueño lo sabe. Me vio en mi habitación.

-S: Es cierto, le vio, al entrar en el saloom y unos minutos después. Pero, ¿Cómo explica qué...?

-F: ¿Que Katherine y Christopher me viesen en el escenario del crimen? Muy fácil, estuve con ellos, les saludé a los cinco. Éramos amigos. Me fui. Sola a ese saloom. En mi cuarto.

-S: Oiga, es mejor para usted...

-F: No. No los maté. Y no tiene declaración de ninguno si lo ve bien. Vieron a una mujer morena cometer esos horribles asesinatos, que se parecía a mí. Ya está.

-S: Katherine y Christopher aseguran que la vieron.

-F: Vuelva a hablar con ellos. Le aseguró, que no me vieron.

"

Sam, dudando de la débil coartada que tenía Felissa por esa declaración que dio el dueño del saloom al cual interrogó hace un rato, ve que Felissa se levanta de la silla y sonríe. Liverpool la da el alto.

"

-S: Oiga, ¿adónde va?

-F: A coger el próximo tren.

-S: ¿Cree que se va a marchar así, sin más?

-F: Lo haré.

-S: Que triste, sabe que tarde o temprano hallaré algo contra usted. Y suponer que todo esto comenzó por un romance con una persona no correspondida. Fue Christopher el detonante de todo este dolor y sufrimiento. Usted y él serían una pareja ideal, pero hubo factores que no le permitieron seguir con él, ¿No es así? Su pareja Katherine. Karen, Christopher, Mike. Todos ellos le gastaron una broma pesada del destino en una acampada y usted, los halló, matando a varios de esos causantes en un rancho, provocándose la verdadera ira de Felissa, la venganza. Y ahora no tiene amigos. Tal vez no sea porque yo haya buscado declaraciones, que lo hice. Sino porque usted las ha manipulado de alguna manera antes de que ese ciudadano le arrestara en su rancho y me llamase para que la juzgará. No sé cómo lo ha hecho, pero está sola. Y tarde o temprano, a los truhanes se les pilla.

-F: Sigo aquí. Libre.

-S:¿Segura? Es libre, pero ¿podrá soportar los gritos de sus viejos amigos mientras les quitaba la vida?

-F: Solo es una teoría. No tiene nada.

"

Felissa sale del lugar y Sam la sigue. Allí ambos ven a la pareja que declaró en contra de ella, con una mirada de temor, pero sin decir nada cuando la vieron salir de la oficina del sheriff. Felissa le asegura, guiñandole el ojo antes de irse. "Hable con ellos de nuevo, les dirán que no fui yo." Sam va a sacar las esposas cuando Christopher, Katherine le piden que quieren cambiar la declaración que habían dado. Sam piensa que de alguna manera, Felissa, antes de ser capturada, manipuló a sus víctimas, de alguna manera, para que no testificaran en contra de ella. Y es verdad, así lo hizo. A la pareja que estuvo a punto de asesinar en el rancho, por haber sido testigo de los otros crímenes, cuando se enteró de que habían una testificación que la acusaba, los amenazó con que no contasen nada, si querían seguir vivos. Tanto Katherine, como Christopher obedecieron.

No hay pruebas contra ella, dado que todo lo que pudo encontrar Sam fueron las cuerdas con las que obligó la truhán a atarlos mediante un rifle y no halló ningún cabello, o cualquier otro rastro de Felissa, salvo las declaraciones. Además, todas las armas usadas ya estaban expuestas en los cadáveres, menos el rifle que nunca se halló.

Felissa es lista y ha hecho lo que mejor sabe hacer, ser malvada para salir airosa de una situación.

Tercer caso


Mientras Warren se ocupa del caso de los anónimos de Daniella y antes de que el caso de Felissa se metiera entre medias, Sam Liverpool detiene al hermano de su compañero Edward, Seth, por asesinato, cerca de la tienda de Frank Murphy. Seth es un tipo bastante más joven que Edward, cara de buena persona, de facciones medianas y parece que no tiene idea de haber roto un plato en su vida por lo despistado que es. De cuerpo ancho y a la vez de fornido. Le gusta comer y beber, sabiendo apreciar el sabor de un buen cigarrillo después. Se lleva más de cinco años de diferencia con su único hermano. Seth es llevado esposado a la oficina del sheriff mientras Sam pide a los ciudadanos curiosos de la escena del crimen, con amabilidad, pero a la vez preocupado, que hallen a Edward para que fuese directamente al establecimiento de Frank Murphy. Dos de ellos lo hacen. Mientras que Liverpool lleva detenido al sospechoso, José Sánchez echa un vistazo al cuerpo sin vida de Frank, dándole pena, y pide a las hijas de la víctima (Emily y Brittany) que no hagan falta que estén allí, que les informará de cualquier avance sobre el caso. Ellas se van triste junto a los hermanos Lambert (Sean y Neil). Aparte de haber estado ellas, también estaba todavía Xander, el amigo de Ty Long, el alcalde. Él, como otro testigo, aparte de las hijas, asegura que vio a Seth huir en el momento en que Frank moría a consecuencia de un disparo. Tres testigos (Emily, Brittany y Xander) apoyan la misma versión. Por eso, el galeno echa un vistazo al cadáver mayor y ve que efectivamente muere de un tiro en el torso. Pero, en ese momento, haya, enseñándole a Xander, un segundo disparo, hecho con un calibre más pequeño, en el torso. Los dos hombres se preguntan si Seth tendría dos pistolas, o hubo otro asesino metido en el crimen. Pero ¿Por qué Seth estuvo en la tienda de Frank? ¿Y quién más estuvo?

Más tarde, estando Edward presente en el interrogatorio de su hermano, Seth confiesa tras un duro interrogatorio entre él, su hermano y Sam Liverpool, que todo sucedió tan rápido que no pudo evitar dejar allí morir a Frank. Edward no se lo puede creer y se va. Seth le asegura a Sam que no le asesinó. En ese momento, tras una corta parada para comer, vuelven a la tienda de Murphy y comienzan a echar otro vistazo al escenario del crimen.

Al despacho del difunto. En una caja fuerte que hay, encuentran muchos fajos de dinero y una foto de una mujer rubia. El aspecto físico de aquella joven impresiona a cualquier. Facciones medianas, delgada y bien vestida. Demasiado joven para Frank, pero sabía elegir a las mujeres, pensaron los dos hombres de la ley. No saben quién es, por eso, se llevan dichos objetos como pruebas. Al salir del escenario del crimen, ambos hombres se cruzan con las hermanas Murphy. Ellos les informan cómo va el caso y les pregunta sobre la cantidad de dinero que han encontrado y la foto. Tanto Brittany, como Emily, preocupadas por el asunto al no saber nada de eso sobre su padre. Una de ellas, piensa, sin tener mucha constancia de aquello que la desconocida puede ser una amante de su padre, pero sería secreta porque no la mencionó. Edward y Sam dieron las gracias y dedujeron que, o bien Frank y esa misteriosa mujer estaban empezando un romance, o lo llevaban muy en secreto. Pero los secretos indefinidos no duran siempre. Siempre hay cotilleos, habladurías, dedujeron los ayudantes del sheriff. Por eso, enseñan la foto de la mujer por el pueblo, pero lo que encuentran, no tiene nada que ver con las respuestas deseadas. Y es que, según las declaraciones de un grupo de personas, que eran clientes de Frank, afirman que Seth no fue el único el entrar en el lugar. Antes de Seth, hubo otro tipo que discutió con Frank. Se lo describen a los ayudantes. El pistolero es un tipo joven, moreno de pelo y espigado. Parece bien arreglado. Aquel vaquero parece ser que huyó minutos antes de que apareciese Seth en escena. Sam y Edward preguntan si acaban de ver a dicho pistolero. Los testigos aseguran que sí, en un saloom cercano. Los de la placa acuden y ven al gun man saliendo a toda prisa hacia su caballo. Sam le detiene y le lleva esposado a la oficina del sheriff. Entre sus pertenencias, ven una Colt, que es posible que se usase para disparar una vez a Frank. No hace mucho para que dicho sujeto, identificándose como Mike contase la verdad de lo que pasó en su caso. Frank y él estuvieron discutiendo por mucho dinero que el viejo poseía de una deuda que contrajo en el pasado y del cual nunca habló a nadie, y que Mike quería saldar. La discusión llegó a las manos y el asesino disparó sin querer a Frank. Por miedo, huyó del escenario del crimen, cruzándose unos segundos antes con Seth. El cual también dejó tirada a la víctima. Mike asegura no conocer a la mujer rubia de la foto. Ambos ayudantes piensan que hay otro asesino que usó un calibre pequeño para matar a Frank.

Es en ese momento cuando el caso de Felissa se interpone en la investigación. Edward promete coger al otro asesino de Frank. Sam le deja a cargo.

Más tarde, Edward, cansado. Se acuesta al lado de su mujer Shonda y duerme hasta la mañana siguiente.

Pasa el día y Edward recibe otra noticia de que vieron a otra persona en la tienda de Frank antes de Mike y de Seth. El ayudante enseña por si acaso, la foto de la mujer rubia y es a ella a quien describen, y a su acompañante, un hombre mayor, de la misma edad que Frank Murphy. Calvo, facciones medianas, expresión seria. Bien vestido, alto. Gracias a los testigos, no solamente consigue una descripción de ellos, sino también sus nombres: Jonathan y Sofía Banks.

Un matrimonio venido de algún estado norteño para pasar unos días por los pueblos de Arizona, pero desde que hallaron Villa Rocosa, les ha gustado y han decidido quedarse una larga temporada. Según parece, llevan en el pueblo desde principios de primavera. Lo cual, le hace deducir al ayudante que tanto Frank, como Sofía llevaban un par de meses con su romance oculto. Este va al rancho donde se hospeda los Banks desde hace mes y medio. La pareja le recibe con amabilidad. El de la autoridad comienza a interrogar a la mujer cuando su esposo va a por un tentempié. Edward nota que Sofía está nerviosa y se percata de que la mujer lleva uno de los collares puestos de una de las hijas de Frank. Deduce que la víctima se lo ha regalado, tras habérselo quitado a una de sus niñas. Sofía, nerviosa cuando el tipo de la autoridad le pregunta sobre si guardaban Derringer en su vivienda, confiesa que fue Jonathan quien disparó a Frank en la tienda, y no ella, dado que también estuvo presente en el primer tiro. Se calman cuando el truhán vuelve al salón grande y acogedor. Su mirada fría y arrebatadora hace sospechar a Richards de que es el asesino que se les escapó del lugar del crimen. Jonathan, con su sonrisa amable, pero a la vez intimidatoria, pregunta qué es lo que estaba pasando. Ninguno de los otros dos responde al momento. El ayudante de Filton se fija en los arañazos que el dueño tiene en su velludo brazo y le interroga. Jonathan, al no contestar a lo que el otro dice, el de la autoridad comienza a aumentar la rudeza de esa charla. Este confiesa que lo hizo por celos.

Al final mataron a Frank Murphy por los celos y las deudas.

Más tarde, cuando Edward Richards trae al segundo asesino de Frank detenido, pide a Warren Filton liberar a su hermano Seth. Su jefe lo hace encantado mientras encierra en una celda a Jonathan.

Ambos hermanos, fuera de la oficina, se abrazan y hablan alegremente. Seth le da las gracias a su hermano por haberle salvado de la horca. El otro le pide a cambio, que coma con él y que le invite a unas cervezas. Se ríen y se van a uno de los salooms del pueblo.



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